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S'estan mostrant les entrades d'aquesta data: maig, 2021

El calvinisme polític de l'esquerra.

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(El calvinismo) intenta apartar todas las ideas pecaminosas de la mente y de la sociedad, en un combate sistémico contra ellas. Eso es lo que está haciendo la izquierda, señala todas las ideas perniciosas y reaccionarias y por eso están constantemente abominando de alguien. (Siguen el mismo esquema que el pensamiento positivo): si cambias tu manera de pensar y alejas de ti todas las ideas negativas, se producirá una conexión mágica con el universo que acabará por atraer todo lo bueno que deseabas; la izquierda posmoderna cree que con cambiar nuestro lenguaje, las formas de pensar, las propias y las ajenas, la sociedad acabara transformándose por completo. Ganar la batalla del discurso, utilizando los marcos adecuados, abre las puertas del universo político.  ... la moral izquierdista dejó de ser la propuesta positiva de una serie de valores, normas y convicciones, para convertirse en el afeamiento, siempre ad hominem, de quienes no siguen las instrucciones al pie de la letra, introduce

Repensar a Darwin.

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Fue con El origen del hombre , y no con El origen de las especies , con el que Darwin aclara que somos animales. Que para entender a los seres humanos no debemos ponerlos al nivel de dioses sino del resto del mundo, como todo lo demás. También habla de comportamiento, de cómo la gente tiene la capacidad de aumentar su cultura mediante la cooperación, el pensamiento y la creatividad. Hay mucho en este libro que debemos valorar. Es muy bueno, pero al mismo tiempo… hay otras cosas. En el libro utiliza por primera vez la frase de Herbert Spencer [padre del darwinismo social]: “La supervivencia del más apto”. En la primera edición la usa para explicar por qué los indígenas de Australia y América murieron y no aguantaron a los europeos. En la segunda, pasa páginas y páginas describiendo el colonialismo, el genocidio y otros horrores y los explica todos por selección natural. Esto tuvo un gran impacto y hoy en día la gente todavía piensa así por influencia de lo que escribió Darwin. Cuando D

Fanàtics de la diferència.

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Es una paradoja de nuestro tiempo que cuanto más aprenden a tolerar la diferencia los estadounidenses, menos capaces son de tolerar la indiferencia. Pero es precisamente el derecho a la indiferencia lo que debemos afirmar ahora. El derecho de cada uno a escoger sus propias batallas, a encontrar el equilibrio entre lo Verdadero, lo Bueno y lo Hermoso. El derecho a resistir ante cualquier reptante Gleichschaltung que llevaría las ideas de un pensador, las palabras de un escritor o la obra de un artista o cineasta a un alineamiento con un catecismo. Mark Illa, Sobre la indiferencia, Letras Libres 01/05/2021 https://www.letraslibres.com/mexico/revista/sobre-la-indiferencia?fbclid=IwAR2rVwwIC2VHyaTtly7WuuhKGEhoJNg0ZzFQeMsCtfeuN7v484YqIfAJ4ss#.YKyIrPgDY6g.facebook

L'esperit il·lustrat contra la 'política de la identitat'.

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El mejor argumento a favor de seguir leyendo a Homero, Ovidio, Shakespeare o Jane Austen no es enseñar a la gente a pensar como blancos. Por el contrario, el que estos escritores fueran blancos es su faceta menos interesante. Deberíamos leerlos porque expresan una humanidad en común. Lo mismo puede decirse de Du Fu, el poeta chino del siglo VIII, o de lo mejor de la poesía persa o árabe, o de La historia de Genji, de Léopold Senghor o James Baldwin. Todos son importantes no porque representen las voces de diferentes “comunidades”, sino porque cualquier persona puede reconocer algo de sí misma en ellos. La veneración excesiva de la identidad, la raza, la clase social o la nación es propia de una perspectiva estrecha y provinciana, y resulta siempre empobrecedora. Las grandes civilizaciones provienen de las mezclas, no de la representación exclusiva. Esa es tal vez la lección que hay que aprender de los pensadores de la Ilustración. Pueden haber tenido toda clase de “puntos ciegos” que a

El parlar de la ciència i el parlar científic del parlar.

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Tan indiscutible como que se da en el ser humano la disposición que caracteriza al espíritu científico, es el hecho de que la misma se inscribe en un marco previo: el hombre habla y entre las manifestaciones de la facultad de hablar se halla como un caso particular el hablar científicamente. Simplemente, la ciencia es un producto del lenguaje. Pero si el hablar que objetiviza aquello de lo que trata, el hablar que da cuenta de la la naturaleza, es sólo un modalidad del hablar, ¿cómo podría dar cuenta del ser que habla, del ser cuya propiedad singular es el hablar? Sostener que cabe dar cuenta científica del ser que habla, supone (explícita o implícitamente) dejar de considerar que la ciencia es un decir y que lo resaltado por la ciencia es algo dicho. Siendo anterior al decir, lo natural deviene vida, código, y en fin lenguaje. Tenemos sin duda certeza de ser animales, y asimismo certeza de que hablamos. Pero no podremos nunca tener certeza alguna del origen del lenguaje, por razones q

Viure sense dolor.

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En su libro más reciente, La sociedad paliativa —publicado por Herder, como todas sus obras anteriores en castellano y catalán—, el filósofo Byung-Chul Han vuelve a analizar la sociedad actual. En esta ocasión hace una nueva y precisa radiografía del mundo que vivimos y avisa: el exceso de positividad y el imperativo neoliberal de ser feliz nos obliga a evitar u ocultar cualquier tipo de dolor, y esto nos hace vivir anestesiados. La relación que establecemos con el dolor revela el tipo de sociedad que hemos creado, dice Han; la manera que una sociedad tiene de enfrentarse al dolor dice mucho de ella. Y no dice nada bueno en este caso. ¿Qué pasa en una sociedad si se elimina todo sufrimiento, si desaparece toda sensación de dolor, incluso la más mínima? Que lejos de construir un mundo más pleno, equilibrado y feliz, la ausencia de conflicto y confrontaciones acaba instaurando una posdemocracia, una democracia paliativa, anestesiada. Esta es la reflexión que hace Byung-Chul Han en La so

La ment humana, una ficció?

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Imaginemos un futuro en el que la mente pueda viajar. Quizá se desprendería de la carne y alzaría el vuelo, un titilante teatro de vida interior. Al ser inmaterial e inmutable, quizá hallara su descanso en una tierra de conciencia eterna. Llamémosla el cielo. Los cristianos de la modernidad temprana, como Marin Mersenne, René Descartes y Robert Boyle, conservaron esta esperanza en un mundo cada vez más desacralizado. Según una tradición distinta, sin embargo, la mente no podría viajar tan ligera. Para realizar este viaje, insistió un conjunto de pensadores ilustrados, la psique debería llevar consigo el cerebro, debería cargar con ese órgano gris y blanco que, de alguna forma, albergaba las facultades de la cognición y la memoria. Después de 1750, algunos fisiologistas argumentaban que ese viaje hacia el mundo interior sería incompleto a menos que se viera acompañado por el extenso árbol del sistema nervioso. Otros irían más lejos y asegurarían que la mente no podría ir a ninguna part

Creativitat i foscor.

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Nada más cercano a la ceguera que un mundo saturado de imagen. Nuestro mundo-pantalla en cierta forma vuelve más difícil cerrar los párpados, y ante la saturación y disponibilidad que incita a ver todo el tiempo complica observar lo mirado, detener la imagen y profundizar en ella, abordar el espesor más allá de lo epidérmico. La dificultad de mirar sin párpados conlleva el riesgo de inmunizarnos frente a las imágenes que en otro tiempo nos hubieran agitado: ese niño tiritando en la frontera, esas muertes masivas. Porque la luz tiene fama de alentadora, pero ¿han advertido cómo muchas de las cosas que importan suelen protegerse de ella y necesitan oscuridad o párpados? Sin ellos, ¿cómo entornar los ojos para enfocar lo que importa?, ¿cómo descansar en el sueño o ensimismarnos en el pensamiento interior? Qué alivio entonces poder controlar los párpados. Qué alivio contar con la oscuridad que permite detenernos y extrañarnos ante las cosas, recuperar la atención perdida, entornar los ojos

Neurociències i ètica.

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“Durante la mayor parte de la historia de la especie humana, los seres humanos han vivido en sociedades comparativamente pequeñas y unidas, con una tecnología primitiva que les permitía afectar sólo a su entorno más inmediato. Su psicología moral se adaptó para que pudieran vivir en estas condiciones. Esta psicología moral es "miope", se limita a la preocupación por las personas del entorno y el futuro inmediato. Pero a través de la ciencia y la tecnología, los seres humanos han cambiado radicalmente sus condiciones de vida, mientras que su psicología moral ha permanecido fundamentalmente igual a lo largo de esta evolución tecnológica y social, que continúa a una velocidad acelerada. El ser humano vive ahora en sociedades con millones de ciudadanos y con una tecnología científica avanzada que le permite ejercer una influencia que se extiende por todo el mundo y muy lejos en el futuro. Esto está conduciendo a una creciente degradación del medio ambiente y a un cambio climático

La democràcia són les institucions, no els individus.

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La política no té els mitjans ni per designar el millors ni per fer-nos subtancialment millors, però sí per configurar unes institucions que dificultin certes pràctiques estúpides i possibilitin unes interaccions que ens facin col·lectivament més intel·ligents sense necessitat que siguem massa llestos. (...) En matèria de corrupció, no es tracta tant de posar en les intitucions gent incorruptible sinó de dificultar la corrupció amb tots el mecanismes de controlnque siguin aconsellables; el comportament fiscal millora no en virtut de la generositst dels contribuents sinó de la inspecció i incentius; reciclem millor quan ens donen la informació adequada i ens faciliten els punts de dipòsit corresponents ... Daniel Innerarity , Una defensa de la política , La Vanguardia 08/05/2021

La democràcia, un règim mixt.

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D'ençà que Aristòtil va parlar de la democràcia com un règim mixt es va instaurar una manera de pensar que busca equilibrar principis aparentment oposats. En aquest cas el més raonable sembla combinar els dos diagnòstics i confiar en les solucions combinades del tipus: tanta delegació com sigui inevitables, tanta participació com sigui possible; la democràcia és un sistema polític que posa en joc institucions de la confiança i institucions de la desconfiança, que confereix poder i està contínuament preguntant-se si no es deu haver excedit en aquesta delegació. (...) ... la democràcia està feta per a l'ésser humà corrent i ha de ser dissenyada pensant en el comú dels mortals, de manera que no s'hagi d'esperar gaire de les seves virtuts ni témer gaire dels sus vicis. Esperar-ho tot del "govern dels millors" o del "poble sa" és, a més d'un exercici d'ingenuïtst, una forma d'elitisme o d'elitisme invertit perquè tan arrogant és pensar que

Els dos diagnòstics sobre els mals de la democràcia.

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Els diagnòstics sobre els mals de les democràcies es divideixen en dos grans grups: els que culpabilitzen els representants i els que donen la culpa als electors. Per als primers, el principal problema de la democràcia seria la incompetència dels polítics i la solució hauria de consistir a seleccionar els millors o, almenys, obligar-los que ens escoltin i permetre una presència més efectiva del poble en la presa de les decisions: més participació, transparència i rendició de comptes. Per a l'altre grups de diagnòstics, el problema rauria en la irracionalitat dels electors, als quals se'ls obliga a decidir sobre assumptes d'una complexitat que els ultrapassa. En aquest cas les soluions passen per atorgar més competències als experts i disminuir el control ciutadà. Daniel Innerarity , Una defensa de la política , La Vanguardia 08/05/2021

El wokism (2)

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Els cinc punts del 'wokisme' Uno.   El testimonio de la persona considerada oprimida es sagrado e incuestionable.   Según Lindsay y Pluckrose, el constante ejercicio posmoderno del escepticismo hizo que “la frontera entre lo que es objetivamente verdadero y lo que es subjetivamente experimentado dejase de ser aceptada”. Por eso el ‘wokeism’ rechaza la existencia de una gran verdad objetiva y le rinde obediencia, por el contrario, a la   “experiencia vivida”.   El testimonio personal es igual o más válido que cualquier esforzado razonamiento empírico. Un talismán impermeable a la duda.   El pensador que dio a la subjetividad una aplicación práctica fue   Derrick Bell,   primer profesor titular afroamericano de la Universidad de Harvard. Bell adoptó la subjetividad y la experiencia personal como elementos clave para entender la relación entre los sistemas legales y las minorías. Un negro, decía, no podía ser juzgado por los mismos parámetros legales que un blanco, pues su experie

Els límits de l'antipatia.

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La empatía no es rara, pero es menos frecuente que la “anti-patía”, término que recojo en su acepción etimológica original, no para referirme, por tanto, al desagrado epidérmico que nos inspira el desconocido que nos acaban de presentar sino a la empatía de grupo construida contra un enemigo común. Al contrario de lo que pensaba Bernardino, el que se acerca al crucificado suele dar por supuesto que “algo habrá hecho” la víctima para que se la trate de esa manera; y al contrario de lo que quería Ivan Illich, solemos discriminar a quien prestamos ayuda en términos de parentesco y de identidad. Uno de los más grandes y horrendos misterios de la humanidad es la placentera “anti-patía” del linchamiento. Los que participan en uno se sienten buenos mientras deslizan la soga por encima de la rama del árbol; se sienten buenos mientras ven retorcerse, en suspenso, el cuerpo de la víctima. Su “antipatía” hacia el ahorcado genera una empatía inmediata entre los vecinos, que sienten –como cuando co

Capitalisme afectiu (Alberto Santamaría).

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El capitalismo afectivo ha sido la conquista perfecta (la revolución cumplida). Toda revolución pasa por los afectos. No hay revoluciones que partan únicamente de estudios racionales, sino que en su origen siempre hay pulsiones afectivas. La idea que dice que los afectos son revolucionarios es cierta y la ha sabido aplicar perfectamente el capitalismo. El capitalismo ha hecho que lo imposible, nuestra vida convertida en cálculo económico, se convierta en lo inevitable (aceptar trabajos de mierda, abusos, etc.). Y para ello ha contado con nuestra colaboración. Ha deglutido nuestras potencias afectivas. Ahora bien, ¿puede haber respuesta? Solo hay creación de algo nuevo, decía Lorca, si hay herida, dolor. Pero tenemos que tomar conciencia real de esa herida, no para curarla sino para hacerla visible. El capitalismo afectivo es un analgésico muy potente, que hace de esas heridas material para su supervivencia. Puede hacer que no sintamos el dolor, o que lo aceptemos. Se necesita sentir el

Com s'ensenya l'ètica.

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Si cualquiera de nosotros contratara a un profesor de matemáticas para enseñar a una niña las operaciones básicas, al finalizar el proceso de enseñanza-aprendizaje la chica debería saber sumar y restar, salvo que existiera alguna variable que entorpeciera el aprendizaje. Del mismo modo, si contratáramos a un profesor de ortografía para nuestro hijo pequeño, no es problemático afirmar que al finalizar la instrucción nuestro hijo debería poder escribir oraciones correctas, salvo que hubiera un factor que obstaculizara el desenvolvimiento normal del proceso. Imaginemos ahora que aspiramos a tener hijos honestos que no incurran en el acto de mentir. ¿Podemos contratar a un profesor para enseñarles un curso sobre la verdad con la convicción de que luego del mismo nuestros hijos no mentirán? O, ¿podemos contratar a un profesor para que enseñe a nuestros hijos a no robar? Creo que coincidimos que en los dos últimos casos, la respuesta es negativa, o por lo menos, problemática. Situaciones com

La psicologia contra les teories de la conspiració.

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Las convicciones ideológicas son fruto del procesamiento voluntario de la información que recibimos y de mecanismos psicológicos automáticos. Nosotros planteamos que las creencias conspirativas se sustentan en tres grandes necesidades psicológicas: la de comprender el mundo, la de sentirse a salvo, y la de pertenecer a un grupo social y estar conforme con uno mismo. Quienes se ponen más a la defensiva son más propensos a aceptar las teorías conspirativas, quizá para eludir sus defectos, y también los que presentan sentimientos de impotencia, ansiedad, aislamiento y alienación. Quienes se ven como piezas miserables de un descomunal engranaje político tienden a sospechar que en él se mueven influencias perversas. Esos miedos pueden ser atizados, además, por los políticos que se sienten amenazados. La pandemia de COVID-19 reúne las condiciones idóneas para generar vulnerabilidad ante los discursos conspiranoicos: hay mucha incertidumbre y ansiedad; el confinamiento y la distancia social r

Debat i veritat.

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La cuestión de la objetividad moral y política es notoriamente espinosa y ha motivado desde hace siglos numerosas disquisiciones filosóficas. No obstante, el fondo de la cuestión es fácil de comprender si analizamos algunas conversaciones hipotéticas. Supongamos una discusión en torno a un problema sencillo de ciencias o matemáticas: dos amigas colaboran para resolverlo y se hallan debatiendo una solución. María:   La raíz cúbica de 2197 es 13. Susana:   No, la raíz cúbica de 2197 es 14. Puede que los observadores de este desacuerdo ignoren la respuesta correcta. Pero tendrán la absoluta certeza de que solo existe una respuesta correcta. No se trata de una cuestión de opiniones: se da un hecho y quien sostenga una visión alternativa simplemente estará equivocado. Pensemos ahora en una situación distinta. Supongamos que ambas amigas deciden hacer un receso para comer y comentan qué untar en sus panecillos: María:   El queso crema vegetariano está buenísimo. Susana:   ¡Qué va!, no está b

El mercat democràtic.

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En su célebre libro de 1942 Capitalismo, socialismo y democracia , Josef A. Schumpeter proponía entre otras cosas lo que él llamó “otra teoría de la democracia” para diferenciarla de la teoría clásica. La “otra teoría” sería menos atractiva, pero más realista, porque permitiría describir lo que realmente ocurre en las sociedades democráticas. En ellas no gobierna directamente el pueblo, sino los grupos que han ganado una competición por los votos de la ciudadanía. Esto tiene sus ventajas porque los ciudadanos pueden castigarles si no cumplen sus promesas, retirándoles el apoyo en las siguientes elecciones, pero además permite interpretar la vida política como un cierto trasunto de la económica. Al fin y a la postre, los grupos que compiten por el poder se comportan como los empresarios que intentan vender sus productos y, por la cuenta que les tiene, ya se cuidan de descubrir los deseos de los potenciales consumidores y de satisfacerlos. Las élites políticas también se esforzarán por