La falsabilitat és una actitud personal, no una característica de les teories científiques.
Charles Sanders Peirce |
Los orígenes
El padre del
falibilismo no fue otro que Charles Sanders Peirce. Peirce mantenía,
simplificando mucho, que nuestros alegatos de conocimiento científico
son invariablemente vulnerables y pueden resultar ser falsos. Desde su
punto de vista no se puede afirmar que una teoría sea verdadera de forma
categórica, sino tan sólo que tiene una cierta probabilidad de ser
verdadera (en el sentido de que se corresponde con una realidad
existente). [Véase Provisional y perfectible]
Karl Popper
basó buena parte de sus posiciones en filosofía de la ciencia en Peirce,
dando un paso más, eso sí. Popper siempre sostuvo una posición de
escepticismo à la Hume respecto al problema de la inducción, a
resultas de la cual llegó a afirmar que era imposible verificar o
confirmar una teoría científica universal con ningún grado de probabilidad. Pero eso sí, podemos falsarla, esto es, probar que es falsa. Un ejemplo puede sernos útil en este punto.
Si afirmamos
que “todos los cuervos son negros”, para poder confirmar su veracidad
tendríamos que encontrar y censar todos los cuervos que en el mundo son y
verificar que, efectivamente, son negros. Algo que se nos antoja, si no
estrictamente imposible, al menos muy complicado. Imaginemos ahora una
afirmación que tenga que ver con la estructura de las estrellas tipo
Sol: simplemente carecemos de los medios para poder verificar todas y
cada una de ellas. Ahora bien, con que sólo encontremos un cuervo que no
sea negro habremos probado que la afirmación, tal y como está
formulada, es falsa. Es lo que los matemáticos llaman un contraejemplo y
cuyo hallazgo juega un papel especialmente importante a la hora de
dilucidar el paso a teoremas de las conjeturas cuando las demostraciones
positivas se resisten.
Vemos pues
que la falsabilidad puede llegar donde no puede llegar la prueba
positiva. Por tanto, para Popper la frontera entre ciencia y no-ciencia
está en la forma en la que las teorías científicas hacen predicciones
comprobables y son desechadas cuando no pasan esas comprobaciones.
Aunque lo
pueda parecer de aquí no se desprende que las teorías científicas sean
falsables, en el sentido de que la falsabilidad sea una de sus
características definitorias.
Mantenella y no enmendalla
Popper se
preocupó de distinguir entre ciencia y pseudociencia. La segunda
surgiría bien cuando aquellos que apoyan una teoría empírica rechazan
pruebas en su contra o bien cuando una supuesta teoría no hace
predicciones empíricas comprobables (incidentalmente, Popper da como
ejemplo del primer caso el marxismo y como del segundo el
psicoanálisis). Esta es una posición que es habitual encontrar hoy día y
encierra el quid de la cuestión de qué es la falsabilidad en realidad.
Pero no todo
es tan evidente. Según esta distinción la llamada teoría de cuerdas,
por ejemplo, es una pseudociencia. Lo que implica que debe haber algo
más que la capacidad de predicción empírica comprobable si hemos de
considerar una hipótesis como la teoría de cuerdas como perteneciente al
ámbito de la ciencia, algo que pocos dudan [véase Leyes, teorías y modelos (II): Prescripción y descripción en ciencia].
Por consiguiente, si la falsabilidad debe ser un criterio para
considerar una hipótesis como científica, y lo es, pero no así su
capacidad de predicción empírica, entonces no es una característica de
las hipótesis.
Efectivamente, la falsabilidad no es una característica de las teorías científicas sino la actitud
de una persona o grupo de personas con respecto a una determinada
teoría. Si una persona está dispuesta a admitir que una teoría puede ser
falsa y reconocer como válidas las pruebas que así lo demuestren
entones diremos que esa persona trata a la teoría como falsable. Así, si
yo creo que el universo entero fue creado para el hombre hace 6.000
años y no estoy dispuesto a admitir ninguna prueba de los contrario
estoy tratando a mi “teoría de la creación” como no-falsable; pero si
otra persona que mantiene esa misma teoría cambia de criterio por las
pruebas que se le han presentado está tratando a la misma “teoría de la
creación” como falsable. A lo largo de la historia muchos pioneros de la
ciencia lo que han hecho ha sido precisamente esto, tratar la teoría de
la creación recibida como falsable, frente a otros, mayoritarios muchas
veces, que la trataban como no falsable.
Por tanto, las teorías científicas no son falsables, son tratadas como tales. La falsabilidad, quede claro, es una actitud.
El problema
de de la falsabilidad no es tan sencillo como pueda parecer y lleva a
algunas consideraciones sobre la evolución de la ciencia muy
interesantes que trataremos en una próxima anotación.
César Tomé López, Las teorías científicas no son falsables, Cuadernos de Cultura Científica (KZK), 30/04/2013
Nota 1: Francis Villatoro alimenta el
debate en su blog, reflexionando acerca de la teoría de cuerdas y
haciéndose la pregunta de si tal teoría es ciencia o pseudociencia.
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