Jocs que ens volen fer més intel.ligents.
Por una suscripción mensual de 14,95 dólares, Lumosity
ofrece entrenar el cerebro con juegos ideados para evitar el deterioro
mental. En este portal el suscriptor puede ver una sucesión de imágenes y
números para poner a prueba su capacidad de atención o hacer encajar
piezas que forman patrones complejos.
Lumosity, con 50 millones de suscriptores en 180 países, quizá sea el
más famoso de los sitios web con juegos para el cerebro. El negocio del
entrenamiento cognitivo está en auge. La compañía líder en el campo del
entrenamiento cognitivo Cogmed
afirma que su programa de entrenamiento “aumenta la concentración y la
capacidad de aprendizaje” de los estudiantes. La empresa israelí Neuronix
incluso habla de “nueva esperanza para los enfermos de alzhéimer”. El
mes pasado, los centros de Medicare y Medicaid (programas de seguridad
médica del Gobierno de Estados Unidos) recogieron los comentarios de sus
pacientes sobre una iniciativa que, en algunos casos, reembolsaría el
coste de las “actividades de entrenamiento de la memoria”.
Murali Doraiswamy, director del programa de trastornos neurocognitivos del Instituto Duke de Ciencias del Cerebro, en Carolina del Norte,
sostiene que prevenir el alzhéimer gracias a una página web o un
videojuego supondría el “santo grial” de la neurociencia. El problema,
según este facultativo, es que la ciencia del entrenamiento cognitivo no
ha llegado tan lejos como la publicidad. “Casi todas las afirmaciones
publicitarias que hacen las empresas prescinden de los datos.
Necesitamos estudios más específicos antes de llegar a la conclusión de
que son métodos realmente eficaces”, sostiene.
Durante siglos, los científicos han creído que la mayor parte del
desarrollo cerebral se producía en los primeros años de vida y que una
vez alcanzada la madurez apenas cambiaba. Pero en las dos últimas
décadas, las pruebas en animales y seres humanos han revelado que el
cerebro forma nuevas conexiones neuronales durante toda la vida. Sigue
sin estar claro si las actividades que suponen un reto para el cerebro
—como un rompecabezas, aprender un idioma o adquirir destreza en un
videojuego— pueden verdaderamente aumentar la inteligencia o evitar la
pérdida de memoria normal.
Una serie de estudios publicados en los últimos años ha indicado que
ciertos tipos de entrenamiento lúdico pueden mejorar el rendimiento
cognitivo de una persona. Sin embargo, en febrero de 2013, un anáisis
dirigido por la investigadora de la Universidad de Oslo Monica
Melby-Lervag, concluía que aunque los jugadores mejoran, no está
demostrado que el aumento de la destreza se transfiera a otras tareas.
En otras palabras, jugar mucho al sudoku nos hace mejores jugadores al
sudoku, pero no nos volvemos expertos en matemáticas ni nos ayuda a
recordar dónde hemos dejado las llaves.
Pero otras investigaciones han tenido resultados más alentadores. El
pasado septiembre, la revista Nature publicó un estudio llevado a cabo
por investigadores de la Universidad de California, que demostraba que
estos juegos mejoran a la memoria y, a largo plazo, la concentración en
adultos mayores.
En enero, el ensayo más importante de entrenamiento cognitivo en
adultos mayores sanos reveló que los avances en el razonamiento y la
velocidad se mantenían durante nada menos que 10 años. Este análisis
recibe el nombre de Active (Entrenamiento cognitivo avanzado para
mayores independientes y vitales, por sus siglas en inglés) y ha sido
financiado por los Institutos Nacionales de Salud, pertenecientes al
Gobierno de EE UU. En él han participado 2.832 voluntarios con una media
de edad de 74 años.
Para ello, se dividió a los participantes en tres grupos de
entrenamiento (memoria, razonamiento y velocidad de procesamiento).
También se creó un grupo de control. Todos se sometieron a 10 sesiones
de entre 60 a 75 minutos durante cinco o seis semanas. Los
investigadores midieron el efecto de estos ejercicios cinco veces
durante los 10 años siguientes. Cinco años después, los tres grupos
habían desarrollado más habilidades en aquello para lo que se les había
entrenado. Pero estos avances no se trasladaron a otros ámbitos. Una
década después, solo los grupos de razonamiento y velocidad de
procesamiento seguían mostrando avances.
A principios de este año, los Institutos Nacionales de la Salud
pidieron voluntarios para comprobar si el entrenamiento cerebral evita
el deterioro cognitivo. Los investigadores esperan establecer una norma
fiable que determine si estas intervenciones funcionan. Aunque la base
científica siga estando poco clara, los emprendedores han sacado partido
a esta oportunidad. De hecho, en mayo, investigadores y empresas se
reunirán en San Francisco para analizar los últimos estudios y la
tecnología más moderna. Pero los expertos defienden que los consumidores
deberían saber que estos juegos no son la panacea.“Cada persona tiene
que elegir lo que le resulte divertido y lo que le suponga un reto para
poder ser constante”, sostiene el doctor Murali Doraiswamy.
Tara Parker-Pope, Triunfan los juegos para entrenar el cerebro, El País, 27/03/2014
© 2014 The New York Times International Weekly
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