Millora humana i transhumanisme responsable.
La aspiración a algo “mejor”, a perfeccionar y ampliar posibilidades es una
meta humana, que, además, resulta éticamente adecuada. Que el ser humano aspire
a la perfección es una meta loable y digna de ser cultivada y promovida.
Mejorar quienes somos, nuestras posibilidades en el ámbito del conocimiento, de
la práctica, de las emociones o los afectos, de la convivencia y la
solidaridad, mejorar a los individuos, a la sociedad o al mundo en su conjunto
es algo noble y deseable, pues no sólo se inscribe dentro de esa inquietud
constante del ser humano por alcanzar nuevos logros, sino que tiene que ver con
el radical dinamismo de la vida que considera el cambio y la renovación como
vías de superación.
Desde el punto de vista ético, resulta más defendible intentar avanzar que
detenerse, tener aspiraciones que conformarse, mejorar –incluso asumiendo
riesgos- que resignarse a lo conocido. Principalmente porque esto supone una
aspiración a lo mejor y a lo excelente. Por tanto, comparativamente parece
irrenunciable frente a la mediocridad y la medianía. (…)
D. De Grazia propone la siguiente definición de mejora: “cualquier
intervención deliberada cuyo objetivo sea mejorar una capacidad existente, seleccionar
para una capacidad deseada, o crear una nueva capacidad en un ser humano” (‘Moral
enhancement, freedom, and what we (should) value in moral behaviour’, en J Med Ethics 0 (2013), pp. 1-8.) (…)
Son muchas las posturas a favor de la mejora. Todas ellas comparten una
confianza en el poder de la razón humana para utilizar su conocimiento en la
búsqueda de una humanidad mejor. Pero no desconfían más de las intervenciones
biológicas que de cualquier otra posible forma de modificación. Los
representantes más conocidos de esta perspectiva, son los llamados “transhumanistas”.
Los transhumanistas ven la naturaleza como algo dinámico y en progreso, que
podemos aprender a remodelar de modos deseables. La humanidad actual no es el
punto final de la evolución, más bien es considerada un comienzo. (…)
Los transhumanistas esperan que a través de un uso responsable de la
ciencia, la tecnología y otros medios racionales, seamos capaces de convertirnos,
antes o después, en “posthumanos”: seres con capacidades mucho más grandes que
las que tienen los seres humanos en el presente, que se habrán logrado por
medio de transformaciones radicales o a través de pequeños cambios que de modo
progresivo configuran un nuevo humano. El posthumano es un ser futuro cuyas
capacidades básicas exceden radicalmente las de los humanos actuales hasta el
punto de que no pueden ser calificados de ningún modo como humanos según
nuestros criterios. (…)
Los transhumanistas defienden la capacidad de tomar decisiones sobre la
propia vida y el propio cuerpo, conforme al concepto de “self-ownwership”.
Afirman que cada uno de nosotros es el dueño de su propia vida, lo cual enlaza
con la idea de autonomía que ha venido defendiéndose en terrenos como la
bioética, o en la reivindicación de derechos de los ciudadanos. Puesto que las
tecnologías de mejora deberían estar disponibles para todo el mundo, cada
individuo debería poder decidir cuáles de esas tecnologías desea aplicarse a sí
mismo (libertad morfológica), y también los padres deberían decidir qué
tecnologías reproductivas utilizar para tener hijos (libertad reproductiva).(…)
La intervención humana es el modo responsable de actuar conforme al
conocimiento adquirido, pero esto no significa que todo sea válido. El problema
está en determinar cuáles son los fines legítimos y cuáles los medios adecuados
para lograrlos. (…)
Esa aspiración a lo mejor es una de nuestras características, la inquietud
que conlleva creatividad e inconformismo. Nuestros medios son ahora más
amplios, nuestras posibilidades enormes. Además de modificarnos, cambiarnos y
mejorarnos por medio de la cultura, la educación, o el deporte, ahora podemos
hacerlo mediante modificaciones biológicas. Pero el reto, aunque más complejo,
sigue siendo el mismo: tomar decisiones responsables sobre el modo más adecuado
de lograr un mundo mejor.
Lydia Feito Grande, El debate
ético sobre la mejora humana, Diálogo Filosófico, Mayo/Agosto 2013
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