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S'estan mostrant les entrades d'aquesta data: febrer, 2021

Un cop a la vida.

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No puedo hacer aquí otra cosa que remitir a a los primeros capítulos del “Discurso del Método”, obra admirable tanto desde el punto de vista filosófico como literario, que se lee de corrido  y que sigue  siendo la más fascinante vía  para  hacer inmersión en la filosofía.  En cualquier caso, lo que precede basta para entender que en esa duda, reflejo  de una decepción,  que embarga al joven Descartes, reside el soporte del pensamiento y proceder cartesianos, e incluso de todo pensamiento y de todo proceder filosóficos dignos del calificativo: “que para examinar la verdad, es preciso  dudar, en cuanto sea posible, de todas las cosas una vez en la vida”. Afortunadamente una vez en la vida dudó Descartes de todas las cosas. Y digo afortunadamente, a fin de resaltar el hecho de que sólo el espíritu atravesado por la duda  se halla en esa disposición singular que puede ser calificada de filosófica,  y cuya reivindicación es tanto más urgente cuanto que todas las razones que inducían a Desca

Dopamina i motivació.

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... lo que ahora creemos que hace la dopamina cuando se libera en el cerebro es aumentar la motivación y el valor incentivo de las cosas agradables, produciendo deseo, aunque sin causar placer ni tener un verdadero impacto hedónico. Es como si esa sustancia motivase a hacer lo necesario para conseguir lo bueno, el placer, donde quiera que lo haya. Curiosamente también, hay datos que indican que los enfermos de párkinson tratados con sustancias como la L-dopa, que incrementan la dopamina cerebral, no aumentan sus reacciones positivas al placer, pero sí exhiben cierta motivación compulsiva, un aumento del deseo por actividades como juegos, hobbies, compras, pornografía, internet en general, etc, incluso cuando no se ve en ellos un aumento de placer que pudiera justificar ese comportamiento. Ese impacto motivador de la dopamina se refleja de manera muy especial en la incontinencia que todos sentimos en seguir comiendo una vez que hemos abierto boca con el primer canapé o una patata frita

Cultura i artefactes.

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En los días siguientes a la muerte de un familiar querido volvemos a entrar en su casa, ahora vacía de su risas y caricias, mas llena de todo aquello entre lo que desenvolvía su vida. Fotografías, libros, sus tazas preferidas, la bisutería con la que se adornaba, el sillón que usaba para ver la tele. Las lágrimas nos invaden en nuestro recorrido por las habitaciones que nos eran tan familiares y ahora se han vuelto repentinamente extrañas. Lo que era un espacio común ahora no es sino un lugar de tristeza y recuerdo. Cuando las habitaciones se vacíen todo un mundo de remembranzas se irá con las cosas que fueron tan cercanas. El antropólogo y teórico de la ciencia Bruno Latour ha insistido en la hibridación entre cosas, espacios e identidad. Las colecciones, muestreos, amueblamientos, archivos y bibliotecas, museos, laboratorios, redes digitales y complejos de datos son condiciones que no están por encima ni por debajo del carácter social de las producciones culturales.  En la cultura, l

On està el nostre jo?

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Los médicos ya saben trasplantar hígados y corazones, intestinos y pulmones, córneas, huesos y riñones, y algún día extenderán su arte a todos los demás órganos. Con una excepción: el cerebro. Porque aquí ya no nos enfrentamos a un problema técnico, sino a una imposibilidad filosófica. Si te trasplantan el riñón de un donante, sigues siendo tú. Si te trasplantan el cerebro, ese ya no eres tú, sino el donante. El trasplante de cerebro debería llamarse trasplante de cuerpo, porque el resultado es la mente del donante viviendo en un cuerpo nuevo: tu cuerpo, desocupada lectora. Todos somos conscientes de existir ( cogito ergo sum , pienso luego existo, en el célebre tuit de Descartes), pero ¿dónde está nuestro yo? Javier Sampedro , La mente, instrucciones de montaje , El País 25/02/2021 https://elpais.com/opinion/2021-02-24/la-mente-instrucciones-de-montaje.html?fbclid=IwAR1i5rsBNukgNDl25Hh3kwvlFe0IzrDDw60-8Ie9pSitttPJEiCbNORyhGg

Raó divina i filosofia.

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Para un biólogo o astrónomo aristotélico, comprender las formas universales integradas en la naturaleza o los movimientos circulares eternos de las esferas celestes es parte de la conexión con la razón divina, de "servir y contemplar a Dios" como Aristóteles describe el fin humano en la Ética Eudemiana . Eso seguramente no es lo que hace que los biólogos, astrónomos o filósofos contemporáneos se levanten de la cama. Bien pueden creer que es posible llegar a una imagen real del mundo a través de la indagación racional del paciente. Pero esta imagen no motivará a nadie a hacer filosofía o ciencia como lo hizo la imagen platónica, aristotélica y estoica del mundo. Lo más probable es que la gente concluya al verlo que vivimos una vida sin significado y propósito metafísicos en un universo sin significado y propósito metafísicos (fue en parte esta imagen del mundo la que impulsó a Albert Camus a afirmar en E l mito de Sísifo que la pregunta más apremiante de la filosofía  es si d

L'algoritme i el dubte

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El algoritmo en el sentido convencional se enfrenta realmente  a alternativas, pero ello no significa que realmente  dude: No hay luz, ¿estará la ventana cerrada? Resulta que así es… pues la abrimos. Resulta que está abierta…ha oscurecido. Estos datos son cualitativos, los datos a los que están sometidos las máquinas llamadas inteligentes son números símbolos o gráficas, pero el principio no cambia. Una entrada, unos pasos a dar (eventualmente alternativos) y una salida a la situación. En principio hay un programa que ordena los datos, que pueden ya haber sido previamente ordenados constituyendo así una información. Base en principio de todo mensaje. Y aquí el asunto del “banco de datos”, del  monto de información que sobre algún asunto se ha llegado a recopilar.  Tengo ante mí una  máquina susceptible de recibir datos, someterlos  a un proceso y devolverme resultados en  torno a los mismos. Ahora bien hay mensajes y mensajes. Supongamos que una computadora está programada para traduci

Dubte i intel·ligència.

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... la duda no constituye un elemento contingente en el despliegue de la inteligencia. Descartes erige la duda ni más ni menos que en método, es decir en punto de arranque para intentar encontrar alguna base que permita precisamente asentar el conocimiento. Sin la duda no habría siquiera conjeturas sino de entrada afirmación pura y simple. Decir que el conocimiento científico avanza por hipótesis y verificación equivale a decir que en la matriz del mismo está la disposición de un ser que esencialmente duda. Y por supuesto este aspecto se exacerba cuando consideramos esas actividades humanas como son la búsqueda de creación artística o la toma de partido en una alternativa moral. Pensar no es sólo deliberar pero sí es en gran parte deliberar.  Víctor Gómez Pin , El hombre cuenta (VI): algoritmo versus duda? , El Boomeran(g), 26/02/2021 https://www.elboomeran.com/victor-gomez-pin/el-hombre-cuenta-vi-algoritmo-versus-duda/?fbclid=IwAR3_TZF4NpVdJmAexj6a4niwKMkX9pjdCK-3NV8l8MT-A8uFlOdVYezEt

Vacunes i responsabilitat

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Desde el punto de vista ético suele calificarse a los antivacunas de egoístas e insolidarios. Es un hecho que la vacuna no beneficia sólo al vacunado sino al resto de la sociedad. Por eso hablamos de la inmunidad de grupo: un número elevado de vacunados constituye una especie de coraza que impide que el virus se propague. De esta forma, los reacios a vacunarse se benefician gratuitamente, sin aportar nada de su parte, de la inmunidad de los vacunados. Son insolidarios. Free riders, suele decirse, o “gorrones”: se aprovechan del esfuerzo o del riesgo que corre el resto. Si todos hiciéramos lo que ellos hacen, la inmunidad no se conseguiría nunca. El deber moral es el que se asume por convicción. A diferencia de la norma jurídica, el incumplimiento de la obligación ética no comporta sanciones. En sociedades homogéneas, las costumbres o el rechazo social ejercen un juicio reprobador, sin necesidad de que haya normas escritas. Pero la reprobación social con respecto a los deberes morales h

Democràcia i desconfiança.

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... la democracia se basa en desconfiar de los políticos; es decir, en desconfiar del poder. Entiendo que esto suene mal, pero es por dos razones: primero, porque la verdad con frecuencia suena mal (de ahí que las mentiras gocen de tanto crédito); y, segundo, porque muchos políticos y aspirantes a políticos llevan años dándonos la lata con la pamema de que sin confiar en los políticos no puede haber democracia, y confundiendo, deliberadamente o no, la desconfianza en los políticos con el famoso “todos los políticos son iguales”, que en realidad significa “todos los políticos son unos chorizos” y que ha sido el trampolín perfecto para los políticos más chorizos de la historia, tipo Francisco Franco, que acuñó una frase inmarcesible: “Haga como yo y no se meta en política”. Pero no: la verdad es exactamente la opuesta, y es que no hace falta haber leído a Montesquieu para entender que la desconfianza de los políticos (y del poder) representa la principal garantía de una democracia. Esto

La virtut de l'equitat.

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Bajo la premisa de que la justicia debe entenderse como «equidad», como la primera virtud de las instituciones sociales (el «orden de la ciudad» en términos aristotélicos) y conjugando los mimbres de la clásica doctrina del contrato social con las sofisticadas aportaciones de la teoría de la acción racional, Rawls propuso una persuasiva forma de justificar cuáles deberían ser los principios básicos que habrían de regir en una sociedad bien ordenada, sus cimientos normativos más profundos: el derecho de todos a disfrutar del más amplio régimen de libertades compatible con la igual libertad de todos y la posibilidad de que existan desigualdades económicas o sociales siempre que estén vinculadas a ocupaciones y puestos abiertos a todos en igualdad de condiciones (principio de igualdad de oportunidades) y contribuyan al mayor beneficio de los socialmente más desaventajados (principio de diferencia). Junto a la impugnación general y de principio al utilitarismo entonces predominante en la f

John Rawls i la justícia.

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Com Plató, Locke, Hobes o Rousseau, Rawls treballa amb situacions ideals, o “experiments mentals”. Ni el filòsof rei va existir mai, ni s’han fet guerres de tots contra tots, ni l’estat de naturalesa té cap altre sentit que el d’obligar-nos a reflexionar sobre el que podia haver estat i sobre la diferència entre la realitat i l’ideal. Alguns dels experiments mentals rawlsians (“l’única manera justa de tallar un pastís és que qui el talla no sàpiga quin tros se’n menjarà”) són gairebé tòpics obligats en una bona classe sobre la justícia. Tècnicament, aquesta és la idea de la “posició originària” de la teoria de la justícia.  Seguint una proposta de l’economista William Vickerey i la “teoria de jocs” de John Hersany, Rawls apel·là a un instrument anomenat “vel d’ignorància”, (a la   Teoria de la justícia   es tracta de la “situació original”) .   Rawls ens proposa pensar la justícia com l’opció que triaríem sota una situació de “vel d’ignorància” si no sabéssim quina és la nostra classe

El model de Rawls.

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El modelo de Rawls, que ha pasado a servir de paradigma de lo que después se llamaría “liberalismo igualitario” , presupone una sociedad en la que existe una radical igualdad de hecho en la garantía y ejercicio de las libertades, igualdad de oportunidades asegurada y una distribución de los recursos económicos que solo admite pautas de desigualdad si de esta se benefician los sectores menos aventajados. Estos últimos tienen una especie de derecho de veto respecto de qué asimetrías económicas son admisibles. Como criterio hermenéutico que permite asegurar que estas condiciones se cumplen, Rawls añade la necesidad de salvaguardar el “autorrespeto”, que nadie pueda sentirse preterido en su valor moral. Aboga, por tanto, por una democracia liberal avanzada con un fuerte Estado de bienestar. A esto se añade la existencia de un Estado neutral respecto del pluralismo de concepciones del bien que caracteriza a cualquier sociedad compleja, pero unificado gracias a estos principios de la justici

Moral i ciència.

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Cuando se apela a que un asunto compete a nuestra moral, parece que entonces tal asunto es más abstracto, ininteligible, impenetrable por la fría razón. Parece que ello legitima que cualquiera puede no solo opinar, sino ejecutar lo opinado. Parece que la moral no nace del cerebro, sino de las tripas, de los sentimientos, de algo especial que nos define como humanos empáticos y sociales. Y por tanto debe respetarse y tolerarse. Sin embargo, si despojamos de connotaciones apasionadas a la definición de moral, ésta no es más que una opinión. Una opinión del mismo calibre que cualquier otra. Lo que define la moral del resto de opiniones es que la moral se circunscribe a las opiniones acerca de lo que está bien y está mal. Del mismo modo que opinamos si una película nos ha gustado o nos ha desagradado, también opinamos si un acto nos parece aceptable o reprobable. Es decir, que la moral no tiene nada de especial o trascendente: se limita a ser una manifestación subjetiva de lo que acontece

La clau està en l'aprenentatge.

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Las personas nacemos como una página en blanco sobre la que se escriben nuestras vidas. El tipo de papel, su rugosidad, la clase de tinta, su adherencia al papel, la postura al escribir, así como el utensilio usado, influyen en la facilidad o dificultad de la escritura. Pero el papel seguiría en blanco si no se escribe sobre él. El papel equivale a la carga genética, mientras que los elementos con los que se escribe determinan la escritura: variables biológicas, factores educativos y eventos vitales. Ese conjunto, esa interacción entre el papel y los elementos que posibilitan la escritura, es la que produce un escrito u otro, un comportamiento u otro, una personalidad u otra. En definitiva, una persona u otra. Cuanto más sepamos sobre los factores que interactúan para que ocurran los procesos de aprendizaje que determinan el comportamiento, mejor entenderemos por qué se produce ese comportamiento. Y si definimos los problemas mentales como problemas de comportamiento, entonces cuanto m

After the dark (pel·lícula)

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Tolerància repressiva (Marcuse)

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En un ensayo publicado en 1965 y titulado: «Tolerancia represiva», Marcuse sostenía que la tolerancia y la libertad de expresión confieren beneficios a la sociedad sólo bajo condiciones especiales que casi nunca se dan: la igualdad absoluta. Creía que cuando existen diferencias de poder entre grupos, la tolerancia sólo refuerza a los que ya son poderosos, a los que les facilita dominar instituciones como la educación, los medios y la mayoría de los canales de comunicación. La tolerancia indiscriminada es «represiva», sostenía; bloquea la agenda política y suprime las voces de los menos poderosos. Si la tolerancia indiscriminada es injusta, entonces lo que se necesita es una forma de tolerancia que discrimine. Una verdadera «tolerancia liberadora», afirmó Marcuse, es la que favorece al débil y limita al fuerte. ¿Quiénes son los débiles y quiénes los fuertes? Para Marcuse, que escribía en 1965, los débiles eran la izquierda política, y los fuertes eran la derecha política. Aunque el

Popper i els valors de la ciència.

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De acuerdo con la teoría de los objetivos de la ciencia de Karl Popper: “la ciencia busca la verdad y la resolución de problemas de explicación, es decir, que busca teorías de mayor capacidad explicativa, mayor contenido y mayor contrastabilidad.” Según Popper, la objetividad científica exige que las conjeturas sean sometidas a prueba; por eso, la falsación y la crítica no son sólo preceptos metodológicos, son también reglas propias del ethos de la ciencia. Por otra parte, la comunicabilidad del conocimiento científico (y en concreto la escritura) son condiciones sine qua non para que esa objetividad sea factible. Popper formuló una nueva característica universal para todo tipo de ciencias (formales, naturales, sociales), a saber, su carácter público. “[..] decimos que una experiencia es pública, cuando todo aquel que quiera tomarse el trabajo de hacerlo puede repetirla,» para remachar a continuación: “Esto es lo que constituye la objetividad científica. Todo aquel que haya aprendido e

Polítics i experts (tecnocràcia).

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Según los dogmas de la tecnocracia, los expertos se caracterizan por ofrecer soluciones exclusivamente basadas en el conocimiento científico. Y, sin moverse de este cómodo nivel de abstracción, las soluciones supuestamente prescritas por la ciencia, connotadas positivamente, pueden oponerse a las basadas en la ideología, que se connotan negativamente. La politización de la técnica es, de hecho, la otra cara de la despolititzación de los problemas. Esta politización permite decidir políticas como si no hubiese alternativas razonables. Y una de sus condiciones de posibilidad es el olvido de que la técnica, además de no ser neutral porque nunca deja de ser un instrumento en manos de quien la utiliza, tiene que ver con los medios que permiten lograr fines, pero no sirve para decidir cuáles son, entre los posibles en situaciones complejas, los objetivos concretos más deseables. Josep Maria Ruiz Simon , Variaciones sobre la tecnocracia , La Vanguardia 16/02/2021 https://www.lavanguardia.com/

Com encaixar en el món (realisme).

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Muchos filósofos siguen identificando erróneamente el realismo con el realismo ingenuo. Como si el realismo tuviera que admitir necesariamente lo que Putnam llamaba “el punto de vista de Dios” y Thomas Nagel “el mundo desde ningún lugar”. Como si el realismo creyera que nuestra mente es un mero “espejo de la naturaleza”, de acuerdo con el hombre de paja que construyó Rorty para criticar a la epistemología moderna. En el realismo científico crítico de Niiniluoto (y algo parecido podría decirse del realismo pragmático de Kitcher), nunca nos enfrentamos a EL MUNDO directamente, es decir, al mundo tal como es en sí mismo; sino que siempre nos hemos de mover en L-MUNDOS, es decir, en acotaciones del mundo realizadas por nuestros lenguajes y esquemas conceptuales, que estructuran el mundo de diferentes maneras. Pero en lo que el realista insiste es en que lo que sea verdadero o falso en un L-MUNDO, no depende de nosotros, sino de lo que esas estructuras consigan hacer para encajar en EL MUND