On està el nostre jo?








Los médicos ya saben trasplantar hígados y corazones, intestinos y pulmones, córneas, huesos y riñones, y algún día extenderán su arte a todos los demás órganos. Con una excepción: el cerebro. Porque aquí ya no nos enfrentamos a un problema técnico, sino a una imposibilidad filosófica. Si te trasplantan el riñón de un donante, sigues siendo tú. Si te trasplantan el cerebro, ese ya no eres tú, sino el donante. El trasplante de cerebro debería llamarse trasplante de cuerpo, porque el resultado es la mente del donante viviendo en un cuerpo nuevo: tu cuerpo, desocupada lectora.

Todos somos conscientes de existir (cogito ergo sum, pienso luego existo, en el célebre tuit de Descartes), pero ¿dónde está nuestro yo?

Javier Sampedro, La mente, instrucciones de montaje, El País 25/02/2021

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