Se acelera el plan de reformas radicales para consolidar la contrarreforma en
marcha. Se incrementarán las ayudas y subvenciones oficiales a los festejos
taurinos, donde la esencia última del espectáculo, como saben los auténticos
amantes y acredita el Cossío, es la hora de la verdad: el "arte de matar". Las
corridas y los pasos de Semana Santa, con presupuestos también al alza, serán de
nuevo las señas de una identidad sin complejos, vanguardista y universal, por
encima de nacionalismos aldeanos y trasnochados. Oído al parche: siempre habrá
infelices que contrapongan estas inversiones futuristas con los recortes en la
sanidad pública y el vaciamiento de los fondos destinados a investigación
biomédica. Hay mucho personal alumbrado que todavía no sabe el peso de una
mayoría absoluta. ¡La llave de las arcas y de las almas! Así, se procederá a
eliminar la materia de Educación para la Ciudadanía para evitar el
adoctrinamiento volteriano de la juventud española, de tal manera que la tarea
orientadora descanse sobre todo en el tradicional espíritu neutro y científico
del nacional-catolicismo. Dentro del paquete de medidas para atajar los efectos
devastadores de la burbuja inmobiliaria, se modificarán las leyes de protección
del medio ambiente y se permitirá la construcción en primera línea de lo que
queda de litoral. Y para dejar en evidencia el ilusorio modelo alemán, que prevé
el cierre gradual de las centrales nucleares, el Gobierno español acuerda poner
fin al desarrollo de las renovables. Se espera con impaciencia el
nombramiento de Francisco Camps como nuevo Defensor del Pueblo. Se incorporará
la conmemoración de la Constitución liberal de 1812 a los eventos programados en
honor de los Reyes Católicos, con un acto central y solemne en el que se
anunciará la derogación de la Ley de la Memoria Histórica. Y oídos los
testimonios de los crímenes del franquismo en el Supremo, hace frío y nieva en
España. Nieva, sí, sobre todos los vivos y los muertos.
Manuel Rivas, Oooolé, El País, 04/02/2012
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