El solipsisme i la idea dels zombis.
… si llevamos hasta sus últimas
consecuencias el razonamiento que nos encamina a dudar de la existencia de
nuestro cuerpo y del mundo material en el que vivimos, también tendríamos que
dudar de la existencia de otras mentes,
pues el único dato que tenemos para creer que existen es la experiencia de ver,
escuchar y tocar a las personas que suponemos que las poseen. La tesis de que
la mente exista sin un mundo físico y que además tu propia mente sea la única que existe recibe el nombre de
solipsismo. (109)
Si la idea de los cerebros en una
cubeta nos llevaba a considerar la hipótesis de que las mentes (o la mente, si
es que solo hay una) tal vez existan sin necesidad de una realidad física que
las “soporte”, la filosofía también ha coqueteado a veces con la idea
contraria: quizá puedan existir cuerpos sin mente, seres humanos que carezcan
de una mente consciente, a pesar de que todo su comportamiento sea exactamente
como el de una persona “normal”. Al fin y al cabo, ese comportamiento es el
resultado de las fuerzas físicas que operan sobre las células, las moléculas y
los átomos de los que están compuestos los individuos, así que estas fuerzas
físicas deberían ser suficientes para explicar ese comportamiento: lo mental
sería innecesario, superfluo. A estos eres humanos, indistinguibles de los
“normales” si solo nos fijamos en su comportamiento (que es lo único que
podemos realmente observar de ellos), se les ha llamado zombis, aunque por
supuesto tienen poco que ver con los típicos muertos vivientes de las películas
de terror.
El filósofo que ha puesto de moda
en las últimas décadas esta idea de los zombis es el australiano David Chalmers, en su libro La mente consciente (110-111).
Jesús Zamora Bonilla, En
busca del yo. Una filosofía del cerebro, EMSE EDAPP, S.L. 2018
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