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S'estan mostrant les entrades d'aquesta data: setembre, 2019

Atzar i teories de la conspiració.

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... necesitamos ubicar los eventos en un contexto emocionalmente entendible, con una clara frontera moral. Algo que anule el azar o la autonomía de los agentes de la ecuación, dándole un sentido unitario. Pero, si algo hace a la teoría de la conspiración totalmente inexpugnable es su relación con la verdad. Para el profeta de la conjura, la verdad no es algo que deba ser contrastado, sino revelado y denunciado. Así, sólo cuando los ciudadanos caigan del caballo podrán entender el plan que le ocultan los poderosos y del que ellos son meros peones. Y puede que eso no les ayude a saber de la complejidad de las cosas, lo que realmente acontece, pero al menos sí les ayudará a vivir más tranquilos. Pablo Simón , Tolstoi y la conspiración , El País 30/09/2019 https://elpais.com/elpais/2019/09/29/opinion/1569770691_333504.html?ssm=FB_CC&fbclid=IwAR3_EClxwyHwso_4t5-cAmc6A-zxsx3ArnX1DHDCDWg6eQo9x8bT2BogrGM

Revolució.

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“Revolución” es un concepto viajero* que nació de forma técnica en la astronomía para nombrar las órbitas; más tarde pasó a la geología y a las controversias sobre el origen del paisaje terrestre. “Revolución” nombró entonces los procesos en los que poderosas fuerzas convergían en periodos cortos de tiempo produciendo grandes transformaciones en el globo. El término estaba asociado al catastrofismo, una de las explicaciones de por qué la superficie de la tierra muestra tales cambios históricos como para que encontremos fósiles marinos en las cumbres de las montañas. Las revoluciones americana y francesa convirtieron el término en un concepto político que refiere a la transformación radical de las estructuras de un estado y, posiblemente, de las instituciones que articulan una sociedad.   Una de las más claras lecciones de la historia es que hay que corregir la temporalidad asociada al concepto de revolución. Generaciones de militantes dieron sus vidas esperando el momento

La debilitat de la nostra raó.

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... lo que nos motiva en la vida no son argumentos racionales. La razón sirve para aclararse las ideas, para detectar errores. Pero la propia razón nos enseña que los motivos por los que actuamos están inscritos en nuestra estructura íntima de mamíferos, de cazadores, de seres sociales: la razón ilumina esas conexiones, no las engendra. No somos de entrada seres razonables. Quizá podamos llegar a serlo, más o menos, en segunda instancia; pero lo que nos guía en primera instancia es la sed de vivir, el hambre, la necesidad de amar, el instinto de encontrar nuestro sitio en una sociedad humana ... Esa segunda instancia ni siquiera existe sin la primera. La razón arbitra entre instintos, pero utilizando los propios instintos como criterios primeros de arbitraje. Da nombre a las cosas y a nuestra sed, nos permite rodear obstáculos, ver cosas ocultas. Nos permite reconocer estrategias ineficaces, creencias erróneas, prejuicios, de los que, por cierto, tenemos una innumerable cant

El panorama familiar del temps.

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Existe una imagen del tiempo familiar: algo que discurre uniforme e igual en todo el universo, y en cuyo transcurrir acontecen todas las cosas. Existe en todo el cosmos un presente, un «ahora», que es la realidad. El pasado es fijo, acaecido, el mismo para todos; el futuro, abierto, todavía indeterminado. La realidad discurre del pasado al futuro a través del presente, y la evolución de las cosas es intrínsecamente asimétrica entre el pasado y el futuro. Esa, creíamos, es la estructura básica del mundo. (143) Este panorama familiar se ha desmoronado, ha demostrado ser solo una aproximación de una aproximación de una realidad más compleja. (143) Lo que resulta totalmente creíble es el hecho general de que la estructura temporal dl mundo es distinta de la imagen ingenua que tenemos de ella. Esa imagen ingenua se adecua a nuestra vida cotidiana, pero no es apta para comprender el mundo en sus más diminutos pliegues o en su inmensidad. (147) .. en esa cerca del tem

El cervell i els membres fantasmes.

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Uno de los pioneros de la neurología, el cirujano Silas Weir Mitchell, trató a cientos de mutilados durante la Guerra de Secesión estadounidense. Allí pudo observar que el 95% de los soldados que perdían un miembro experimentaban el fenómeno de las extremidades fantasma. Su análisis permitió concluir que el cerebro tiene una representación mental de todo el cuerpo y que esa percepción puede durar mucho tiempo después de que las cosas hayan cambiado. Además, observó que no todas las partes del cuerpo reciben la misma cantidad de recursos neuronales. “Los pacientes sentían miembros fantasmas en la parte superior del cuerpo de forma más vívida que los de la parte inferior y sentían fantasmas en las manos, en los dedos de la mano y en los dedos del pie de un modo más agudo que en las piernas u hombros”, escribe Kean. En una especie como la humana, en la que la finura en el movimiento de los dedos es clave para crear y manejar la tecnología, el cerebro les ha dedicado una mayor canti

Adam Smith i l'Estat.

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“Habrá quien sostenga que impedir que un particular reciba en pago los billetes de un Banco, por una suma grande o pequeña, cuando no tiene inconveniente en aceptarlos, o prohibir a un banquero que los emita cuando los demás no tienen inconveniente en recibirlos, es un atentado contra la libertad natural, que la ley viene obligada a proteger y no a violar. Estas reglamentaciones pueden considerarse indiscutiblemente como contrarias a la libertad natural. Pero el ejercicio de esta libertad por un contado número de personas, que puede amenazar la seguridad de la sociedad entera, puede y debe restringirse por la ley de cualquier Gobierno, desde el más libre hasta el más despótico. La obligación de construir muros para impedir la propagación de los incendios es una violación de la libertad natural, exactamente de la misma naturaleza que las regulaciones en el comercio bancario de que acabamos de hacer mención.” ( La teoría de los sentimientos morales ) Smith dice clara y expl

Regles de joc i democràcia.

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En 1983 Bobbio ya dedicó uno de los ensayos de   Il futuro della democrazia   (   I vincoli della democrazia   ) a aquel discurso (hay traducción castellana en FCE). Señalaba que, en relación al problema que plantea este fenómeno, la cuestión relevante no es el rechazo de la vieja política de partidos y de sus maneras de hacer, sino la relación con las reglas del juego dentro de las que se realiza la lucha política en un determinado contexto histórico. Para Bobbio , la cuestión de las reglas del juego era central porque, a su parecer, lo que distingue la democracia de otros regímenes es precisamente el conjunto de reglas de juego que la definen, unas reglas (entre las que la de la mayoría es la principal, pero no la única) que establecen los procedimientos por medio de los cuales se toman las decisiones políticas y que se pueden revisar siguiendo las reglas que las constituciones contemplan. Según el filósofo italiano, lo primero que debían esclarecer los partidarios de la nu

L'objectiu de les distopies.

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En la utopía negativa de Huxley , las personas viven seguras y sanas, tienen sexo a montones y consumen drogas recreativas sin efectos secundarios; la vida es placentera, pero las personas son inhumanas. El mismo Huxley reconocía su propósito aleccionador en el prefacio de la edición de 1946, donde dejó claro que no quería anticipar el futuro, sino evitarlo: “Esto es posible: Por el amor de dios, tened cuidado.” Las distopías tienen éxito porque producen escalofríos. Dan miedo, que es la emoción que más rápido capta nuestra atención, por razones evolutivas fáciles de entender: a nuestros ancestros les ayudó atender a las cosas peligrosas y esa tendencia la hemos heredado nosotros. Eso explica que los crímenes truculentos sean las noticias más leídas cada año y que Netflix esté lleno de futuros apocalípticos. Pero además de ser entretenidas, a las distopías les encuentro otra utilidad: nos vuelven más escépticos. El género demuestra que una sociedad puede ser horrible

Plató i la justícia epistèmica.

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Si es posible hablar de   justicia epistémica   es porque las trayectorias históricas del mundo contemporáneo han convertido el conocimiento en un bien sometido al imperio de la justicia. No hay duda de que el conocimiento siempre ha sido un bien para quien lo ha poseído o lo ha necesitado. Es algo que pertenece a la historia de la humanidad. Pero no siempre ha sido un bien que haya pertenecido al dominio del concepto de   justicia estructural o social , por más que su distribución haya estado sometido a las reglas de la moral o de la justicia transaccional. Platón consideraba el conocimiento como un bien, pero no consideraba que debiera repartirse por igual a toda la sociedad, al contrario, abogaba por una sociedad sometida al control de una aristocracia epistémica. El conocimiento, sostenía, era una obligación dependiente de la posición social y, correlativamente, la posesión de conocimiento entrañaría una posición social correspondiente. En   La República   aboga por una corr

Com es connecten les neurones? Redes 160 (vídeo)

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La lògica del capitalisme de vigilància.

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Cuando se creó Google en 1998, pocos usuarios se preguntaron cómo obtenía beneficios. La empresa cultivó una especie de imagen filantrópica al estilo Wikipedia: el usuario buscaba información en una interfaz simple y no había un intercambio económico. En Google no había clientes sino usuarios. Y cuando surgió la publicidad, no era invasiva: AdWords colocaba anuncios a partir de palabras clave. En pocos años, la empresa creció tanto que se convirtió en sinónimo de internet. El producto estaba claro y era útil y sencillo. Lo que no estaba claro era el modelo de negocio. Google vendía su sistema de búsqueda a otras empresas pero no era una estrategia muy rentable. Tras la crisis de las puntocom, en 2000, que explotó tras unos años de dinero barato y fácil e inversiones arriesgadas, los inversores le exigieron a Google que buscara rentabilidades. Google le encomendó esa tarea a AdWords, dirigido por Sheryl Sandberg (años después ficharía por Facebook para desarroll

El concepte d''excedent cognitiu'.

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... ¿por qué la evolución nos hizo realistas ingenuos? ¿Por qué hizo que la realidad se nos hiciera transparente? ¿Por qué engañarnos cual genio maligno cartesiano? Una posible respuesta nos la da Thomas Metzinger en la misma línea que Hoffman: porque requeriría un nuevo coste metabólico sin una finalidad evolutiva clara ¿Para qué me sirve saber que el icono “Tigre dientes de sable” no representa a un tigre dientes de sable real? Lo único que tengo que saber es que es muy peligroso y que hay que huir. Aunque claro, aquí podemos entrar en un peligroso círculo vicioso: ¿Por qué yo he sido capaz, ahora, de darme cuenta de que no percibo la realidad tal y como es? ¿Por qué la evolución ha permitido que Hoffman y Metzinger lleguen a esta conclusión si no hay finalidad evolutiva alguna para ello? La respuesta está en que esta conclusión es el efecto colateral o secundario de otras habilidades que sí que tienen función evolutiva clara: nuestra capacidad de razonamiento, el

La ignorància que ens salva.

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Otro argumento que a mí me parece muy sugerente (en la historia de la filosofía hay multitudes de ellos) es el basado en la teoría de la evolución que ya trajimos aquí con la teoría de la interfaz de Donald Hoffman . Si la evolución biológica termina por premiar diseños eficientes, parece mucho más eficiente que no gastemos tantos recursos en percibir toda la realidad tal y cómo es, sino que utilicemos señales, símbolos, iconos, etiquetas, esquemas que nos permitan saber delante de qué estamos sin tener que saberlo todo. Si un tigre dientes de sable viene a devorarme, no hace falta que perciba todo lo que realmente es un tigre dientes de sable, sino solo lo necesario para saber que tengo que huir rápidamente de allí. Hoffman sostiene que nuestra mente es como el escritorio de nuestro ordenador, en donde los iconos representan los objetos que percibimos. El icono del reproductor de vídeo no se parece en nada a toda la serie de procesos electrónicos que suceden dentro del orde

El temps i el realisme ingenu.

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Todos nosotros nacemos realistas ingenuos ( Naïve realism ), pensamos que lo que observamos por nuestros sentidos es la auténtica y pura realidad al desnudo. Creemos que el árbol que tenemos delante de nuestros ojos tiene esas formas y colores de un modo absolutamente objetivo. Es por eso que si viviéramos en la matrix de las Wachowski, no habría forma de escapar de allí hasta que Morfeo viniera a rescatarnos (solo pueden salvarte desde fuera, tú nunca podrías salir desde dentro). Pero, ¿es que acaso lo que percibimos no es el mundo real? ¿El árbol que veo delante de mis ojos no está, realmente, delante de mis ojos? No. El primer argumento contra el realismo ingenuo va referido al tiempo. Creemos que lo que percibimos visualmente ahora mismo, está pasando, realmente, ahora mismo. Creemos que tenemos un acceso directo al presente. Sin embargo, esto es imposible: el cerebro necesita un tiempo para procesar la información. Cuando vemos cualquier objeto, desde que la inform

Transparència i coneixement de la realitat.

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Suele decirse que un buen método para saber si estás soñando consiste en pellizcarse. Si duele estás despierto y si no, estás soñando. Nada más lejos de la verdad: si estás soñando, a no ser que hayas sido entrenado en sueños lúcidos por Stephen Laberge, no sabes que estás soñando y no hay forma de saberlo. Por decirlo poéticamente, los sueños son unas prisiones perfectas: no puedes escapar de ellos porque, precisamente, no sabes que estás en uno de ellos. A esta propiedad la llamamos en filosofía de la mente transparencia . La transparencia no es única de los sueños, sino que también es propia de nuestra percepción de la realidad. La transparencia solo se aplica a la observación directa de la realidad, al mundo que percibimos. Los demás contenidos de nuestra mente no son transparentes: cuando pienso, recuerdo, imagino, hablo… en los contenidos de esos procesos mentales no hay transparencia. Diferenciamos perfectamente la imagen mental de un coche de un coche de verdad.

El principi de legalitat i la llibertat.

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Piero Calamandrei en Sin legalidad no hay libertad aborda el   principio de legalidad   presentándolo   como  condición necesaria para la existencia de la libertad política y solo posible cuando la regla precede a la acción. Este principio protege de los daños de la   incertidumbre del derecho , calificado por Beccaria como “el más cruel verdugo de los desdichados”. Es “la certeza del derecho, o sea, posibilidad práctica para cada uno de conocer, antes de obrar, cuáles son las acciones [...] que puede realizar para ejercitar su libertad sin violar al mismo tiempo la libertad ajena”. El principio de legalidad no es ilimitado. La estructura que le sirve de contención la componen los   derechos de libertad   que representan el respeto a la dignidad humana: “el liberalismo puede modificar todas las leyes [con tal de que se respete el procedimiento legislativo] menos las puestas a priori como condición necesaria para el respeto de la libertad”. Para definir esos límites que nin

Els números i la realitat.

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Aquiles y la inalcanzable tortuga, la célebre   paradoja de Zenón , nos espeta una verdad incómoda: no sabemos qué es el movimiento. Newton postuló el espacio y el tiempo absolutos, la malla fija contra la que se miden los fenómenos, para explicar el movimiento. Y desde entonces hacemos como si lo entendiéramos (y en eso consiste la física newtoniana, que nos ha llevado a la Luna). Pero ese desconocimiento, exige un fundamento inmóvil y tautológico, que va de Parménides a Wittgenstein , pasando por Nicolás de Cusa : el Uno no es un número, sino aquello que hace posible los números y, a partir de ellos, las ciencias de lo cuantitativo, que reviven, transformándolo, el mito pitagórico. Los cielos son armonía y número, lo recordará Galileo , que arranca la revolución científica. La mística numérica tendrá un largo recorrido y los números, principios constitutivos de lo real, dominarán la realidad política y financiera, aunque escondan su propia refutación (la segunda paradoja):

Sense legalitat no hi ha llibertat.

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El régimen de Mussolini empezó con una sedición (la marcha sobre Roma) que violaba la Constitución, pero que fue asumida por el rey como si se ajustara al ordenamiento jurídico y nunca osó dejar del todo atrás las viejas instituciones liberales para adoptar otras más adaptadas a la nueva realidad. En parte por este origen, la legislación, que quería ofrecer una imagen del régimen que no tenía nada que ver con la realidad, se convirtió en una farsa continua. Cuando convenía, se hacían leyes que tenían como único propósito defraudar la ley. O se promulgaban leyes ad ostentationem para simular que se satisfacían derechos o reivindicaciones que una disposición transitoria o un reglamento se encargaban de frustrar. Calamandrei describía el fascismo italiano como un régimen que no respetaba las leyes ni al hacerlas ni cuando las aplicaba y constataba que, actuando así, había destruido el “sentido de la legalidad” de los italianos, que había que recuperar para consolidar un régimen