La mort de la socialdemocràcia.
Un género literario no menos aburrido que el de la muerte de la novela es el de la muerte de la socialdemocracia (aderezado con muchas citas de Tony Judt ). Los lamentos que se entonan parten todos del supuesto de que la socialdemocracia, tal como la conocemos, está acabada y necesita refundarse, repensarse, renovarse, revisarse y re… no sé cuántas cosas más. Pero igual que la novela no acaba de morir por muchos funerales que oficien los teóricos de la literatura, tampoco la vieja socialdemocracia será enterrada en el corto plazo a pesar de los negros augurios de tantos analistas. Resulta extraño que la derecha nunca padezca esa angustia existencial. Los liberales no se rasgan las vestiduras por el fracaso estrepitoso de sus recetas económicas ni reclaman una nueva elaboración de sus principios. Esta curiosa asimetría quizá se deba al hecho de que mientras la derecha, con mejor o peor fortuna, es siempre capaz de llevar a cabo sus políticas, la socialdemocracia se ha encon