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S'estan mostrant les entrades d'aquesta data: febrer, 2023

Quan la identitat substitueix la lluita de classes.

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...en 1998, tuve ocasión de escuchar a Richard Rorty describir la situación política en los Estados Unidos como la de una izquierda distraída en hostilidades identitarias (étnicas, religiosas y sexuales) mientras se invertía el proceso de aburguesamiento de los trabajadores y comenzaba el de proletarización de la burguesía. Rorty pronosticó entonces que volverían a ponerse de moda los chistes de mal gusto sobre mujeres y afroamericanos, que los trabajadores empobrecidos culparían de su desdicha a la burocracia política que teledirigía sus vidas, a los agentes de bolsa y a los profesores posmodernos, y que en ese caso podrían aparecer movimientos populistas que derrocasen a gobiernos constitucionales. Casi todos los que le escuchaban pensaron que eran exageraciones de un liberal decadente que sobrevaloraba a unos pocos intelectuales calenturientos de un país extraterrestre. Craso error. En cuanto la situación económica empeoró (hasta desembocar en la crisis de 2008) y empezó a dificulta

En què consisteix la cancelació?

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Cancelar a alguien es quitarle voz, y quitar la voz es expulsar de lo social, es desterrar, el gran castigo que ya los griegos practicaban con el ostracismo. Cancelar a un individuo es convertirlo en un fantasma, en un subalterno, en alguien que no posee nada. Desgraciadamente, nos estamos acostumbrando a la barbaridad de la cancelación cultural, borrando de las redes y de los ámbitos públicos a los que han cometido la falta de la inconsistencia, exigiéndoles además la humillación de perdón público, como en los peores momentos de la historia. Pero además, desgraciadamente, esta práctica se va extiendo a ámbitos más privados, más pequeños. Mantener que un sí quizá sea un no, o viceversa, o que incluso se den a la vez, que convivan ambos en un mismo tiempo o a lo largo del decurso del mismo, convierte a quien lo hace en un pecador laico, un terrorista moral, merecedor de la condena a ser cancelado e incluso linchado. Porque la cancelación es un linchamiento, el que lleva a cabo la horda

La cultura de la cancelació i l'argument ad hominem.

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En el caso de los nuevos identitarismos, hay algo un poco desconcertante. Es una visión del mundo preocupada por la ternura, por la sensibilidad. Estar expuesto a unos argumentos o a unas experiencias o al relato de unas experiencias o de unas ficciones pueden desencadenar un trauma. No importa la intención del «agresor»; importa la ofensa que percibe la «víctima». Al mismo tiempo, los debates no son nunca un intercambio de ideas, un intento de persuasión más o menos racional, con todas sus imperfecciones y malentendidos. Son solo una relación de poder. Nunca ha sido una lucha justa, porque el único argumento relevante de toda discusión, como explica Emmanuel Carrère, es el argumento ad hominem . El argumento ad hominem sirve para deslegitimar las opiniones divergentes, y luego para silenciarlas. Siempre ha sido así, y ahora vamos a hacerlo nosotros porque somos víctimas (o hablamos en nombre de las víctimas) y tenemos el poder. Es llamativo lo implacable que resulta esta cosmovisión o

L'origen de la paraula "woke".

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La palabra woke —léase uouc — nos ha caído como un rayo en un desierto ya repleto. Hace tres o cuatro años ningún hispanohablante en su sano juicio sabía lo que significaba; ahora empieza a aparecer en demasiadas charlas. Y su origen EE UU es indudable. Allí la palabra —participio pasado del verbo wake , despertar: el despertado, el que se despertó— empezó a ser usada por militantes negros hacia 1930, cuando debían mantenerse muy despiertos para defenderse del racismo bruto que sufrían en la patria de la democracia y la libertad. Cuentan que la definió por escrito por primera vez en 1962 y en The New York Times un novelista afro, William Kelley: dijo que significaba estar al loro, al tanto de las cosas. Pero la palabra explotó hace menos de 10 años, cuando el movimiento Black Lives Matter incendió Estados Unidos. Entonces, el hashtag #StayWoke  empezó a usarse para reunir a los que sostenían o pretendían sostener ideas “progresistas” en distintos asuntos: género, cambio de género, vio

He fet un pollock.

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Estoy pintando las paredes de casa. Distraída, dejo el bote de pintura abierto en mitad del salón. Retrocedo dos pasos sin mirar hacia atrás y, por supuesto, tropiezo con el chisme y el líquido espeso se desparrama por el suelo, salpicando alrededor. Afortunadamente, he colocado papel cubriendo la tarima. Me detengo un momento para admirar el desperdicio y, después de maldecir mi torpeza, pienso que hay algo interesante en la mancha de pintura. He dicho “interesante” pero luego me digo que es algo más que eso, que es estético, que es bello, que es apasionante, que tiene intensidad, que es una obra de arte, que es una obra maestra, que Jackson Pollock no lo habría hecho mejor. Observo una foto de Pollock trabajando en su estudio de Long Island en 1949. Sostiene una brocha gorda de la que se desprende un chorrete de pintura sobre un papel colocado en el suelo. Está en cuclillas y viste un mono de trabajo sucio. Con la otra mano, agarra un bote grande, muy parecido al mío. ¿Qué diferencia

"Consentiment", una paraula polisèmica.

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“El consentimiento parece una palabra simple, una noción transparente, una bella abstracción de la voluntad humana. Sin embargo, es oscura y espesa como la sombra y la carne de todo individuo singular”. Así lo expresa la feminista francesa Geneviève Fraisse, que escribió en 2007  Du consentement , una obra dedicada a exponer las polisemias de un concepto inseparable de muchas de las batallas políticas y legales que las mujeres han dado para conquistar derechos. El consentimiento, ligado desde el derecho romano a la figura del contrato, ha sido central para pensar el matrimonio como un pacto mutuo, para defender el derecho al divorcio o para otorgar a las mujeres capacidad de negociación en cualquier actividad relativa al trabajo sexual. Pertenece especialmente al lenguaje político del contractualismo liberal y es una piedra angular del proyecto político moderno, construido bajo la premisa en la que a su vez se asienta el derecho: que los sujetos mayores de edad pactamos libremente ante

Els cinc neurodrets.

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La declaración, que puede consultarse en la página   web del CVC o en el enlace sobre estas líneas,   define los cinco neuroderechos de la siguiente forma: Privacidad mental:   “Cualquier Neurodata obtenido de la medición de la actividad neuronal debe mantenerse en privado. Si se almacena, debe existir el derecho a que se elimine a petición del sujeto. La venta, la transferencia comercial y el uso de datos neuronales deben estar estrictamente regulados”.   Identidad personal:   “Se deben desarrollar límites para prohibir que la tecnología interrumpa el sentido de uno mismo. Cuando la neurotecnología conecta a las personas con redes digitales, podría desdibujar la línea entre la conciencia de una persona y los insumos tecnológicos externos”.   Libre albedrío:   “Las personas deben tener el control final sobre su propia toma de decisiones, sin manipulación desconocida de neurotecnologías externas”.   Acceso justo al aumento mental:   “Deberían establecerse directrices tanto a nivel inter

La realitat alternativa de la cultura de la cancelació.

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Hay una parte del mundo, la nuestra, donde no tanto el poder sino la propia sensibilidad del individuo genera un orden despótico y una reescritura de la realidad. Lo novedoso, en las sociedades democráticas estables, es que ya no se lucha de manera violenta e incluso sangrienta para cambiar una realidad impuesta a los sujetos —como en otros tantos puntos del planeta—, sino que se borra esa realidad y se la resetea y reformula para adecuarla a una blanda sensibilidad indignada. Todo lo que no encaja con esa hipersensibilidad de la ofensa vestida de exigencia moral es denunciado, perseguido, hecho desaparecer, cancelado. Actualmente, la sentimentalidad sustituye al andamiaje teórico, no se busca un cambio social sino un resarcimiento de la identidad herida. No se pretende modificar la realidad, sino inventarla, corregirla también retrospectivamente, y forzar el asentimiento público y legal de esa depuración: la nueva normalidad como psicosis colectiva de la corrección política. La cultur

A la ment d'una màquina.

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Una duda muy razonable es la de pensar si alguna vez los robots llegarán realmente a pensar y sentir como los humanos. Hace unas semanas hablábamos de la habitación china, el experimento mental con el que John Searle quería demostrar que una máquina no puede desarrollar nada parecido a la conciencia. Un algoritmo no es equivalente al pensamiento consciente, y el hecho de que un programa maneje símbolos no significa que comprenda lo que está haciendo. Lo vemos con ChatGPT: es una herramienta que funciona mejor que otras similares, pero ni piensa ni sabe lo que dice. Solo está bien programada para preparar textos, igual que la Roomba está más o menos bien programada para pasearse por casa y tropezar con los muebles. Del mismo modo, si un robot dice “ay” cuando le pego, eso no quiere decir que sienta dolor, sino que está diseñado para dar una respuesta apropiada a una acción concreta. El filósofo Daniel Dennett se muestra más optimista que Searle (o pesimista, si acabamos de leer Tik-Tok)

Menys racionals del que pensem.

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  Solemos tomarnos por personas muy racionales que examinan argumentos de forma concienzuda y que después toman una decisión lo más objetiva posible. Pero no suele funcionar así: nuestras opciones son intuitivas, emocionales y sesgadas. Como escribe el ensayista Michael Shermer en The Believing Brain , no evaluamos de modo racional las posiciones de un candidato o de un partido político, sino que tenemos una reacción emocional e instintiva a datos conflictivos: si estas posiciones encajan con nuestras ideas previas, las aceptamos de forma acrítica; si no encajan, las rechazamos de forma instintiva. Nos convertimos así en víctimas del sesgo de confirmación, del que ya hemos hablado alguna vez: los datos que apoyan nuestras ideas previas nos parecen relevantes y convincentes, pero somos escépticos con aquellos que las contradicen. Lo hacemos guiados más por las emociones que por una supuesta evaluación punto a punto de los argumentos. Como decía David Hume hace 250 años, la razón nos sir

En contra de l'empatia.

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La empatía tiene una parte negativa, como explica el también psicólogo Paul Bloom en Contra la empatía . Sobre todo porque este sentimiento evolucionó en un contexto en el que vivíamos en grupos más o menos pequeños y en los que la mayor parte del contacto era personal. Estas son algunas de las limitaciones de este sentimiento: - Estamos predispuestos a sentirnos más empáticos con gente a la que percibimos más cercana. Esta cercanía puede ser natural, como la familia, pero también artificial e inventada, como ocurre con los seguidores de un equipo de fútbol. Esto está detrás, por ejemplo, del racismo e incluso de los genocidios y de la esclavitud: se deshumanizaba a negros, judíos o armenios y se les presentaba como una amenaza para nosotros y los nuestros. Es decir, la empatía, como casi todas nuestras emociones, es manipulable. - Es más difícil sentir empatía hacia cosas que no podemos ver aquí y ahora, como los efectos a largo plazo de nuestras acciones. Bloom pone el ejemplo del me

Llibertat contractual.

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Robert Nozick sentó las bases del pensamiento capitalista contemporáneo en su libro Anarquía, estado y utopía , de 1974. Una de sus ideas básicas es que cualquier distribución de propiedad que sea el resultado de intercambios libres es justa, dé lugar o no a desigualdades. Es decir, podemos llegar a los acuerdos que queramos, siempre que no haya ningún tipo de coerción o de engaño. Por tanto, nadie me debería prohibir que acepte las condiciones laborales que yo considere apropiadas. Si una ley pone límites a esta libertad contractual, es una ley injusta y tanto Glovo como las medium four (no son tan grandes) deberían poder ofrecer las condiciones que crean adecuadas, con la única regulación del mercado: si nadie las acepta, tendrán que mejorarlas. Los límites de los derechos y libertades, por supuesto, son objeto de debate. Por ejemplo, el propio Nozick ponía uno: solo yo me puedo poseer a mí mismo y no puedo ceder esta posesión a nadie más, por lo que no podría venderme como esclavo n

Hipermoralització

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Hipermoralización : contemplar con asombro la creciente importancia del lugar que la moralidad ha ido ocupando en nuestra sociedad actual y la necesidad de entender este fenómeno. Estamos viviendo una epidemia de moralidad que se ha iniciado en las universidades estadounidenses y se ha extendido ya al resto de la angloesfera (Canadá, Australia y Reino Unido) y por las redes sociales, y ya está llegando a toda Europa y a otras regiones. Se trata de una explosión de moralidad, de una espiral de virtud imparable que nos exige unos niveles cada vez más elevados de santidad para estar a la altura. Se manifiesta en la cultura de la cancelación, en la sociedad del victimismo, en la indignación continua en las redes sociales ante los menores errores o faltas morales de las personas, en linchamientos morales que recuerdan las cazas de brujas, en despidos de trabajadores por expresar sus ideas, en censura, en retirada de libros considerados herejes, en un ataque a la libertad de expresión, en un

La universitat contra Sòcrates.

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El concepto de que una universidad debería proteger a todos sus estudiantes de ideas que algunos de ellos consideran ofensivas es repudiar el legado de Sócrates, que se definió a sí mismo como la «mosca cojonera» del pueblo ateniense. Pensaba que su trabajo era pinchar, interrumpir, cuestionar y por tanto provocar a sus conciudadanos atenienses para que reflexionaran sobre sus propias creencias y cambiaran las que no pudiesen defender. (166) «La intención de la educación no debería ser hacer sentir cómoda a la gente; su propósito es hacerle pensar». (170) Jonathan Haidt y Greg Lukianoff, La transformación de la mente moderna, Barcelona, Ediciones Deusto, Editorial Planeta 2019

Biaxos cognitius, impossible d'evitar

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"Llevo toda la vida estudiando los sesgos cognitivos y no se me da mejor evitarlos".  Daniel Kahneman https://twitter.com/pitiklinov/status/1628075271705309192

Poscensura: la nueva censura propia de la red social | Juan Soto Ivars |...

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Cultura de la cancelació (Pablo Malo)

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Estamos viviendo un nuevo despertar religioso sin Dios y sin perdón cuyo epicentro se encuentra en Estados Unidos. Allí el colapso del protestantismo ha dejado un vacío que ha sido ocupado por una religión laica que es llamada “Justicia Social Crítica” o “wokismo”. (13) Otro aspecto o variante de la indignación moral es la llamada “cultura de la cancelación” que tal vez podríamos traducir como cultura de la censura, del silenciamiento del ostracismo, porque en el fondo se trata de acallar, silenciar o expulsar a un supuesto transgresor moral. Cancelar es un verbo que se usaba referido a la anulación de unos billetes o unas vacaciones, pero se ha extendido para referirse a silenciar a personas. Se empezó a usar para referirse a la suspensión de conferencias de ciertos académicos o intelectuales en las universidades estadounidensesporque un sector de los estudiantes no los consideraban moralmente adecuados, y también a las manifestaciones y protestas que tuvieron lugar en muchas universi

This-is-philosophy-Heidegger

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https://www.rtve.es/play/videos/this-is-philosophy/this-is-philosophy-heidegger/6815889/

This-is-philosophy-Hegel (documental tv)

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https://www.rtve.es/play/videos/this-is-philosophy/hegel/6802035/

This is philosophy - Wittgenstein (documental TV)

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https://www.rtve.es/play/videos/this-is-philosophy/wittgenstein/6809792/

La religió no té res a veure amb Déu.

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La religión no tiene nada que ver con Dios, con su existencia o inexistencia. La religión tiene que ver con sistemas simbólicos y formas de vida, con   rituales   y una idea de lo sagrado, tanto de textos como de comunidades. El contenido metafísico de esos sistemas (que haya o no un Creador o Gran Capitán) resulta ser un efecto secundario de la idiosincrasia local. De ahí que el reciente atentado y las diversas reacciones tendentes al enfrentamiento entre religiones exija una reflexión. La idolatría puede definirse como la consideración de una parte por el todo. Es un fenómeno provinciano. El mundo es como mi pueblo y todos pensamos como aquí. De esa actitud logocéntrica participan cruzados,   yihadistas   y cientifistas radicales. El idólatra carga con una piedra (su propio dogma) y esa carga acaba resultando intolerable. Es entonces cuando se utiliza como arma arrojadiza. Y la lanza sobre el otro. Además, esa carga le impide levantar la mirada, contemplar otros sistemas simbólicos y

This is philosophy - Spinoza (documental TV)

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https://www.rtve.es/play/videos/this-is-philosophy/this-is-philosophy-spinoza/6791206/

Contra el racionalisme.

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El mito de la filosofía consiste en creer que el orden del pensamiento coincide con el orden de lo ­real. Ese mito se erige sobre una mágica palabra griega, logos, planteada por Platón y sistematizada por Aristóteles. Implica la suposición de que la realidad se ajusta a algún tipo de discurso, razonamiento o lenguaje simbólico. Nada hay de extraño en ello. Así es el conocimiento. Cada ciencia erige su objeto y fragua sus mitos y éste es el de la filosofía. Contra ese mito se alza el   Ortega   más audaz y antirracionalista en una obra que ahora cumple un siglo:   El tema de nuestro tiempo . El laboratorio comparte la artificiosidad del monasterio. La vida nunca ocurre en una probeta o en una celda, entre aparatos rigurosamente ajustados, laudes y maitines. La vida ocurre al aire libre y hacia ella se abalanza el filósofo. Sin encerrarla o reducirla, sin controlar su presión y temperatura.   “Mi ideología no va contra la razón, escribe Ortega, puesto que no admite otro modo de conocimie

La filosofia neix de la indignació.

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... la filosofía no es lo contrario de la praxis. La teoría es ya una praxis que pone en cuestión la praxis vigente, tanto como la teoría silenciosa sobre la que se sostiene y que, por poco que se la analice e interprete, muestra su carácter feroz. La filosofía transforma la vida porque transforma nuestro modo de pensar. A partir del momento en que alguien se adentra en el camino de la filosofía ya no se aceptan ciertas verdades, se cuestionan los modos y las normas que rigen nuestro vivir, se dice basta a las lógicas que nos someten. Estas son las revueltas lógicas que la filosofía promete y que no se confunden con la ideología. La filosofía no es nada si no subvierte la lógica imperante de la filosofía feroz. Y, aun así, sin someterse a ningún fin práctico exterior que no sea el de su propia práctica teórica, la filosofía mantiene su vínculo con la justicia, justo porque la filosofía tiene lugar en el lugar mismo en el que no se puede hacer. Su condición de posibilidad, como la del a