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S'estan mostrant les entrades d'aquesta data: novembre, 2018

Un habitar más fuerte que la metrópoli (Lo último de Ignacio Castro Rey).

Al menos en este país, uno nunca sabrá muy bien a qué se dedica la izquierda. Aparte, claro está, de esa eterna partida de dominó con distintas élites empoderadas. También entre ellas la lectura está en declive, como si el progresismo   aspiracional   tuviera suficiente con los clásicos de su santoral, que citan de memoria sin leerlos, y con la bendita "trampa de la diversidad", aunque ese otro libro pocos (a pesar de las ventas) leerán. Por no salir de lo seguro, ni se atenderá a   Fahrenheit   11/9, pues el documental es complejo y ideológicamente no alineado. No olvidemos que el capitalismo, en el sentido   espiritual   que decía M. Thatcher (para quien la economía era solo un   medio ), es precisamente una incansable ideología de selección que ignora lo que sea problemático y no esté en primera línea de la eficacia pública. No hay por tanto una crisis del papel, sino una   crisis de la piel , del encuentro, de la búsqueda y la presencia misma, con todos sus fantasmas. Y

Peixos d'aigua dolça (en aigua salada).

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Com es deshumanitza a l'altre (Hannah Arendt).

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Hannah Arendt , en su excelente obra Los orígenes del Totalitarismo advierte cómo los totalitarismos alcanzan su cometido: el primer paso para conseguir la dominación total es matar a la persona jurídica, lo que se logra colocando a ciertos individuos fuera del resguardo legal, así con la desnacionalización se obliga a la sociedad no totalitaria a reconocer su ilegalidad. Destruida la persona jurídica, se asesina a la persona moral y se procede a acabar con la individualidad. Eso es lo que, en resumidas cuentas, el nazismo hizo con los judíos: quitarle su calidad de ciudadanos, apartarlos en guetos y luego, exterminarlos. Todo se efectuó bajo un marco legal que avalaba prácticas de segregación; así se dictaron leyes que les prohibieron ejercer determinados oficios, realizar ciertas actividades, desplazarse por algunos lugares. De a poco se fue naturalizando su exclusión, se les fue apartando, individualizándolos con un distintivo que los hacía visibles, encerrándolos en ciertos e

Els algoritmes i la veritat.

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En las sociedades contemporáneas ha cambiado el contexto informativo; mejor dicho, ha sido sustituido por un entorno publicitario. La industria digital generó un ecosistema de comunicación al servicio de la persuasión y no de la información. Los algoritmos no las distinguen. Hacen visibles y diseminan las noticias que se parecen más a los anuncios. Y premian los anuncios-noticias más efectistas y escandalosos.  Antes recibíamos la propaganda rodeada de noticias. Ahora, nos inundan con propaganda. Desbordados por el flujo publicitario recibimos “noticias” y “promociones”, sin percibir la diferencia. Antes, identificábamos la información porque tenía un formato distinto. Ahora la inmensa mayoría de la comunicación digital está formateada y canalizada con una estrategia publicitaria. Al fin y al cabo, era el objetivo que buscaban las redes comerciales. Las noticias falsas aprovechan la manipulación sobre la que se asienta el negocio de la industria digital. Convierte la

Lleialtat a la pàtria o a la democràcia?

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Durante la reciente conmemoración del fin de la Gran Guerra, que congregó en París a líderes de todo el mundo, no faltó quien recordase ‒en la consabida pieza periodística sobre las películas dedicadas al conflicto‒ el retrato de la guerra de trincheras que hiciese Stanley Kubrick en   Senderos de gloria   (1957): un título lleno de ironía, pues esos caminos sólo conducían a la muerte de unos soldados que combatían sin esperanza. Menos citada es   Rey y patria   (1964), de Joseph Losey, que se ocupa, no obstante, del mismo problema cuando relata el juicio por alta traición contra un soldado que ha desertado de su regimiento. En ambos casos se plantean preguntas incómodas sobre el patriotismo y su relación con el nacionalismo: ¿es un buen patriota quien entrega su vida a la nación al margen de las circunstancias o, por el contrario, lo será quien sepa elevarse por encima de esas circunstancias para exigir a su patria lealtad a los ideales democráticos o el más elemental respeto a la

La realitat de la virtualitat (vídeo Slavoj Zizek).

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Populisme i poble (Chantal Mouffe).

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Yo sigo la definición de populismo de Ernesto Laclau en La Razón Populista . No es una ideología, es una estrategia discursiva de construcción política. Es una construcción sobre la base de la frontera pueblo-oligarquía. Evidentemente ustedes en América Latina ya lo han tenido antes pero ahora uno ve justamente ese tipo de populismo en Europa. La gran diferencia entre populismo de izquierda y de derecha es cómo se construye ese pueblo porque el pueblo no es la población, no es un referente empírico, el pueblo es una construcción política. Yo estoy convencida de que la única manera de luchar, de impedir el desarrollo del populismo de derecha es desarrollar un populismo de izquierda. Los partidos tradicionales europeos justamente como están tan ligados a mantener el orden establecido no ofrecen la posibilidad de canalizar una manera democrática, progresista, que para mi consiste en expandir la democracia porque eso implica una ruptura con el orden neoliberal. No hay manera de

L'esquerra, el populisme i les emocions.

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Si los progresistas moderados quieren sobrevivir, lo primero que deben aprender es la necesidad de una narración que apele a las emociones y tenga en su centro algo inspirador para ofrecer. Eso que ofrezcan tendrá que ser esperanza económica: en ningún sitio está escrito que las políticas de expansión fiscal, redistribución, ayuda estatal y salarios altos sean coto privado de la extrema izquierda. Lo que pasa es que en el manual de economía neoliberal eso no es posible. El "miedo al futuro" que muchas investigaciones cualitativas encuentran entre los partidarios de la derecha nacionalista es, en muchos casos, lógico. Si la gente reacciona como si estuviera asustada, deprimida y enfadada es porque el mundo creado por el empleo precario, la vivienda deficiente y la desigualdad creciente es terrible, desmoralizador y desagradable. "¿Cómo mejorará rápidamente la vida para mí y mi familia?". Si los moderados no son capaces de responder esa pregunta, no habrá campa

Les raons de la polarització.

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La polarización de actitudes es un rasgo muy humano de las controversias acerca de los más variados asuntos. Es un fenómeno que ha observado y estudiado la psicología social desde hace décadas: cuando en un grupo se dividen las opiniones respecto a un cierto asunto, el hecho de que cualquiera de las personas implicadas observe la existencia de dos opiniones hace que se refuerce la propia mucho más, sin que haya más razones o evidencias para ello que el observar la división. El resultado es que el grupo se polariza en dos bandos, aún cuando inicialmente las posiciones estuviesen relativamente cerca e incluso intersectasen o tuviesen un alto grado de acuerdo inicial. No está muy claro por qué nos polarizamos tan rápidamente, aunque la hipótesis más plausible es que el fenómeno tiene que ver con nuestro cerebro social. Tenemos un sesgo cognitivo y emocional muy activo hacia acogernos a un grupo que incluye un cierto   horror vacui,   un rechazo visceral a sentirnos en tierra d

Contra l'essencialisme cultural.

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La idea central del volumen  The lies that bind. Creed, country, color, class, culture, del filósofo Kwame Anthony Appiah ,   es una refutación del esencialismo . Las identidades varían a lo largo de la historia; se ven de forma distinta; son en buena medida compuestas. Y dentro de lo que englobamos como una misma identidad existen también muchas diferencias. Nos separan y enfrentan unos a otros, pero también ayudan a cooperar: por eso son las mentiras que unen. La identidad social permite “clasificar” a un individuo. Las identidades llegan “con etiquetas e ideas sobre por qué y a quién se le deberían aplicar. En segundo lugar, tu identidad da forma a las ideas sobre cómo deberías comportarte; en tercer lugar, afecta a la manera en que otra gente te trata. Finalmente, todas estas dimensiones de identidad son discutibles, siempre pueden debatirse: quién está dentro, cómo son, cómo deberían comportarse y tratarse”. La identidad permite hacer observaciones genéricas sobre

El debat polític i el poder.

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Hace dos años ya publiqué unas reflexiones sobre este tema que, sustancialmente, siguen siendo válidas ahora. Destacaba que habíamos entrado, de nuevo, en una confrontación política en la que domina la interpretación de la política dada por Carl Schmitt : El debate político no se da entre adversarios que sostienen propuestas alternativas, sino entre enemigos. Eso lleva a un tipo de controversia conflictiva en la que hay que ganar a cualquier precio y al enemigo, ni agua. El mundo es o blanco o negro, dividido entre ellos (el enemigo) y nosotros (los amigos) y no hay vías de convivencia intermedias en las que nadie tenga que salir derrotado. Recientemente hubo un lema muy apreciado por muchas personas y coherente con este modelo de debate polémico (no olvidemos que polemos significa guerra en griego): «Ni olvido, ni perdón». Guiados por tal lema, solo cabe la rendición total del enemigo y, en casos extremos, de los que afortunadamente por ahora (creo que) e

Democràcia i passions.

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En la Atenas clásica llegaron a la conclusión de que la mejor manera de gestionar los asuntos públicos, los propios de la polis, en un momento en el que la ciudad era también el Estado, era la participación de todos los interesados (en este caso el masculino no es un sesgo de algún presunto lenguaje sexista, sino una adecuación a lo que era la democracia ateniense, un asunto de hombres (ἀνδροί) libres). Se instauró así el procedimiento del debate asambleario para tomar decisiones razonadas en asuntos en los que había disparidad de opiniones. La deliberación previa y el debate, cuando ya llegaba el momento de votar por las mejores opciones, exigía isegoria (la misma capacidad de hablar en la asamblea) y parrexía (voluntad de verdad). Otros dos rasgos muy importantes para la democracia, pero de más alcance, eran la isonomía (igualdad ante la ley de todos los ciudadanos) e isocracia (igual poder, o distribución igualitaria del poder). Ahora bien, ellos tuvieron muy cla

La Quarta Teoria Política (Alexander Dugin).

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En la modernidad, la izquierda era progresismo cultural unido a justicia social, y la derecha tradicionalismo y libre mercado. Con el liberalismo actual, la parte tradicionalista y la justicia social se abandonan y demonizan. El establishment no reconoce a la derecha tradicional de los valores, que demoniza como fascismo; tampoco la lucha por la justicia social, que demoniza como estalinismo. El populismo debe unir la derecha de los valores con el socialismo, la justicia social y el anticapitalismo. Es la posición de mi Cuarta Teoría Política, de mi propuesta de ‘populismo integral’”. (...) Esto es la imagen de la esperanza (…). Es un paso hacia la superación, hacia el populismo integral. ( Alexander Dugin ) Ramón González Férriz , Tenebroso Dugin, el cerebro que inspira la extrema derecha mundial , El Confidencial 27/11/2018 https://blogs.elconfidencial.com/cultura/el-erizo-y-el-zorro/2018-11-27/alexander-dugin-cuarta-teoria-politica-euroasianismo_1669270/?utm_sou

Extremoduro i Nietzsche.

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Las canciones de Extremoduro forman un universo complejo que bebe fundamentalmente del irracionalismo y del vitalismo. Aunque en sus temas traten temas tan diferentes como el amor, el consumo de drogas o la protesta social, existe en los de Plasencia una línea de pensamiento que parece remitir al corpus del filósofo alemán Friedrich Nietzsche (1844-1900). David Navarro Martínez , Nietzsche escucharía Extremoduro , El País 23/11/2018 https://elpais.com/cultura/2018/11/23/actualidad/1542975664_286059.html?id_externo_rsoc=FB_CC&fbclid=IwAR0RoUDpz2C2XMNr70aEe2mpwGHaYa2GxxqE6pfL35-UG55F-Xhy1r2WMY0

La nova Llei de Protecció de Dades.

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La nueva ley de Protección de Datos que se prevé debatir este miércoles en el pleno del Senado permitirá a los partidos rastrear datos personales y opiniones políticas en redes sin necesidad del consentimiento del afectado para hacer perfiles ideológicos y personalizar la propaganda en campaña electoral. Amaya Quincoces Riesco , La ley permitirá a los partidos rastrear datos y hacer perfiles ideológicos , efefuturo.com 20/11/2018 https://www.efefuturo.com/noticia/la-ley-permitira-los-partidos-rastrear-datos-perfiles-ideologicos/?fbclid=IwAR1_VxmQL0y2HUcL0gYoS5bu59k3nDNvhc56ClmPD5404KCZWLCT8_810YQ

Saber de política.

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Nos guste o no nos guste, la gente más cualificada, con mayor acceso a los centros de creación de opinión y poder, de hecho ya influye más que la menos cualificada. Lo que un sistema democrático implica es la corrección de este privilegio de los supuestamente más sabios o poderosos. Pero el principal argumento para esto es que, aunque se diga que la política debería estar hecha por los mejores, primero: ¿cómo los identificamos? ¿Qué criterios hay para establecer que uno es mejor que otro para acceder a un cargo de Gobierno? Y, segundo, suponiendo que hubiéramos acertado y estuvieran los mejores en el Gobierno, ¿se gobernaría mejor? Tengo mis dudas. Y por si fuera poco tenemos experiencias históricas de crisis –la más reciente, la de 2008— que han sido causadas por errores de los expertos. En la crisis económica hubo muchos fallos de muchas gentes, pero hubo malísimas previsiones por parte de agentes económicos que se suponía que tenían unos mecanismos de anticipación del futur

Teatre i democràcia.

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Se hace en todo caso evidente que los partidos están empleando las herramientas digitales para sostener una campaña electoral permanente donde el argumento racional se subordina al eslogan emocional. Nótese que todos estos actos poseen una cualidad performativa: una idea es presentada mediante su escenificación. Lo que cuenta es el impacto afectivo sobre el electorado; de los contenidos ya se ocuparán los analistas. Así que los partidos -no es sorprendente- se comportan como partidos: tratan de reforzar su marca mediante técnicas publicitarias en un marco de intensa competencia por la atención del público; un público entretenido, a su vez, en una conversación incesante donde la cacofonía es norma. Para evaluar este fenómeno con una cierta perspectiva histórica, nada mejor que comprobar lo que se decía sobre la relación entre partidos y electorados durante los convulsos años de la República de Weimar. No es un periodo cualquiera: la desgraciada historia de aquella repúbli

Austeritat i creixement dels populismes.

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El multimillonario inversor Ray Dalio afirmaba hace unos días que el capitalismo no está funcionando para la mayoría de la gente . Y algo parecido afirmaba un directivo de una gestora de fondos de inversión en la city londinense la semana pasada. Economistas de esta última firma, a la hora de explicar el crecimiento de los populismos, hacían referencia a que, a nivel global, no se han visto progresos en los estándares de vida desde el año 2008 y a que en particular en Italia los salarios reales sólo han crecido un 4% desde el año 2000. Subyace en todo ello una crítica a las políticas de austeridad que se han desarrollado durante la crisis; a la falta de medidas económicas acertadas que podrían haber pasado por un mayor intervencionismo para impulsar la transformación de sistemas productivos obsoletos; y a políticas laborales que han mantenido los salarios deprimidos para que las plusvalías y los márgenes empresariales aumentaran sin que ello revirtiera en mayores inversion

Vigilància o destrucció.

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La mayoría de Estados modernos, y con ellos, las diferentes opciones políticas que concurren a las elecciones democráticas, suelen debatirse entre dos valores , la libertad y la seguridad. La primera suele ser la opción progresista, más optimista respecto al ser humano; la segunda, la conservadora, a la que no le tiembla el pulso al sacrificar ciertos derechos si ello garantiza que sus ciudadanos pueden dormir tranquilos por la noche. Una tendencia agudizada después del 11 de septiembre y el 'boom' global del miedo al terrorismo. Pero, según el filósofo y “futurista” sueco Nick Bostrom , pronto tendremos que elegir: o vigilancia extrema, o destrucción total. Es lo que sugiere el transhumanista en un 'working in progress' publicado en su página web y titulado “la hipótesis del Mundo Vulnerable” ('The Vulnerable World Hypothesis'). Para el sueco de la Universidad de Oxford, donde se encuentra al mando del Instituto Futuro de la Humanidad , es casi un