L'ésser humà, subjecte actiu del seu desenvolupament.
Immanuel Kant |
Los metaconceptos que defiende Kant son de un valor heurístico y
hermenéutico como pocos. Es por eso que la aplicación razonada de los
mismos nos sirve en la actualidad para facilitar su comprensión y
aprensión en los procesos y métodos, independientemente de los avances
de tipo científicotécnico, que como hemos dicho en alguna ocasión son
conceptos atemporales. Su valor holístico es imprescindible para poder
continuar pensando como especie.
Por ello, deberíamos de ser capaces de emplearlos para la
construcción del futuro, partiendo de que la memoria del sistema tierra
puede ser observada, analizada a través de leyes y aprendida por
nosotros en el presente como nunca antes había sido posible por falta de
conocimiento. Pero sin una visión teleonómica existe una imposibilidad
metafísica de encontrarle dirección. No tan solo de eso, sino una
incapacidad para saber lo que hemos de buscar en el pasado para
configurar en el presente las direcciones básicas de la especie en el
futuro.
El despertar de la conciencia permite a la humanidad en construcción
su reencuentro evolutivo y se convierte en paradigma de nuestra
existencia. En este sentido, los descubrimientos que permiten contrastar
leyes como las de la selección natural también nos ayudan a ir más allá
y esta vez si romper el continuum de la historia y convertirnos en sujetos activos de nuestro devenir.
La naturaleza no atenaza la evolución de la propia naturaleza. Por
el contrario, es la evolución realizada. Es la expresión de la
potencialidad de las situaciones que generan interdependencia, primero
de forma aleatoria y después de forma direccional. Kant tiene razón en
casi todo lo que piensa y bastante sobre lo que conoce. Solamente la
evolución y el progreso nos pueden permitir ir más allá. Y únicamente el
saber que queremos nos permitirá ser más críticos con el conocimiento
del pasado y la dependencia de las leyes de la naturaleza aunque esta
sea ahora antropizada.
Nos tenemos que anticipar al azar y el trabajo interdisciplinar nos
debe permitir este proceso de apropiación de lo que es ya nuestro.
Engels, en Dialèctica de la Naturaleza y, sobre todo, en El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre
ya nos hace conscientes de cómo se ha producido el cambio de las
distintas formaciones en la historia y el papel del eje conductor que ha
sido la actividad técnica socializada, ya que ha hecho emerger y
consolidar nuestra humanidad.
La afirmación de Marx respecto a que no es la conciencia quien ha
hecho al hombre sino el hombre el que ha construido la conciencia, nos
permite entender que el diseño de la humanidad se ha autoactivado
primero por necesidad y después ha de ser construido como práctica
aprehensiva de su propia realidad, como ya hemos planteado con
anterioridad. La búsqueda del pasado sólo tiene sentido en la
construcción racional del futuro.
Eudald Carbonell, Deseando conocer el pasado (6), Sapiens, 21/06/2013
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