Mitologia, genètica i l´origen del poble basc.
El sábado,
el novelista y antropólogo Álvaro Bermejo situó a los primeros vascoparlantes
en Atapuerca. “Una vez le preguntaron a Jorge Oteiza de donde venían los
vascos. Su respuesta fue genuina: «Los vascos siempre estuvieron aquí». Es muy
posible que el origen del pueblo vasco esté en Atapuerca”, decía el escritor en El Diario Vasco.
Aunque, a partir de la lectura de la entrevista, da la impresión de que Bermejo
afirma que los vascos son de origen europeo -de Atapuerca- mientras que el
resto de los humanos son, en última instancia, africanos, el novelista ha
puntualizado enCultura 3.0 que no sostiene que “la huella genética de Homo antecessor tenga
nada en común con la genética vasca”. Y ha añadido: “Si en 20000
antes de nuestra era ya había una etnia protovasca asentada en esta tierra,
como afirman los estudios cientificos de Forster y Oppenheimer, es muy posible
que tuvieran comunicación con quien quiera que habitase entonces en
Atapuerca. Posible es
la palabra clave de la entrevista”.
Comparto
con el filósofo Eduardo Zugasti, autor
de la nota crítica que ha provocado el comentario de Bermejo,
mi hartazgo por la manipulación que cierto sector del nacionalismo ha hecho de
los orígenes de los vascos para arrimar el ascua a su sardina territorial.
Aunque Bermejo no tenga esa intención, su afirmación es tan carente de
fundamento como otras que no dudaríamos en tildar de disparatadas y que sitúan
a los primeros vascos en la Atlántida y
hasta en otros planetas. Y la referencia a Oteiza tiene tanto valor argumental
como una a Juan José Benítez en una conversación sobre vida en otros mundos,
porque una cosa es la escultura de Oteiza -que puede gustar o no- y otra sus
delirios etnicistas.
Recién
llegados
Aunque
hubo un lehendakari, Juan José
Ibarretxe, que repetía en cuanto tenía oportunidad que los vascos llevan 7.000
años donde ahora están, lo cierto es que son unos recién
llegados. No hay pruebas de la presencia de la lengua vasca en la región antes
del siglo II, cuando se supone que inmigrantes de Aquitania o el Pirineo la
traen a lo que hoy es Euskadi. Antes que ellos, vivieron aquí los indoeuropeos,
a quienes deben sus nombres ríos como el Nervión y Deba, y, después, los
romanos, que conquistaron la cornisa cantábrica -toda- para garantizar el
suministro por mar de las tropas destinadas al norte del continente y abrir
rutas comerciales, y fundaron buena parte de los puertos actuales.
No hay tampoco
ni una prueba que apoye la conexión entre los vascos actuales y pobladores
paleolíticosde Atapuerca. En la ficción, casi todo vale y, en su
novela El clan de
Atapuerca, Bermejo puede incluir protagonistas con nombres vascos y
hasta hacerles hablar euskera, aunque eso no significa ni los primeros ni que
la lengua existieran. Entiendo que decir que “es posible que el origen de los
vascos esté en Atapuerca” sirva para vender libros en Euskadi, donde parece que
todavía andamos necesitados de pasados míticos; pero la historia es otra cosa.
La continuidad de un linaje vasco desde la Prehistoria hasta la actualidad
tiene a su favor tantas pruebas como la existencia de Astérix y Obélix. Es pura
especulación; como lo de la raza vasca ansiada por José Miguel de Barandiarán,
cuya contaminación se intuye en Bermejo cuando habla de una etnia protovasca hace
20.000 años.
Luis Alfonso Gámez, ¿Vienen los vascos de Atapuerca?, Magonia, 27/02/2012
Luis Alfonso Gámez, ¿Vienen los vascos de Atapuerca?, Magonia, 27/02/2012
Comentaris