El buit també és un document.
A la Historia se puede llegar por autopistas, caminos zigzagueantes o corriendo
campo a través. Enrique Moradiellos (Oviedo, 1961) ha elegido las vías rápidas,
incisiones directas en el territorio, para contar los acontecimientos más
esenciales de la Historia Contemporánea. El atajo que ha elegido es el de los
documentos, entendidos en el amplio espectro del historiador, para quien tanto
un texto como un mapa, una ilustración o un gráfico son documentos, hitos de
partida para explorar la realidad. “Servirse de un documento singular como
punto de apoyo para el examen de su contexto histórico envolvente enfatiza el
carácter de labor intelectual de interpretación humana, falible y perfectible,
pero también lógica y demostrativa, que tiene la disciplina
científico-humanística o científico-social de la Historia”, plantea el
catedrático de Historia en la introducción de La historia contemporánea en sus documentos, publicado
por RBA.
Desde la Revolución francesa hacia acá, la acumulación de revoluciones,
transformaciones, conflictos, cambios tecnológicos e ideologías rupturistas ha
sido trepidante y constante. Pero, avisa Moradiellos, el mundo es más o menos el
mismo: “El mundo que nació a finales del siglo XVIII fue conformando unas
condiciones vitales de existencia que siguen siendo, básicamente a pesar de
cambios y avatares varios, las mismas que disfrutamos todavía hoy en gran medida
y proporción”.
¿Qué valor puede tener una obra semejante, poco común en la historiografía
española? La respuesta que da Moradiellos es la siguiente: “Un valor educativo y
formativo bien importante para estos tiempos y sociedades de vertiginoso cambio
tecnológico y creciente desmemoria u olvido de la historia precedente”.
Los documentos sirven de catapulta hacia los grandes acontecimientos de la
historia contemporánea: la Revolución Industrial, la Revolución Francesa, el
nacimiento de Estados Unidos, la Guerra de la Independencia española, la Guerra
de Secesión norteamericana, la Primera Guerra Mundial, la Guerra Civil española,
la Segunda Guerra Mundial o el desmoronamiento del bloque soviético. Pero
también hacia fenómenos sociales e ideológicos que han transformado el mundo
desde entonces: el feminismo se explica a partir de la declaración de Seneca Falls (1848), el darwinismo a partir de
una caricatura publicada en una revista de Londres donde se dibuja al científico
con rasgos simiescos (1874) o el marxismo a partir del prefacio del libro Contribución a la crítica de la economía política
(1859).
Y se cuenta la revolución bolchevique y el nacimiento del comunismo a partir
de dos fotografías que ya pertenecen a la historia de la fotografía manipulada.
Se corresponden con la famosa imagen de Lenin pronunciando un discurso en la
plaza del Teatro Bolshoi de Moscú, escoltado por Trotsky en las escaleras, y la
instantánea retocada y manipulada durante el mandato de Stalin en la que
literalmente se ha borrado a Trotsky de la fotografía. También el vacío es un
documento.
Tereixa Constenta, Dame un documento y contaré la Historia, Papeles Perdidos, 21/02/2012
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