Els humans ens hem organitzat per transcendir la naturalesa.
Saber que somos animales y que, por tanto, estamos gobernados por
leyes básicas como las de la termodinámica, nos sirve para entender la
determinación evolutiva de la vida, no la dirección, ya que la evolución
no tiene dirección ni sentido. Insisto en que no buscamos sentido a la
evolución, sino cómo se produce y que es lo que sostiene y justifica
esta enorme metaley biológica que permite la vida en nuestro planeta.
La simbiosis y la selección natural nos indican en gran parte el
porqué estamos aquí los animales y, cómo animales, cómo nosotros abrimos
el paso biológico y etológico que permite que la consciencia emerja
como consecuencia de una situación de aumento exponencial de la
complejidad de nuestras relaciones sociales y de un cerebro que se ha
acelerado en el marco de la inteligencia operativa.
Del ovillo básico de la información genética a las cadenas
sencillas, pero a la vez complejas de ADN y ARN, hasta llegar a la red
trófica de nuestra estructura biológica, todo está sometido a una
realidad ecológica en constante transformación en la que, por
descontado, cada vez más también intervenimos de manera sistémica.
Los homínidos del género homo somos biológicamente mamíferos y etológicamente sociales. Todos los Homo
hemos aprovechado la sociabilidad para poder hacer frente a la
selección natural con éxito. La adaptación nos ha hecho eusociales, sin
esta propiedad posiblemente nuestra especie no existiría o al menos no
seríamos como somos.
Sin conciencia no hay organización
Somos una consecuencia de las leyes de la naturaleza y la diferencia
con otros animales de nuestro reino es que nosotros podemos saber cómo
funciona y qué es una ley. Nosotros, lo humanos en nuestra evolución, al
hacernos conscientes de quiénes somos nos hemos organizado para
intentar transcender a las leyes. La idea central de lo que quiero
contar es que sin conciencia no puede haber organización sino orden, el
orden de las leyes.
Desde la necesidad de asociación en bandas en las sabanas africanas del Homo habilis hasta la capacidad de pensar y estructurase en grandes concentraciones humanas del Homo sapiens
han pasado centenares de miles de años. Todo ha transcurrido en medio
de adquisiciones biológicas, técnicas y sociales que se han ido
acumulando, dando como resultado la complejidad social de nuestra
especie.
Eudald Carbonell, Evolución: vivir, dirigir y organizarse (1), Sapiens, 13/01/2013
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