Percepció i creació de la realitat.



La idea que tradicionalmente se enseña de la percepción nos dice que los datos del sensorio llegan al cerebro, recorren la jerarquía sensorial, y a partir de ahí son vistos, oídos, olidos, saboreados o palpados: “percibidos”. Pero si examinamos los datos más lentamente vemos que esto es incorrecto. El cerebro es más bien un sistema cerrado que opera siguiendo su propia actividad generada internamente. Ya tenemos muchos ejemplos de este tipo de actividad: por ejemplo, la respiración, la digestión y el caminar están controlados por generadores de actividad autónomos situados en su tallo cerebral y su médula espinal. Cuando soñamos, el cerebro se ve aislado de su entrada normal, de manera que la activación interna es la única fuente de estimulación cortical. En el estado de vigilia, la actividad interna es la base de la imaginación y las alucinaciones.
El aspecto más sorprendente de este marco de referencia es que los datos internos no son generados por datos sensoriales externos, sino tan solo modelados por ellos. (58-59)
David Eagleman, Incógnito. Las vidas secretas del cerebro, Anagrama, Barcelona segunda edición 2013

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