És pitjor el menyspreu que l'enveja.
Se dice que la envidia es el pecado nacional de los españoles.
Este es otro de los juicios improvisados en el lugar común de la pereza. En
realidad lo que aquí se practica es el desprecio. Algo tan estéril como el
oprobio es lo que explica muchas de nuestras carencias intelectuales. La vida
cultural de una nación se articula mediante el reconocimiento mutuo. Y en donde
éste se produce, nace la envidia. Esa secreta admiración que se siente por los
que uno quiere imitar. De ahí surge la manifiesta o disimulada rivalidad, la
emulación, la fértil influencia de la envidia en la vida de una nación.
Basilio Baltasar, El intelectual rampante, El Boomeran(g), 13/11/2012
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