La veritable saviesa.
Vuelve a resultar interesante recordar que Descartes señala en la últimas páginas de su último libro, Les passions de l’âme, que el fruto de la sabiduría es la dicha de vivir (la joie), la alegría, el gozo. Tal vez ello nos permite reconocer que es algo más que un mero saber, aunque este no deja de ser muy necesario. La sabiduría no es un simple acopio, en ningún sentido, ni siquiera de saber. Se trata más bien de una relación con él, de una incorporación a nuestra existencia de lo que ello supone para valérnoslas en la vida. Y hay quienes parecen haberlo comprendido. Y quienes no acaban de entender ni lo que les ocurre, ya que no encuentran vinculación entre su desamparo y lo que les pasa. Y no hay nada que achacarles.
Ángel Gabilondo, Inexplicablemente bien, El salto del Ángel, 12/12/2014
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