Resistència i democràcia (Tzvetan Todorov).
Tzvetan Todorov |
Cuando decimos valor, no quiere decir que todos lo respeten, es más
un ideal que una realidad, un horizonte al que nos dirigimos. Pero en este momento, esos valores están
amenazados.
Nuestra democracia liberal ha dejado que la economía no dependa de ningún poder, que se dirija solo
por las leyes de mercado, sin restricción a la acción de los individuos
y por ello la comunidad sufre. La economía se ha hecho independiente e
insumisa a todo poder político, y la libertad que adquieren los más
poderosos se ha convertido en falta de libertad para los menos
poderosos. El bien común ya no está defendido, ni protegido, ni exigido
al nivel mínimo indispensable para la comunidad. Y el zorro libre en el
gallinero quita libertad a las gallinas.
Paradójicamente el individuo hoy en día es más débil, sí, porque los más poderosos tienen más, pero
son un puñado, mientras la población se empobrece y la desigualdad se
ha disparado. Y los individuos pobres no son libres. Cuando no puedes
encontrar medios para tratar tu enfermedad, cuando no puedes vivir en la
casa que tenías porque ya no la puedes pagar ,
ya no eres libre. La libertad no la puedes ejercer si no tienes poder y
entonces se convierte solo en una palabra escrita en un papel.
Si no se puede cumplir, un contrato social no es
gran cosa. La idea de igualdad sigue presente en la base de nuestras
legislaciones, pero no siempre es respetada. Tu voto vale igual que el
mío y la nivelación no ha sido el objetivo de la democracia, pero sí
ofrecer el mismo punto de partida a todos como
iguales ante la ley, el dinero no compra la ley. Y esto no se respeta.
Mire lo que acaban de aprobar los legisladores de Estados Unidos: han
multiplicado por diez el dinero que pueden gastar en campaña. Quienes no
tengan dinero no gozarán de la libertad suplementaria de gastar de los
que lo tienen. Ese peligro de excesiva libertad de unos pocos es el que
impide la igualdad de todos.
Cuando los derechos son únicamente realidades formales nos queda protestar, acudir a la justicia. No hay
que cambiar los principios, porque ya están inscritos, pero hemos visto
que hay muchos medios para esquivarlos y es necesario que el poder
político no capitule ante la potencia de esos individuos que se saltan
el contrato social a su favor. La idea de resistencia me parece
fundamental en la vida democrática. Hay que ser vigilante, la prensa
tiene que jugar un papel cada vez más importante denunciando las
transgresiones de los partidos, hace falta que la gente pueda
intervenir, pero sé que eso requiere ser suficientemente vigilante,
valiente y activo.
Hay que reforzar las instancias europeas porque
la economía está globalizada. Un país como España o Francia no pueden
hacer fuerza, apenas podrán tocar la superficie. Pero la Unión Europea
es el mayor mercado del mundo, con 500 millones de ciudadanos activos y
también consumidores y con gran tradición de ese equilibrio entre la
defensa del bien común y la libertad individual. Si hacemos vivir esa
tradición europea, si permitimos órganos más eficaces y activos de la
Unión, podremos afrontar la evasión fiscal, los paraísos fiscales y
también decisiones clave como el suministro de energía.
Los estragos del miedo han sido inmensos, lo
acabamos de ver en el informe del Senado de Estados Unidos sobre las
torturas de la CIA o en el caso Snowden, que muestra cómo Estados Unidos
pincha el teléfono de Angela Merkel como si ella pudiera formar parte
de las amenazas. La idea de que podemos legalizar la tortura es un shock
para quien cree en el valor de la democracia y los europeos lo han
aceptado de forma sumisa. Las revelaciones de Snowden son muy
inquietantes por el principio que se encuentra detrás, el principio de
un Estado casi totalitario que colecta toda la información posible sobre
sus ciudadanos y por el que países totalitarios como la URSS o Alemania
del Este se servían del KGB o la Stasi. Ese sistema de informes
anónimos que utilizaban hoy es arcaico porque gracias a la tecnología es
más fácil colectarlo, pero todo ello nos deja en una quimera las
libertades individuales.
Berna González Harbour, entrevista (un extracto) con Tzvetan Todorov: "La resistencia es fundamental en la democracia", El País, 15/12/2014
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