La tensió democràtica.
La tragedia de la democracia es que tiene que contemplar esta tensión como una tensión constitutiva: reconocer que hay necesidad de conocimiento experto y de que al tiempo deben articularse mecanismo de control antioligárquico para evitar la corrupción epistocrática o aristocrática de las democracias. La radicalidad del reconocimiento de este polo de tensiones es en parte la gran aportación de José Luis Moreno Pestaña al pensamiento y las prácticas políticas contemporáneas: diseñar sociedades en las que, como en Atenas, no pensemos la política como un espacio privado de los profesionales de la política y de los expertos, ni la reduzcamos a un ejercicio de voto ocasional bajo las condiciones de comunicación política contemporánea. En el polo opuesto, reconocer la necesidad de que la democracia distribuya adecuadamente el conocimiento experto necesario para tomar las decisiones adecuadas. No hay soluciones milagrosas y, sin embargo, sí se pueden poner en marcha iniciativas que hibriden el control y el conocimiento. El saber componer adecuadamente estas exigencias, haciendo que las democracias contemporáneas no caigan en nuevas oligarquías, incluso bajo la aparente forma de democracias participativas, es un mensaje poderoso para que partidos y movimientos sociales que luchan por la radicalización de la democracia anticipen en su propia organización la sociedad que desean proponer.
Fernando Broncano, La tragedia de la democracia, El laberinto de la identidad 08/05/2021
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