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S'estan mostrant les entrades d'aquesta data: juny, 2022

Crim i engany.

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La necessitat de veritat és més sagrada que cap altra. Però mai no se’n fa menció. Fa por llegir quan hom s’ha adonat de l’enormitat i la quantitat de falsedats materials exposades sense vergonya, fins i tot en els llibres dels autors més reputats. Llavors llegim com si beguéssim d’un pou dubtós. (...)   Amb més raó és vergonyós tolerar l’existència de diaris dels quals tothom sap que cap col·laborador no hi podria ser-hi si no consentís a vegades alterar conscientment la veritat. El públic e malfia dels diaris, però la seva malfiança no el protegeix. Sabent en línies generals que un diari conté veritats i mentides, reparteix les notícies entre aquestes dues seccions, però a l’atzar, en relació amb les seves preferències. Així és lliurat a l’error. Tothom sap que quan el periodisme es confon amb l’organització de la mentida constitueix un crim. Però tothom creu que és un crim que no es pot castigar.   Simone Weil , L’arrelament

El cogito i el geni maligne (Descartes)

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Mite de la caverna

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Filosofia contra estupidesa (Gilles Deleuze)

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  Quan algú pregunta per a què serveix la filosofia, la resposta ha de ser agressiva, ja que la pregunta es té per irònica i mordaç. La filosofia no serveix ni a l’Estat ni a l’Església, que tenen altres preocupacions. No serveix a cap poder establert. La filosofia serveix per fer posar trist. Una filosofia que no entristeix o no contraria a ningú no és una filosofia. Serveix per detestar l’estupidesa, en fa una coa vergonyosa. Només té aquest ús: denunciar l baixesa del pensament sota totes les formes. (...)   En fi, fer del pensament una cosa agressiva, activa i afirmativa. Fer homes lliures, és a dir, homes que no confonguin els fins de la cultura amb el profit de l’Estat, la moral o la religió. Combatre el ressentiment, la mala consciència, que ocupen un lloc del pensament. Vèncer la negativitat i els falsos prestigis. Qui, excepte la filosofia, s’interessa per tot això?   La filosofia com a crítica ens diu el més positiu de si mateixa: empresa de desmitificació. I, així, que ningú

La metàfora i el desconegut.

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Cuando el pensamiento está vivo, cuando innovamos, cuando hablamos de lo importante, hablamos con metáforas. Si el entendimiento quiere avanzar, necesita de ellas. Es inevitable, para hablar de una silla no las necesitamos, para hablar del amor, del tiempo o del pensamiento abstracto son indispensables. Las cosas importantes de la vida están cargadas de metáforas. El tiempo es un río (que transcurre), el amor un viaje (con encrucijadas), las ideas son comida (que hay que digerir o asimilar). Y, sin embargo, cuando se inventó la silla, hizo falta una metáfora para nombrarla. Cuando se está inmerso en lo más abstracto, la metáfora es la luz que permite aclarar las cosas. Lo mismo pasa con el bosón de ­Higgs . Si el científico quiere comprender su propio trabajo, debe ser capaz de convertir lo extraño en familiar, lo desconocido en íntimo. Hacer sitio a lo nuevo entre el resto de las cosas (ya conocidas, ya literales). Y para ello necesita de la metáfora, que permite ver una cosa en térmi

Descartes i l'autòmat.

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Quería demostrar que una máquina con los órganos y la figura de un ser humano y que imitase nuestras acciones en lo que moralmente fuera posible, no podía ser considerada como un hombre; y para ello, aducía dos consideraciones irrefutables. La primera era que nunca una máquina podrá usar palabras ni signos equivalentes a ellas, como hacemos nosotros para declarar a otros nuestros pensamientos. Es posible concebir una máquina tan perfecta que profiera palabras a propósito de actos corporales que causen algún cambio en sus órganos –por ejemplo: si se le toca en un punto, que conteste lo que determinó el autor de la máquina – ; lo que no es posible, es que hable contestando con sentido a todo lo que se diga en su presencia, como hacen los hombres menos inteligentes. La segunda consideración era que, aún en el caso de que esos artefactos realizarán ciertos actos mejor que nosotros, obrarían no con conciencia de ello, sino como consecuencia de la disposición de sus órganos .   Descartes ,  

John Searle i The Chinese Room Argument

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Evidentemente, desde el punto de vista filosófico el problema no es si hemos alcanzado ya o   todavía   no una máquina que supere el reto de Turing, sino más bien si es posible alcanzarla. Antes decía  que el mismo Turing había avanzado una amplia variedad de objeciones al respecto. Algunos pretenden que la lista incluye todas las cuestiones que se han planteado, desde que el escrito de Turing apareció… y que habrían sido respondidas por el propio Turing. Pero la cosa no está clara. Existen al menos dos argumentos: A) Aunque la máquina haya superado el test de inteligencia de Turing, esto no prueba que tenga aspectos intencionales ligados a la consciencia. Pero consciencia e intencionalidad son características difícilmente separables de la inteligencia humana. B) El segundo argumento está vinculado al pensador americano John Searle y esencialmente alega lo siguiente: si la máquina superase el test, simplemente   simularía   una conversación humana, sin llegar nunca a hablar o pensar re

Emanuele Coccia | El jardín del mundo

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Paraula i realitat.

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Es sabido que el lenguaje fue el objeto privilegiado de la reflexión filosófica en el siglo XX. Durante la primera mitad se trató principalmente del lenguaje como representación verdadera (científica) o engañosa (ideológica) del mundo. Pero, en la segunda mitad, la filosofía redescubrió la dimensión retórica y poética del lenguaje. También los poetas hablan de un mundo pero, a la vez que lo describen, construyen ese mundo. Esto resalta la dimensión productiva de la palabra (no en vano nuestro vocablo “poesía” procede de una palabra griega que significa “producción”). Ciertamente, los mundos creados por los poetas son ficticios, pero ya los sofistas de la antigüedad descubrieron la eficacia de la palabra como instrumento para el ejercicio del poder y sugirieron que la realidad social no es más que una ficción hecha de palabras, pero en la que creen la mayoría de los hablantes, de manera que quien domine ese uso productivo de la palabra dominará, por ello, el mundo social. El pensador b

Wittgenstein, el bé i el llenguatge.

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Casi dos mil quinientos años después, Ludwig Wittgenstein afrontó el mismo problema que Sócrates había dejado sin resolver. Definir el bien mediante una proposición con sentido le pareció una tarea imposible, pues –como apuntó en su Diario filosófico (1914-1916)– "la ética no trata del mundo". En todo caso, ha de ser "una condición del mundo, como la lógica", pero lo cierto es que "no resulta expresable". La ética "es trascendente". Está situada más allá de los hechos susceptibles de ser descritos mediante proposiciones. En 1930, Wittgenstein, que seguía especulando sobre la naturaleza de la ética, impartió en inglés una breve conferencia sobre el tema en una sociedad conocida como "The heretics". Nueve años antes, había publicado el Tractatus Logico-Philosophicus, explicando a su editor que su obra se dividía en dos partes, "la expuesta, más todo lo que no he escrito. Y esa segunda parte, la no escrita, es realmente la importante&

Sòcrates i la indefinició del bé.

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Sócrates quizás fue el primero en buscar definiciones universales para la virtud, el bien, la justicia, pero no llegó a conclusiones definitivas. Solo apuntó que la virtud era conocimiento y que el mal brotaba de la ignorancia. Los malvados no son criaturas maliciosas, sino hombres equivocados, pues nadie que conozca el verdadero bien, puede obrar de forma deliberadamente perversa. Enseguida surgieron las objeciones contra este planteamiento. Aristóteles argumentó que un borracho sabe que el vino le perjudica, pero sin embargo lo bebe porque le proporciona placer. El mal no es un problema relacionado con el saber, sino con la voluntad. El tábano de Atenas, el hombre más sabio porque –según la pitonisa del tempo de Apolo en Delfos– era el único que sabía que no sabía nada, utilizó la inducción y el silogismo para elaborar una definición del bien, pero el razonamiento lógico, con todos sus recursos y ardides, no le permitió alcanzar conclusiones firmes. Eso sí, afirmó que el sabio es fe

Forat en expansió (il·lusió òptica)

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El psicólogo Bruno Laeng y sus colegas de Oslo y Osaka acaban de presentar   una investigación sobre otra ilusión óptica,   la de los agujeros en expansión. La miras y   ves   con meridiana claridad que el agujero se está inflando con claras intenciones de devorar el mundo. En realidad allí no se está moviendo nada; es una figura perfectamente estática, y lo único que se está expandiendo son tus propias pupilas. La introspección ―pensar sobre tu pensamiento— es una guía desastrosa para entender cómo funciona la mente. Lo que percibimos, sentimos y pensamos es una construcción de nuestro cerebro inconsciente, que sigue unas pautas de las que tenemos muy poca idea. Las ilusiones ópticas son una ventana a ese conocimiento. Javier Sampedro , Ilusiones ópticas: lo que no ven tus ojos , El País 09/06/2022 https://elpais.com/opinion/2022-06-09/ilusiones-opticas-lo-que-no-ven-tus-ojos.html?ssm=FB_CC&fbclid=IwAR1s6_UyeBNowRADh9EoEV6bFN-FnBive_wLnm__tV5TV3tJ3HlBUUpFP_k

Espai públic i autocensura.

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  A menudo, el intento de censurar un texto, una representación o un objeto artístico es un reclamo para el público. Una visita a la biblioteca del   Colegio del Patriarca en Valencia   recala siempre en los libros censurados, en el morbo de adivinar qué se esconde bajo las tachaduras de líneas y páginas enteras. Y basta con prohibir un libro para que aumente el número de lectores. De ahí que en las democracias el método más eficaz para borrar de la escena pública relatos o propuestas consista en forzar la autocensura de las víctimas, pero no de cualquier modo, sino por medio de un mecanismo sutil y efectivo, entrañado en la naturaleza de nuestro ser social, que es el temor al rechazo de la opinión pública. Esta es la tesis del libro   La espiral del silencio. Opinión pública: nuestra piel social , publicado en 1982 por   la politóloga alemana Elisabeth Noelle-Neumann.   En el texto, la autora formula una teoría, cuya clave reside en un lúcido apotegma de Tocqueville: la gente “teme al

Esclaus del temps.

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En la Física vigente, basada en la Relatividad General y la Mecánica Cuántica, el tiempo transcurre a diferente ritmo según el observador o se hace borrosa la diferencia entre pasado y futuro. El tiempo ya no es un flujo constante, universal, ajeno al mundo, como el concibió la Física newtoniana. A veces se especula con que el tiempo ni siquiera sea una propiedad del mundo, sino de la mente humana, que sea una forma en la que nuestros cerebros perciben y ordenan eso que llamamos Realidad. Pero lo más raro que le ha pasado al tiempo en los últimos tiempos probablemente no es materia de estudio para los físicos, sino para los sociólogos: el tiempo se ha acelerado tremendamente, y cada vez parece más escaso (véase el libro   Esclavos del tiempo. Vidas aceleradas en el capitalismo digital , de Judy Wajcman, que publica Paidós). Parece que ya no hay tiempo para nada, que vamos corriendo a todas partes, que todo tiene que ser instantáneo, mientras los humanos del capitalismo tardío vivimos i

El soroll explica els errors de les avaluacions humanes.

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El acto de juzgar, evaluar o emitir un dictamen es difícil tanto en el derecho como en la medicina, la enseñanza, el peritaje o la selección de personal. ¿Somos mejores que las máquinas cuando existen variaciones notables entre evaluadores de un mismo caso o, peor aún, en nuestras propias valoraciones, según nuestro estado de ánimo? ¿Puede un humano ser justo al evaluar si su decisión cambia dependiendo de la hora del día, de si ha ganado su equipo, o de si ha comido o dormido bien la noche anterior? ¿Cómo explicar esta dispersión en los juicios humanos? Se trata del ruido. El ruido nos debería importar al menos lo mismo que el sesgo. No obstante, el estudio del ruido ha recibido mucha menos atención que el sesgo en la literatura. Daniel Kahneman, Olivier Sibony y Cass R. Sunstein nos alertan en   Ruido   de su omnipresencia en la toma de decisiones. El subtítulo que han escogido para la obra no podía ser más esclarecedor:   Un fallo en el juicio humano . Los autores sentencian casi na

La realitat del metavers.

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Si en la mayoría de las frases en las que leemos la palabra “metaverso” la sustituyéramos por la palabra “internet”, la frase seguiría significando lo mismo. Realmente, el metaverso no es más que la siguiente fase de internet. Matthew Ball, experto en esta cuestión y una de las personas del mundo que más han escrito sobre ella, lo describe como “una especie de estado sucesor del internet móvil”. Es decir, no es otra cosa que una visión amplia del internet futuro que borrará aún más los límites entre el mundo físico y el mundo virtual. Un internet 3.0, pero con un nombre más atractivo. Un lugar paralelo al mundo físico en el que   pasar tu vida digital   y en el que los seres humanos nos juntaremos para trabajar, jugar, comprar y socializar; es decir, para hacer todas esas cosas que ya hacemos en el mundo físico. Un usuario del metaverso podrá diseñar un avatar, un trasunto de sí mismo, como si fuera el personaje de un videojuego. Con él, cualquier persona podrá unirse a una sala de reu

Martha Nussbaum justícia i emocions

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Por a la Singularitat?

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  El escenario futuro que más interés suscita y más miedo genera es el de la tan traída y llevada Singularidad, es decir, el momento en el que, tras haber creado auténtica inteligencia artificial general (la que tenemos ahora, que realiza solo tareas concretas, se considera inteligencia artificial particular o estrecha), las máquinas serán capaces de crear otras más inteligentes que ellas mismas, o de perfeccionarse a sí mismas, en un proceso rápido que algunos describen como una “ explosión de inteligencia ”, y a partir de ese momento ellas tomarán el control de todo. Ray Kurzweil , un controvertido ingeniero de Google, cree que esto ocurrirá en torno al año 2045, aunque otros defensores de la idea lo sitúan más adelante, quizás en el próximo siglo . No faltan nombres relevantes entre los que creen no solo posible, sino muy probable, que se dé tarde o temprano la Singularidad. Entre ellos, los empresarios Elon Musk y Bill Gates, el historiador Yuval Noah Harari , los filósofos Nick Bo

La veritat serà el metavers.

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Ens endinsem en el llindar d’experiències tecnològiques de simulació que desborden el que hem conegut fins ara. No només perquè poden substi­tuir l’experiència sensible i cognitiva basada en la corporeïtat física, sinó perquè tenen capacitat per operar sense interrupció temporal i configurar de forma permanent un món virtual paral·lel al real. D’aquesta manera, la hipòtesi de simulació que va anticipar cinematogràficament Matrix s’ha vist plasmada en la realitat. Podríem migrar mentalment dins del perímetre impermeable d’una realitat paral·lela tant de temps com volguéssim. Bé amb implants cerebrals, bé mitjançant diademes o dispositius anàlegs. La causa d’aquesta disrupció està en els avenços de la neurociència, que ha creat interfícies cervell-màquina que alteren i modifiquen les capacitats cognitives i sensorials de l’ésser humà. Fins al punt de produir el que David J. Chalmers anomena reality+ . Una experiència immersiva que disloca totalment la interacció natural del cos amb la me

"Estem davant d'un capitalisme de l'administració del nostre benestar" (Éric Sadin)

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Hubo un momento en el cual el “yo”, el individuo, era celebrado en todo lugar. Lo vimos, en los inicios de los años 2000, con la omnipresencia de la “i” (iMac, iPod, iPhone, etc.), seguida más tarde por el “You” que nos convocaba a apropiarnos de todos los sistemas, como YouTube, por ejemplo. En 2006, la revista Time eligió a “You” personaje del año. Era el reconocimiento del hecho de que, de ahora en más, el mecanismo principalmente activo de las sociedades era la fuerza emprendedora de cada individuo, llamado particularmente a beneficiarse de todas las tecnologías digitales puestas a su disposición. Ahora bien, en el mismo lapso temporal, hemos vivido formas de desposesión de nuestra capacidad para controlar nuestro destino tanto individual como colectivamente, por el hecho de que aparecieron ciertas conminaciones del orden neoliberal para que nos alineáramos con ciertos objetivos definidos de antemano, que apuntaban únicamente a la optimización de toda situación. Simultáneamente, la