Art, oci i treball.
En los últimos tiempos, sin embargo, ha ocurrido que la
valoración del ejercicio artístico se ha socializado del lado de
la afición y el placer como aquello practicado en tiempos
ociosos y considerado difusamente como actividad laboral.
De forma que el contexto no pierde la oportunidad de recordar a quienes crean que eso no es un trabajo en sentido estricto y que por ello cualquiera puede aprovechar para pedir
gratis a un amigo o a un familiar que crea: un retrato para su
hijo, una ilustración para su trabajo, un poema para su pareja, presuponiendo que el gusto por hacer ya compensa el trabajo, reforzando la idea de que el pago a lo creativo va implícito en su mero ejercicio.
Con excesiva frecuencia nos viene a la mente esta dicotomía presente en la relación entre creación y precariedad.
Me refiero a la que presenta enfrentados el dinero y el saber,
el interés comercial y el interés cultural, la creación mundana y la espiritual. Y me parece que cuando se nos muestran
como opuestos hay algo de fingimiento interesado, porque
nunca una creación se hace aislada del mundo material.
Toda creación siempre es atravesada por las cosas cotidianas
de la vida: el trabajo, el dinero, los espacios que habitamos,
nuestros cuerpos y deseos, esa maldita preocupación.
Remedios Zafra, El entusiasmo. Precariedad y trabajo creativo en la era digital, Editorial Anagrama, Barcelona 2017
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