Causes i conseqüències del nihilisme en la societat occidental.
En la trayectoria occidental, el proceso de secularización fue decisivo para la aparición del trasfondo de la desorientación nihilista, pero es preciso entender bien cuál es el punto crucial. El factor de desorientación está estrechamente ligado a la destrucción del peso del pasado en el que se basa cualquier tradición y cualquier normatividad. La capacidad de mantener una continuidad intergeneracional en las costumbres, en los valores y en las expectativas es lo que define la capacidad de una generación actual para encontrar orientación y sentido en este mundo. En el contexto europeo, ese proceso de ruptura con el pasado asumió los rasgos de la secularización respecto a la matriz cristiana en sus distintas variantes. Si nos fijamos en dos contextos como el ruso y el chino, advertimos que, a una fase histórica de ruptura con la tradición después le sucede un movimiento de recuperación que vuelve a compactar internamente -por lo menos en cierta medida- la sociedad rusa y la sociedad china. Si en Rusia ello ha entrañado una recuperación del papel del cristianismo ortodoxo, en China la tradición de referencia no tiene unos caracteres estrictamente religiosos, tal y como los entendemos nosotros, dado que en esa tradición confluyen sobre todo el confucianismo y el culto de los antepasados.
La omnipresencia de una dimensión nihilista en el mundo occidental y la extrema dificultad para motivar una proyectualidad y una normatividad comunes provocan numerosos efectos deletéreos, algunos de ellos amenazadores, sobre todo en el seno de las naciones occidentales, otros relevantes fuera de Occidente. En el interior, la difusión de una condición de desorientación y de anomia provoca que las sociedades se vuelvan frágiles, que las infracciones legales y morales sean más frecuentes, y por último hace chirriar la propia capacidad organizativa que distinguía virtuosamente a las sociedades occidentales. En el exterior, esas dinámicas pueden reflejarse en unas formas particularmente preocupantes, dado que para volver a compactar las filas de las sociedades occidentales en ausencia de motivaciones internas, a tentación que se abre paso de forma natural es producir dicha compactación como respuesta a una amenaza exterior, presunta o real. Y desde esa óptica, la tentación compactar y disciplinar a una sociedad en vías de disgregación por el procedimiento de perfilar una perspectiva de guerra sería una solución no precisamente inédita.
Andrea Zhok, Nihilismo y modernidad liberal, La maleta de Portbou Julio-Agosto 2025 num 71

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