L'objecció del criminal, una prova contra la regla d'or.

 

Más que una máxima, la Regla de Oro es una estructura de reflexión y de juicio moral que propone implícitamente invertir los papeles (role reversal) entre el agente y el paciente de la acción moral.

En este sentido se puede considerar una «regla de empatía» (cognitiva o emotiva) pero no un imperativo. El imperativo vale para todo el mundo, en cualquier situación, mientras que la Regla de Oro es subjetiva y no surge de la razón sino del deseo. Explorar el punto de vista de los otros constituye una regla de buena educación, una «regla prudencial», pero no puede ser confundido con una ley que se da a si misma la propia conciencia. Además la ética de Kant no se refiere a preferencias o a deseos sino a exigencias universales de la razón. Kant no es tampoco partidario de una ética comunitaria (como la que está implícita en el fondo de la Regla de Oro) sino que su propuesta está estrictamente vinculada a la conciencia individual. El sujeto moral kantiano no se preocupa por los deseos subjetivos de los otros, ni pretende fundar la moral en una «regla de simpatía» sino que se guía la rectitud de la conciencia y por la ley universal, no por el deseo que siempre es heterónomo.

La Regla de Oro no pasaría de ser un ejercicio intelectual, una «composición de lugar», como habrían dicho los jesuitas; pero ni es un imperativo categórico, ni implica necesariamente el ejercicio de una virtud (la Caridad, la Prudencia…) . Kant conocía la llamada ‘objeción del criminal’, una crítica propuesta por Pedro Lombardo y Abelardo en el siglo XII a la Regla de Oro, en cuanto regla de empatía. El criminal dice al juez: «¿Por qué me condenas? Tu no quisieras para ti mismo ser castigado!» Esa expresión de empatía de la regla nos llevaría en su opinión a adoptar un comportamiento claramente inmoral. El peligro de que la Regla de Oro pueda ser manipulada subjetivamente en nuestro favor basta para que Kant, rigorista al fin y al cabo, la rechace como principio moral.

Ramón Alcoberro, ¿Por qué el imperativo categórico de Kant no es equivalente a la Regla de Oro?

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