El experiment del goril.la i la ceguesa per desantenció.




La desviación encubierta de la atención constituye un elemento fundamental en la llamada “ceguera por desatención”. Se trata de un fenómeno mediante el cual no percibimos los objetos que hay a la vista porque la atención está centrada en otra parte, y tiene que ver con el modo en que el cerebro ve y procesa la información. (cap 5, pág 114)

Hace algunos años, (…), Daniel Simons y Christopher Chabris, diseñaron un genial experimento que aún deja maravillado a todo aquel que lo ve por vez primera. Las instrucciones son muy sencillas. Se nos pide que veamos un vídeo muy corto en el que aparece una serie de personas en medio de un partido de baloncesto. Uno de los equipos lleva camiseta blanca, y el otro negra. Se nos pide que contemos el número de pases realizados por uno de los equipos, o cuántos de estos pases se han llevado a cabo botando el balón o lanzándolo sin tocar el suelo. Al cabo de tres o cuatro minutos, el vídeo finaliza y se nos pregunta si hemos visto algo raro.

¿No? Miremos otra vez. En esta ocasión, el científico detiene la película hacia la mitad. Y de repente, inexplicablemente, lo vemos: se trata de una persona disfrazada de gorila que se pasea entre los jugadores y nos mira fijamente. Rebobinamos la cinta y entonces vemos la secuencia completa, a todas luces increíble. El gorila se pasea entre los jugadores, se vuelve hacia la audiencia, se golpea el pecho, luego da media vuelta y se aleja poco a poco. La mitad de las personas que ven este vídeo no reparan en la presencia del gorila.

¿Por qué? ¿Cómo es posible que no veamos a un simio enorme en medio de un partido de baloncesto entre adolescentes? La explicación está en que nos concentramos tanto en contar el número de pases que el gorila no basta para que fijemos nuestra atención en otra cosa que no sea el balón. Miramos la bestia peluda y sin embargo no la vemos.

(…) Cuando preguntamos a quienes sí han visto el gorila cuántos pases han contado, la respuesta suele ser incorrecta, o bien reconocen no haber contado ninguno. Por irónico que parezca, cuanto mejor se lleva a cabo el recuento, menor es la probabilidad de advertir el garbeo del gorila. En otras palabras, nuestra atención focalizada asegura una ejecución óptima de una tarea dada, pero nos impide ver otros datos aparentemente irrelevantes que pueden llegar a ser más importantes que la tarea encomendada. 

(…) En 2006, Daniel Memmert demostró, mediante el registro del movimiento de los ojos, que mucha gente no percibe la presencia del gorila incluso cuando lo mira directamente. Lo curioso es que quienes no aprecian su presencia dedican el mismo tiempo (cerca de un segundo) a mirarlo que quienes sí lo ven. (…) El gorila resulta invisible incluso cuando se lo mira porque el recuento de los pases que se le ha pedido al observador lo distrae del gorila. El estudio señala que la percepción visual es algo más que un puñado de fotones entrando en los ojos y activando el cerebro. Para ver algo de verdad, hay que prestarle atención. (119-121)



S.L. Macknik, S. Martínez-Conde, Sandra Blakeslee, Los engaños de la mente, Círculo de Lectores, Barna 2012

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