El movimentisme.
El movimentismo explota un terreno preparado en el 68, cuando en los movimientos se congregaban personas de ideas afines, que rechazaban cualquier organización y, al menos en apariencia, cualquier organización y, al menos en apariencia, cualquier liderazgo, sobre todo si era profesional. Los movimientos actuales son aún más fluidos. Se manifiestan mediante marchas y sentadas, dando la idea de “una sociedad protestataria en movimiento, que se muestra en la escena de la calle” ( Georges Balandier , El poder en escenas , Paidós, 1994). No se preguntan si quien participa tiene ideas políticas homogéneas; para formar parte de ellos basta compartir las motivaciones de protesta global que practica cada grupo (Indignados, Occupy Wall Street …) (…) En su conjunto, los movimientos tienen algunas propiedades comunes interesantes, que proporcionan también cierta orientación acerca del sello de la política venidera. Tenue caracterización No tienen programas de acción positivos,