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S'estan mostrant les entrades d'aquesta data: abril, 2014

"Som poca cosa, però no res" (Jorge Riechmann)

El transhumanismo es una de las figuras más amenazantes del nihilismo para el siglo XXI. El nihilismo tecnocientífico prefiere antes la extinción del género humano que considerar en serio la reconstrucción de la cultura que ha engendrado.  El proyecto transhumanista es nihilista en cuanto pretende abolir la imperfección humana: sólo puede liberar al ser humano de las incertidumbres y angustias de su condición al precio de eliminar esa misma condición humana. No cabe concebir un humanismo que no sea humanismo del ser humano defectuoso. Somos poca cosa, pero no nada. Poco, pero no nada. O amar la imperfección, o dimitir de lo humano. Se trata de aceptar -hasta el fondo, la finitud y la diferencia, como base para la construcción de una comunidad humana. La dignidad del ser humano estriba en mirar de frente su finitud, su precariedad, su imperfección constitutiva -sin el velo de ilusiones con que solemos disfrazar esas incómodas realidades-, y asumirlas contra el nihilismo. 

La revolució com aprenentatge de la finitud (Marina Garcés)

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Marina Garcés Las calles de nuestros pueblos y ciudades se han llenado de stops.No son de metal blanco, rojo y negro, sino que pueden ser verdes o amarillos, pintados en camisetas o en pedazos de cartón. Y no paran el tráfico, sino que paran desahucios, paran las subidas en las tarifas del transporte, paran recortes en los servicios públicos... Se plantan ante la destrucción de las condiciones básicas de nuestra vida en común. Lo que se expresa en estos stops no es solo una protesta ni mucho menos una defensa de lo que ya existe. Lo que en ellos se expresa es la fuerza de las nuevas formas de politización. Hay quien dice que nuestro imaginario político, el que en nuestras sociedades es heredero de los proyectos fracasados de la modernidad, se ha quedado sin proyectos de futuro y sin horizonte emancipatorio. Quizá. Pero lo que estos stopsexpresan es que para levantarse no hace falta un horizonte y que para organizarse no es preciso contar con una promesa de futuro. Lo que hac

Benvinguts al transhumanisme.

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Hace unos meses escribí una entrada que creo que no fue del todo bien entendida a juzgar por los comentarios de mis contertulios quizá por que yo no explicase lo suficiente la profundidad y el alcance de su mensaje. Por eso voy a extenderme algo más en la idea fundamental: no existe una naturaleza humana dada de una vez por todas yno hay atadura moral que nos ligue a defender la actualmente existente. Las bases de la idea son bien sencillas y comúnmente aceptadas: somos un resultado de la evolución. Nuestras características como especie son el fruto de una baraja de cartas que se expresa en nuestro código genético y, según sabemos ahora, los complejos mecanismos que facilitan o inhiben la expresión génica. Nuestra actual naturaleza emerge como consecuencia de una complicada interactuación entre mutaciones, crossing-overs, selección natural, transmisión horizontal de genes, simbiogénesis, etc. (esto se aceptará según lo darwinianamente ortodoxo que uno sea). Eso somos, pero, y est

Contra el poder del transhumanisme.

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Somos simios averiados, y nos sentimos tan mal dentro de nuestra propia piel que en muchas ocasiones desearíamos a toda costa dejar de ser lo que somos. Las religiones han explotado este malestar desde hace milenios: ¿y si fuésemos almas inmateriales e inmortales contingentemente encadenadas a un cuerpo desechable? Después, el impulso prometeico y fáustico de la Modernidad europea tomó el relevo, y ha venido proponiendo formas diversas de “mejoramiento humano” y “transhumanismo”. Algunas más bien toscas: el científico ruso Ilyia Ivanov intentó cruzar humanos con grandes simios en los años veinte del siglo XX; el programa eugenésico de la Alemania de Hitler incluía la expansión de la raza aria a través del proyecto Lebensborn de apareamiento selectivo. Luego la cosa subió de tono tras el arranque de la ingeniería genética en el decenio de 1970, junto con el despegue de las tecnologías de la información que estaba teniendo lugar (he analizado estos movimientos “antropófugos”, de huida

El plàtan és sensacional.

Decía Miguel de Unamuno que el fascismo se cura leyendo y el racismo, viajando. Desgraciadamente ninguno de los dos medicamentos parecen haber curado esas dos grandes lacras sociales que todavía perviven en nuestras sociedades. Alemania era una de las sociedades más cultas en la Europa de principios del siglo XX y allí emergió la forma más extrema de fascismo. Respecto del racismo, los países occidentales han alcanzado un nivel de desarrollo económico y social que gran parte de la población ha podido viajar al extranjero. Y sin embargo, todavía hoy subsisten muestras de racismo lacerantes. El deporte es quizá el ámbito donde con más frecuencia y notoriedad se observan aquellas. Son muchos los ejemplos que se han dado estos últimos años en los distintos terrenos de juego. Roberto Carlos, Marcelo, Thierry Henry son algunos de los futbolistas que han sufrido esas vejaciones. En estos días han tenido lugar dos hechos que han devuelto al racismo a la primera página de los medio

Apologia de la vida corrent.

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Minusvalorar tantos momentos llamados corrientes, para estimar que solo lo relevante tiene sentido de vida es ignorar que no pocas veces en lo más habitual, en lo que no tiene especial relato, en lo que si fuera el caso despachamos con un adjetivo, ocurre y no solo transcurre, nuestra existencia. Tal vez hayamos de presuponer que es un privilegio gozar de esa posibilidad, incluso de saborear la monotonía o la placidez de una vida sin especiales sobresaltos, o de disponer de la posibilidad de disfrutar de la sencillez de poder tomarnos el tiempo para algo no necesariamente impuesto, o de encontrar espacios domésticos o alguna intimidad. Un cierto regusto burgués podría coincidir así con lo más límpido de nuestra elección, la del denominado nuevo estoicismo, el privilegio de una vida apacible y agradable, lo que no ha de ser minusvalorado. Y sería cuestión de no ceder por tanto a los simples atractivos de una comodidad vacía, antes bien, de hacer de ello conciencia de una exis

El capitalisme de 'Els Picapedra'.

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Corre l’any 1960 quan Hanna-Barbera Productions estrena Els Picapedra . Des d’aleshores els seus protagonistes, Pedro Picapiedra i Pablo Mármol (batejats com a Fred Picapedra i Barney Terregam en la versió catalana), juntament amb les seves dones, Wilma i Betty, han esdevingut personatges coneguts per tothom. Els crèdits amb què s’obren els capítols ens presenten el protagonista principal després de la jornada laboral circulant per una ciutat de cases unifamiliars, com n’hi ha tantes als Estats Units. Amb el rerefons d’una encomanadissa música de jazz el veiem conduir el cotxe (de pedra), recollir la roba de la tintoreria, comprar un diari (de pedra) i afanyar-se a arribar a casa, on el rep la dona amb el sopar llest en una safata. En Picapedra l’agafa, s’asseu al sofà (de pedra) i es disposa a sopar davant la televisió (de pedra), on s’inicia el capítol d’ Els Picapedra que estem a punt de veure. En Fred Picapedra treballa per arribar a la seva segura i confiada llar de p

Kickstarter: creativitat i col.laboració.

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La sede de Kickstarter en Brooklyn (Nueva York, EE UU) es un espacio enorme relleno de acero oxidado -que soporta los cristales del patio interior-, el hormigón pulido y la madera. “Nos mudados hace unas semanas”, comenta Yancey Strickler, consejero delegado del portal de financiación colectiva (crowdfunding) más potente en Internet. Kickstarter no es solo una empresa de éxito, es el símbolo de una nueva economía basada en la colaboración popular. Pregunta. ¿Qué es Kickstarter? Respuesta. La idea original de Perry Chen se remonta a 2001. Quería que el duo de DJ´s austríacos Kryder & Dorfmeister actuara en el JazzFest, pero no tenía los medios. Así que para resolver el problema se le ocurrió un sistema por el que pudieras proponer un concierto al público y que los interesados pagaran con sus tarjetas, aunque solo se les cobraría si todo el mundo estaba de acuerdo con el proyecto. P. ¿Cuándo se sumó usted a Kickstarter? R. En 2005. Durante un par de años estuvimos d

Michel Serres: Sobre la petite Poucette

Malaltia i creativitat.

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Es fama que Marcel Proust pensaba que cada día "viviría por última vez"; y, en algún momento, acaso consciente de que resumía una estética, hizo saber a su amigo Willie Heath que "los enfermos se sienten más cerca de su alma". Por supuesto, Cyryll Connolly decía que la mala salud ayuda a que el artista toque sus entrañas y se vuelva clarividente, una extensión, por supuesto, de la pathetic-fallacy de inspiración romántica que mucho arraigó en las generaciones de la entreguerra europea. En uno y otro caso lo que se afirma es que la enfermedad es una forma de conocer y, sobre todo, de conocerse. La enfermedad exacerba el poder de los sentidos y permite penetrar en sus secretos, al así hacerlo, afila la mirada introspectiva y agudiza la sensibilidad, estimulando la locuacidad de la inteligencia y la facundia de las emociones. La hipersensibilidad febril, o su contrapunto, la hipersensibilidad vidriosa, entonces, son dones de la enfermedad que aguijonean tanto e

L´ètica i els descobriments perillosos.

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Se piensa que "jugar a ser Dios" es malo en sí mismo, independientemente de todas las malas consecuencias que tendrá o podría tener para un ser humano. (...) Sin embargo, no resulta claro qué significa "jugar a ser Dios" y qué hay de malo en ello. (...) No es posible que signifique que siempre es uncorrecto que los seres humanos traten de resistir a las catástrofes naturales o mejorar lo que la naturaleza les ha dado. La gente hace eso todo el tiempo, siempre lo ha hecho. (...) El límite capital entre azar y elección constituye la columna vertebral de nuestra ética y moralidad, y todo cambio significativo en ese límite provoca una seria distensión. (...) Los cambios científicos alteran radicalmente nuestros valores (...) Los períodos de estabilidad moral ceden paso a los de inseguridad moral. (...) Nuestro ser físico -el cerebro y el curepo que pueblan el sustrato material de cada persona- ha sido durante mucho tiempo el paradigma absoluto de lo que consi

La creativitat, un culte col.lectiu.

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El Roto Per culpa d’un gall, l’abat Damià només mereix un petit paràgraf a The prehistory of aviatio n, de Berthold Laufer. Hi llegim que l’any 1507 es va construir unes primoroses ales, va pujar a dalt d’una torre i es va llançar al buit. En caure en picat es va trencar les dues cames. Va al·legar que la causa del seu fracàs era una deficient selecció de les plomes. Se n’hi van colar dues de gall, i tothom sap que l’afinitat natural de les aus de corral es més terrestre que aèria. L’abat Damià va viure en un temps en què la innovació era cosa d’eremites. Avui, ben al contrari, és un culte col·lectiu. Sembla com si la confiança dels avis en el progrés, incapaç de trobar una meta utòpica en la qual realitzar-se, s’hagués metamorfosat en la creativitat, el nou opi del poble. Com a moderns, ens han d’interessar els reptes del present, incloent-hi, esclar, la innovació. Però, com que no som simplement moderns, hauríem de vigilar molt a respectar l’equilibri necessari en cada

Gentrificar.

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Hay palabras que tardan en encontrar su lugar en el idioma. Idiomas que tardan más que otros en encontrar sus palabras. El castellano no es lengua especialmente innovadora –y, últimamente, resigna con gusto ese papel en el inglés. Por eso es raro y no es tan raro que no tengamos todavía una palabra aceptada para decir gentrification. Si en el nombre de la rosa está la rosa y todo el Nilo en la palabra nilo, ¿dónde cuernos está la gentrificación? Dicen que fue una socióloga inglesa, Ruth Glass , la que inventó el término hace justo medio siglo para describir la ocupación y renovación de ciertos barrios obreros de Londres por una nueva clase media. Y el ámbito castellano lo aplicó sin palabras: mal que pese a los nominalistas à la Borges, sin cosa no siempre hay palabra, pero sin palabra no deja de haber cosa. Gentrificación es lo que hizo Barcelona con un barrio que solía llamar el Chino y ahora todos conocen por Raval. O Madrid con sus Austrias o Buenos Aires con Palermo o Méx

Les adversitats i els sabers inútils.

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Tengo la sensación de que nos vamos adentrando en una de esas épocas en las que se tiende a juzgar superfluo cuanto no trae provecho inmediato y tangible. Una época de elementalidad, en la que toda complejidad, toda indagación y toda agudeza del espíritu les parecen, a los políticos, de sobra o aun que estorban. Y como los políticos, incomprensiblemente, poseen mucho más peso del que debieran, detrás suele seguirlos la sociedad casi entera. Son tiempos en los que todo lo artístico y especulativo se considera prescindible, y no son raras las frases del tipo: “Miren, no estamos para refinamientos”, o “Hay cosas más importantes que el teatro, el cine y la música, que acostumbran a necesitar subvenciones”, o “Déjense de los recovecos del alma, que los cuerpos pasan hambre”. Quienes dicen estas cosas olvidan que la literatura y las artes ofrecen también, entre otras riquezas, lecciones para sobrellevar las adversidades, para no perder de vista a los semejantes, para saber cómo relaci

Peter Sloterdijk: un pessimista refutat per la vida (video entrevista)

Thomas Piketty: cap a un capitalisme patrimonial.

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Thomas Piketty L’economista francès Thomas Piketty (Clichy, 1971) ha publicat “el llibre més important de l’any o de la dècada”, segons el premi Nobel d’economia Paul Krugman . A Capital in the Twenty-first Century  (Belknap Press, 2014), l’autor repassa l’evolució durant tres segles de la desigualtat en la riquesa en una vintena de països. Un projecte ambiciós que arriba a una conclusió tan clara com contundent: igual que al segle XIX, “per fer-se ric, val més heretar que treballar”. Piketty ha constatat que, a llarg termini, els interessos sobre el capital aporten a les grans riqueses més d’un 5% de benefici net per any, superant l’índex de creixement econòmic, que en els països avançats se situa al voltant de l’1% anual. Per entendre la situació actual recomana llegir el retrat que Balzac feia de la seva societat a principis del segle XIX... ¿Realment hem reculat dos segles? No hi hem arribat encara, però definitivament estem tornant a un món on el nivell de riquesa

Epicur, la filosofia com a pràctica.

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Me encuentro en Madrid, en una visita cuyo propósito expreso es ver la exposición La Villa de los Papiros,en la Casa del Lector, a la que dediqué un curso de mi Universidad Popular. Y, desde luego, no me arrepiento de haber venido. La exposición muestra, mediante una sutil utilización de las tecnologías modernas (reconstrucciones en 3D, interacciones táctiles) y una bella sobriedad museográfica (la composición en torno a tres frases de Epicuro ), lo que fue un jardín filosófico epicúreo situado en Campania, junto al Golfo de Nápoles, durante la época de la erupción del Vesuvio del año 79 d.C. El montaje nos enseña cómo era probablemente el Jardín de Epicuro en Atenas. En un efecto paradójico de la astucia de la razón, la lava y la ceniza, con su actuación letal, contribuyeron a crear vida, puesto que, gracias a los arqueólogos, hoy disponemos de una inmensa cantidad de datos, extraídos del suelo, que nos cuentan qué significaba en aquellos tiempos vivir una vida filosófica.

Gabriel Tarde: la sociologia dels microprocessos

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Según Gabriel Tarde , es la circulación por contagio de ideas y sugestiones —la imitación— lo que conforma la sociedad Hay que leer Gabriel Tarde . Los últimos tiempos no han hecho más que insistir en la urgencia de rescatar a este sociólogo enterrado bajo el modelo teórico que impuso, en el arranque mismo de su disciplina en el siglo XX, la escuela de Émile Durkheim . No siempre explicitándolo, asumieron su herencia los etnometodólogos y los teóricos de la conversación, atentos a lo que podía antojarse fútil de la vida cotidiana. La memética de Richard Dawkins tampoco le es ajena. Gilles Deleuze nos hizo notar cómo Tarde entendió antes que nadie la importancia clave que pueden alcanzar aspectos diminutos de la realidad. Los divulgadores de la teoría de los sistemas complejos, como Ilya Prigogine , reconocieron en este sociólogo una primera visión del efecto mariposa también en el mundo humano. Bruno Latour ha mostrado a Tarde como el precursor de su tesis del actor-red. Hoy c