Com emergí la vida de la no vida?
Lynn Margulis |
La exploración del cosmos todavía se encuentra en su edad infantil.
Lo que si sabemos, es que se contempla la posibilidad de su existencia
desde hace 13 millones de años, la edad de formación del universo.
Probablemente, no en sus primeros instantes, pero sí cuando el espacio y
el tiempo ya no están tan condensados y aparecen muchas situaciones de
tipo físico-químicas críticas.
Es por eso que es importante el trabajo que se lleva a cabo con
radiotelescopios que otean el universo, los espectrómetros que analizan
la luz y, ahora, el análisis de materia de otros planetas del sistema
solar que nos pueden ayudar a saber si la vida es un hecho exclusivo de
la Tierra, o como ya se ha planteado, ha aparecido y desaparecido
millones de veces en la historia del cosmos, para después volver.
Sabemos que la cooperación fue básica, según la propuesta teórica de
la amiga bióloga ya fallecida Lynn Margulis. El endosimbiotismo permitió
la asociación de organismos una vez la vida se abrió paso en la
hidrosfera y más tarde en la litosfera y la atmósfera terrestre. Por lo
tanto, la capacidad de funcionar colectivamente, gracias a la
constitución de colonias, adquiere propiedades emergentes que los
organismos solitarios no disponen. Es el principio en el que aparece la
diversidad biológica que empuja hacia la complejidad.
Pero ¿cómo se genera la materia orgánica si no hay vida? Ésta es una
pregunta que se planteó el científico ruso Alexander Oparin, entre
muchos otros, y que explica en su libro El origen de la vida. Está
claro que es otro de los momentos de emergencia que se producen
aleatoriamente en la evolución cósmica. Condiciones termodinámicas
concretas permiten la asociación de elementos que por catálisis alcanzan
estructuras críticas que cambian de fase, en este caso hasta adquirir
información propia y autoorganización. La vida es uno de estos pocos
maravillosos y únicos hitos de la evolución del espacio y el tiempo.
Está claro que la vida emerge de lo que no es orgánico y que después
autótrofos y heterótrofos continúan el ciclo de retroalimentación para
que se construyan y evolucionen las redes tróficas, que a la vez
producen materia orgánica que se puede desintegrar analíticamente en sus
componentes elementales inorgánicos y de esta manera una y otra vez
iniciarse el ciclo de retroalimentación.
Nos interesa contestar la pregunta de cómo en el futuro nuestra
especie querrá transformarse a sí misma, o si querrá habitar otros
planetas, y sus descendientes otras galaxias. Saber si queremos hacer
esto o no también nos predispone al análisis de la formación seminal de
lo que somos para poder tener la seguridad de que conocemos los procesos
y podemos reproducirlos científico-técnicamente sin cometer errores que
comprometan nuestra existencia en el universo.
Eudald Carbonell, Deseando conocer el pasado (4), Sapiens, 09/06/2013
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