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Primats que s'emborratxen.

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  Los ancestros del ser humano ya celebraban con alcohol. Charles Darwin pensaba que el ser humano es el único animal que, a diferencia de otros monos, después de beber brandy y agarrarse una borrachera lo haría de nuevo. Aquí se equivocó, porque compartimos esa afición por la intoxicación con otros primates y varios animales más.  La primera vez que los humanos consumieron alcohol, probablemente fue como lo hacen los animales, a través de frutas que caen al suelo y fermentan por sí solas, produciendo un alcohol de baja graduación. Puedes ver este tipo de "botellones" accidentales en la sabana africana, donde varios animales se reúnen para consumir los frutos del árbol de la marula a la vez. Las consecuencias del alcohol en su organismo son muy parecidas a las que nosotros sufrimos: fallos en la locomoción, caídas y finalmente somnolencia. Al día siguiente también tienen resaca.  Pero hay otra manera de viajar aún más hacia el pasado y descubrir l

La vida, la geometria i Interstellar.

Interstellar ha vuelto a poner a la ciencia ficción en el punto de mira de la cultura pop. Claustrofobia en medio de un ágora infinita. Una película fabulosa, para derramar lágrimas de emoción con un Matthew McConaughey impresionante en su personaje de Cooper, encerrado en una historia épica. Una película que tiene todos los ingredientes necesarios para encandilar al público: hay una distopía terrestre junto a una utopía de las estrellas, la esperanza de un mundo mejor en otro punto de la galaxia desde una Tierra que languidece, ¿entonces hablamos de una disto-utopía? Hay ciencia, de la buena, de esa profunda y misteriosa que nunca me he cansado de ver en los fabulosos episodios de Star Trek , la de los wormholes y la de los agujeros negros, con ese espacio tiempo doblado sobre sí mismo hasta el infinito, hay drama familiar padre-hija y padre-hijo, hay un recurso al amor como fuerza invisible, hay escenas misteriosas y escenas evocadoras, paisajes de be

Sóc una filla de Stalin.

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  Com la majoria de vosaltres, segur: som una anomalia històrica. Enceto el 2015 amb una constatació que, ni que m’ho hagués dit l’oracle, no hauria cregut mai: he tingut sort, hem tingut molta sort. Vaig néixer a mitjan segle XX, en ple franquisme i, tot i així, he tingut fortuna, perquè llavors, gràcies a la guerra freda, mal m’està dir-ho, se’m va donar la possibilitat de beneficiar-me, ens hem pogut beneficiar, del moment singular, potser únic, en què la història va començar a donar-se el gust de ser, almenys a Occident, més igualitària. I sense armes a les mans. Vaig poder estudiar a la Universitat, cosa que fins aleshores no havia fet ningú de la família. Tot i ser noia, vaig poder iniciar una vida fora de Saidí, que a casa no em necessitaven ni per collir alfals, que aleshores encara se’n feia i jo en collia, ni encara menys per a la collita de cereals. Començava la maquinització del camp. Mon germà, cinc anys més gran, s’hi va quedar, a ell sí que el nec

El govern del present.

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forges El título de este artículo es, también, el título de un imprescindible libro de Daniel Innerarity , catedrático español de filosofía política y social en la Universidad del País Vasco. En su texto, Innerarity analiza cómo las sociedades modernas se relacionan (mal) con el tiempo, y precisamente, con la noción de futuro. Innerarity diagnostica que las sociedades actuales están ancladas en el presente, casi cegadas por él, y que son incapaces de siquiera pensar en cómo será o debiera ser el futuro. Ya en sus primeras páginas sentencia: «Buena parte de nuestros malestares y de nuestra escasa racionalidad colectiva se deben al hecho de que las sociedades democráticas no se relacionan nada bien con el futuro. De entrada, porque todo el sistema político y la cultura en general están volcados sobre el presente inmediato y porque nuestra relación con el futuro colectivo no es de esperanza y proyecto, sino más bien de precaución e improvisación». Pero la idea d

Quan la vida es converteix en el bé suprem? (Lipovetsky).

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El Roto Cuando el ser individual se define cada vez más por su relación con las cosas, cuando la búsqueda de dinero, la pasión por el bienestar y la propiedad son más importantes que el estatuto y el prestigio social, el concepto del honor y la suceptibilidad agresiva se debilitan, la vida se convierte en valor supremo, se debilita la obligación de no perder la dignidad. Ya no es vergonzoso no contestar una ofensa o una injuria: una moral del honor, origen de duelos, de belicosidad permanente y sangrienta, ha sido substituida por una moral de la utilidad propia, de la prudencia donde el encuentro del hombre con el hombre se realiza esencialmente bajo el signo de la indiferencia . Si en la sociedad tradicional el otro aparece de entrada como amigo o enemigo, en la sociedad moderna, se identifica generalmente con un extranjero anónimo que ni merece el riesgo de la violencia. «Posesión de uno mismo: evita los extremos; cuida de no tomar demasiado a pecho las ofensas, pues nunca

Societat de la transparència i societat del rendiment (Byung-Chul Han)

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  En la manca de perspectiva no es forma cap ull central, cap subjectivitat central o sobirania. Mentre que els habitants del panòptic de Bentham són conscients de la presència constant del vigilant, el que habiten en el panòptic digital es creuen que estan en llibertat. La societat de la transparència segueix exactament la lògica de la societat del rendiment. El subjecte del rendiment està lliure d’una instància exterior dominadora que l’obligui al treball i l’exploti. Ell és el seu propi senyor i empresari. Però la desaparició de la instància dominadora no condueix a una llibertat real, ja que el subjecte del rendiment s’explota a si mateix . L’explotador és alhora explotat. Actor i víctima coincideixen. La pròpia explotació és més eficaç que l’explotació estanya, ja que va acompanyada del sentiment de llibertat. El subjecte del rendiment se sotmet a una coacció lliure, generada per ell mateix. Aquesta dialèctica de la llibertat es troba també a la base de la societat de

Exemplarietat i vocació (Javier Gomá).

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Javier Gomá: Conviene distinguir entre los ejemplos reales de la experiencia, que pueden ser positivos o negativos, y la ejemplaridad, que es un ideal, es decir, un deber-ser y en consecuencia, como tal, no existe, no es, no se da en la experiencia, no tenemos contacto sensible con él. Nadie encarna la ejemplaridad porque nadie, en este mundo imperfecto, personaliza la perfección del ideal. Ahora bien, los ejemplos concretos son la vía de acceso a la verdad, y cuando se trata de la verdad moral esto es especialmente cierto. Qué es lo honesto, lo decente, lo recto, lo justo, lo valiente, lo generoso se hace intuible y aprehensible a través del ejemplo personal, aunque no seamos capaces de verbalizar esos conceptos. El ejemplo muestra esa capacidad de hacerse evidente sin necesidad de definirlo. De manera que los ejemplos positivos y negativos que nos rodean constituyen la escuela de nuestra educación sentimental. Y entre esos ejemplos, despliegan particular influencia aquello