Racisme i programa polític en Plató.



Racisme: El racismo pasa a desempeñar así, en el programa político de Platón, un papel más central de lo que cabría esperar a primera vista. Exactamente del mismo modo en que el Número racial o nupcial platónico provee el fondo para su sociología descriptiva, «el fondo dentro del cual se halla encuadrada la Filosofía de la Historia platónica» (como dice Adam), proporciona también el marco para la exigencia política de la soberania de los filósofos. Después de lo dicho acerca de la crÍa selectiva de perros y vacas, aplicada a la selección eugenética de los ciudadanos del Estado platónico, quizá no resulte del todo extraño descubrir que su rey es un rey criador. Sin embargo, puede haber todavía quien se sorprenda de que el filósofo platónico resulte ser un criador filosófico. Pero la verdad es que la necesidad de una crianza científica, matemático-dialéctica y filosófica, no es e1 menor ni el último de los argumentos con que Platón defiende la soberanía de los filósofos.  (pàg. 150)


... como sabe todo criador de perros, caballos o pájaros, la cría racional es imposible sin un modelo, sin un objetivo que la guíe en sus esfuerzos, sin un ideal hacia el cuaI tiendan sus productos, a través de las cruzas y selecciones sucesivas. Sin un patrón de este tipo, jamás podría decidir qué productos son «buenos» y cuáles «malos», ni cuáles son los méritos o defectos de los descendientes. Pues bien, este patrón equivale exactamente a la Idea platónica de la raza que se propone crear. (pàg. 150)

Del mismo modo en que sólo elverdadero filósofo, el dialéctico, puede ver -según Platón- el divino original de la ciudad, así también el dialéctico es el único que puede ver aquel otro original divino, a saber: la Forma o Idea del hombre. Sólo él es capaz de copiar este modelo, de hacerlo descender del cielo a la tierra» y de materializarlo sobre su superficie. Esta Idea del hombre, Idea de carácter regio, no representa, como han creído algunos, aquello que todos los hombres tienen de común ni constituye el concepto universal de! «hombre». Tratase, más bien, del original humano semejante a Dios, del superhombre inmutable, del supergriego y del superamo. El filósofo debe tratar de materializar en la tierra lo que Platón define como la raza de «los hombres más constantes, más viriles y, dentro de los límites de lo posible, los más hermosamente conformados...: de noble cuna y de caráctcr capaz de infundir un temor reverencial». Es la raza de hombres y mujeres que han de ser «semejantes a dioses si no divinos... y han de hallarse tallados en la belleza perfecta, la raza señorial, destinada por la naturaleza al reino y al mando. (pàg. 150-151)

Vemos, así, que las dos funciones fundamentales del filósofo rey son análogas: por un lado tiene que copiar el divino original de la ciudad y, por el otro, el divino original del hombre. es el único capaz. de hacerlo y el único que siente la imperiosa necesidad de materializar, «tanto en el individuo como en la ciudad, su divina visión». (pàg.151)


Karl R. PopperLa sociedad abierta y sus enemigos, Primera Parte, Ediciones Orbis, Barna 1985

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