El votant miop.




No hay duda de que la miopía de los ciudadanos representa una preocupante limitación a la tarea de control de los gobiernos. Si los políticos son conscientes de que los votantes tienen una memoria de corto alcance, entonces se abre la veda al oportunismo. Al igual que el dentista hábil, los políticos pueden aprovecharse de la miopía de los votantes jugando con los tiempos en que efectúan sus políticas. Empiezan con las malas noticias en los inicios de legislatura y reservan las buenas para los períodos electorales.

Algunas de esas paradas fueron inauguradas en plena pre-campaña electoral. Y no fue casual: cuanto más cerca estas se inauguraban del día de las elecciones, más votos conseguía el PP del vecindario beneficiado por la obra.Si alguien parece conocer bien la miopía del votante son los dirigentes que han llevado las riendas de la Comunidad de Madrid en los últimos tiempos. El Gobierno de Esperanza Aguirre fue capaz de arrebatar al PSOE los barrios y ciudades obreras de la periferia de la capital por medio de la construcción de infraestructuras, en especial paradas de metro y hospitales.

Los lectores que frecuentan Madrid quizás habrán tenido la oportunidad de constatar cómo muchas de esas infraestructuras han sido posteriormente víctimas de la política de recortes. Algunos hospitales, tras sus flamantes inauguraciones, quedaron a medio uso y, posteriormente, fueron sometidos a un proceso (fallido) de privatización. Pero, los políticos ya procuraron que los madrileños tuvieran el disgusto en los inicios de la legislatura, lejos de las elecciones.

Obviamente no sólo los políticos madrileños parecen conocer la miopía del votante. Existe una interesante anécdota procedente de Estados Unidos. Por lo general, la economía americana suele crecer más cuando en la Casa Blanca se hospeda un presidente demócrata. Sin embargo, esta tendencia sorprendentemente se invierte en el último año de mandato presidencial. En los meses que preceden las elecciones, la situación económica pasa a ser mejor cuando el gobierno es republicano.

El lector benévolo estimará que los republicanos son políticos con suerte, pero quizás sea más razonable pensar que estos, de forma oportunista, manipulan los ciclos económicos para dejar al votante con una sensación final agradable.

Lluís Orriols, Bajar impuestos al votante miope, El País, 28/02/2014

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