No hi ha perdó per a Alan Turing.
Alan Turing |
Alan Turing, el informático y matemático británico que durante la Segunda
Guerra Mundial ayudó a descifrar el código de la máquina nazi Enigma,
no será héroe nacional. De hecho seguirá siendo un delincuente a efectos de la
legislación británica, pues en 1952 fue encarcelado y ayer el Parlamento volvió
a denegar su indulto. El delito por el que fue condenado no fue hackear: fue
acusado de indecencia por el hecho de ser homosexual en una época en la que
resultaba ilegal serlo en Reino Unido.
La Cámara de los Comunes recibió una solicitud de indulto la semana pasada
después de que un ciudadano inglés, William Jones, reuniera a través de internet
más de 23.000 firmas apoyando la causa y el diputado liberal demócrata, John
Leech, se uniera a la iniciativa. Para Leech, Turing es todo un "héroe nacional"
y aquella "persecución por ser gay es un auténtico escándalo que no debiéramos
prolongar por más tiempo".
La participación de Turing durante la Segunda Guerra Mundial fue esencial
para derrotar al Ejército nazi e, incluso, llegó a dirigir el laboratorio de
informática en la Universidad de Manchester, desde donde contribuyó de manera
determinante al desarrollo de los pilares de la inteligencia artificial. Para
muchos un precursor de la informática moderna, Turing fue un visionario, pionero
en la construcción de ordenadores programables digitales. Como pago, Reino Unido
le juzgó en 1952 y lo condenó a ser castrado químicamente y quedar excluido de
cualquier proyecto secreto del Gobierno. Dos años después, sumido en una
profunda depresión, Turing se suicidaría con cianuro. Curiosamente, a partir del
próximo 23 de febrero, el servicio de Correos lanzará un sello de Turing,
uniéndose a la lista de británicos distinguidos, un lanzamiento que ha contado con la aprobación de
la reina Isabel II.
No es la primera vez que se plantea el indulto para Turing. En 2009, el
informático John Graham Cumming también lo intentó, contando con el apoyo de
reconocidos científicos como el zoólogo Richard Dawkins, o de activistas de los
derechos LGTB (Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales) como Peter Tatchell.
Entonces, la moción fue rechazada en la Cámara Alta, con la oposición frontal de
Lord McNally, que alegó que "por muy cruel y absurda que parezca hoy la condena, entonces fue declarado culpable de algo que era delito en ese
momento". A pesar de ello, el primer ministro, Gordon Brown, pidió disculpas en
público y aseguró que el tratamiento recibido por Turing fue "completamente
injusto" y "terrible".
El pasado mes de noviembre, Graham Cumming sorprendió en su blog al
posicionarse en contra de esta nueva campaña por considerar que, a pesar de ser
un perdón necesario, "sería injusto para los otros hombres homosexuales que
sufrieron bajo esta misma ley, muchos de ellos aún vivos". El informático remite
a la ley de protecciónde libertades, a punto de ser aprobada por la Cámara de
los Lores, cuyo capítulo 4 excluye las condenas bajo leyes como la de Turing.
"No es exactamente lo mismo que un indulto, pero su efecto sin duda alivia la
carga de antecedentes penales de estos hombres vivos", concluye Graham Cumming.
David Bollero, Alan Turing no tiene perdón, Público, 07/02/2012
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