Entrevista a Tales de Milet: "Tot és aigua".


Periodista.- Buenas, aunque tormentosas noches a todos los oyentes de Diálogos en la caverna. Hoy estamos en Mileto, una ciudad de origen griego, en pleno siglo VII a. C., donde vivió Tales, el primer filósofo de la historia de Occidente. Viajero incansable, ingeniero, matemático y astrónomo, Tales es mundialmente famoso por sus opiniones acerca del origen del mundo. Lo entrevistamos aquí, en la Clínica Hipócrates, en donde se halla convaleciente tras haber caído a un pozo...

P.- Señor Tales ¿Qué tal se encuentra?

Tales de Mileto.- Mejor, gracias, me acaba de bañar una enfermera tracia muy alegre y eso me ha levantado el ánimo. Resulta que anteayer iba distraído observando el cielo y me hice daño al caer a un pozo, parece que tenía muy poca agua…

P.- ¿Poca? Qué curioso. Pues se dice por ahí que usted afirma que el principio de todo es agua.

T.- Bueno, no solo yo. Muchos sabios y poetas opinan lo mismo que yo, aunque lo cuenten a través de mitos.

P.- Pero maestro, ¿por qué agua? Vuestra tabla periódica contiene muchos otros elementos: la tierra, el agua, el fuego… ¿Qué tiene de especial el agua?

T.- ¿No ha observado usted como cambia de forma, o como se vuelve sólida al enfriarse o aérea al calentarse? Es razonable pensar que todo lo que vemos sea una transformación a partir del agua que, siempre en movimiento, adopta ahora unas formas, ora sus contrarias, (solemne) según la vieja Ley del Justo Equilibrio Cósmico...

P. Eso suena imponente, maestro. Pero los alumnos de filosofía del futuro se preguntaran una y mil veces cómo de una sola y misma cosa surgen tantas y tan diferentes.

T.- (Irritado) ¡Por Poseidón, dios de los mares! Pues de la misma forma que del caos primigenio surge el cosmos con sus árboles, sus animales y sus... periodistas.

P.- ¡Pero la lógica nos dice que del agua solo puede surgir... agua! ¿Cómo dividirla, o condensarla, sin más herramienta que el agua misma?

T.- (Condescendiente) Es una vivencia innegable que de lo uno y lo mismo surge lo múltiple y distinto. Piensa en cómo en tu única y misma cabecita salen a flote tantos y tan diferentes pensamientos.

P.- … Y si el agua, maestro, está moviéndose siempre, ¿será por algo y para algo?

T.- Seguramente.

P.- ¿Y podrán ser también esas causas y leyes de todo lo que se mueve cosas hechas de agua corriente y moviente?

T.- Tus razonamientos son jóvenes e inflexibles, y por eso hacen agua. (Rimbonbante) Lo Húmedo es como un dios que está en todo y que todo lo vivifica. El agua no solo es la materia que ves, sino también el alma invisible que la mueve y la gobierna con ley y armonía.

P.- (Extrañado) ¿El agua un dios? Maestro, vengo de una época en que la ciencia, heredera de ustedes los filósofos, ha fulminado a todos los dioses.

T.- ¿Estás seguro? Fíjate que mis futuros colegas, los físicos de tu época, dicen lo mismo que yo, que todo es una sola cosa, energía le llaman ellos, y que esa energía se transforma en otras cosas según fuerzas y leyes que son y no son también energía. Poco costaría añadir que esa energía misteriosa es tan divina como mi principio acuoso.

P.- ¡Pues ambas cosas me inundan de dudas!

T.- Muchacho, aún has de aprender a navegar en el agua turbulenta de la filosofía. Mira, ayúdame a incorporarme y sigamos esta conversación en los baños. Tal vez dejándonos penetrar por ella, podamos penetrar también nosotros los misterios del agua.

P.- Sea. Aún tengo mucha sed de conocimientos.

Tales, el primer filósofo, Diálogos en la caverna abril de 2016

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