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Per què comencen les guerres?

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A menudo no sabemos explicar por qué comienzan las guerras. Suelen tener causas materiales o geoestratégicas, pero también surgen por cuestiones espirituales o de autopreservación instintiva. La guerra de Ucrania, por ejemplo, no tendría que haber sucedido si atendemos a los intereses geoestratégicos tanto del gobierno ruso como de las potencias occidentales. Si finalmente acabó estallando fue por una cuestión espiritual. “¿Qué será de Rusia –pensaron las nostálgicas élites políticas del país– si Ucrania, donde surgió históricamente Rusia, decide abrazar cultural y militarmente a Occidente? ¡Rusia quedaría sin pasado, y por tanto sin futuro!” En ningún momento antes de 2022 Rusia se planteó invadir Finlandia, pese a tener un estatus de neutralidad militar menos firme que el de Ucrania, a compartir igualmente una enorme frontera y a haber formado parte del extinto Imperio ruso durante 108 años. Sencillamente la afinidad cultural y el tiempo que el país escandinavo estuvo bajo control ru

Tecnologia i intel·ligència.

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La   inteligencia no es un proceso secuencial y acumulativo.   No es como cargar programas en el ordenador. Las ciencias que la estudian sugieren que existe un enorme abanico de capacidades cognitivas, pero muchas de ellas son mutuamente excluyentes. Un poco como el típico juego de rol, donde hay 400 puntos para distribuir los atributos de cada personaje. Quien tiene 80 de fuerza y 80 de destreza, no puede tener 80 de inteligencia y carisma. Sería tan poderoso que no tendría sentido jugar con él. En la vida real, las personas con altas capacidades lingüísticas no destacan por su razonamiento espacial. El ejemplo extremo son esos autistas con habilidades extraordinarias para la música o la matemática que, sin embargo, no se pueden comunicar. Dice David Eagleman que los cerebros son como ciudades, con barrios que se desarrollan mucho, centralizando valiosos recursos a costa de los demás. Me gusta porque las ciudades no son servidores en un centro de datos. Son mucho más. La tecnología si

La visió reduccionista de l'Estat de Dret.

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En el centro de la concepción liberal y democrática del Estado de derecho no está el Estado que ordena o penaliza sino la contención del poder estatal, sus limitaciones y la obligación de justificar sus decisiones. Pero su resignificación actual no lo entiende como un instrumento para protegernos frente a los poderosos intereses dominantes sino para legitimar la fuerza del Estado; no consiste en ponderar la medida correcta del poder como de asegurar que “todo el peso” del poder recaiga sobre el destinatario de la acción estatal; no se está pensando en la protección de las minorías sino en proteger a la mayoría de la criminalidad; se defiende el dominio de derecho y la palabra dominio parece tener más importancia que el derecho.   El reduccionismo del Estado de derecho implica también un encogimiento de su autoridad, que es fuerte para unas cosas (por ejemplo, las relativas a la identidad nacional) y no para otras (como la intervención en la economía), que exagera unos hechos (califica

Patologitzar la vida.

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Lo que llamamos problemas de salud mental son solo reacciones comprensibles a acontecimientos vitales. La psicosis implica cierta pérdida de contacto con la realidad de la mayoría y eso puede asustar. Muchas personas que la sufren también se sienten deprimidas o ansiosas. Yo les digo a mis alumnos que abran el   DSM   [manual diagnóstico editado por la Asociación Estadounidense de Psiquiatría]   y si no se sienten identificados al menos cuatro veces con lo que en él se describe es que necesitan hacer algo con sus vidas. Hay tantas experiencias humanas patologizadas que resulta ridículo. Las explicaciones biomédicas le dicen al usuario que hay algo irremediablemente mal en su cerebro y que necesitará medicarse el resto de su existencia. El esencialismo psicológico no está basado en evidencias científicas y además aumenta la sensación de alteridad. En el Reino Unido, más de la mitad de las mujeres mayores de 60 años que residen en zonas humildes consumen medicamentos psiquiátricos. Estam

Sentits vs raó.

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Transcribo un texto célebre, atribuido por Galeno a Demócrito, en el que se presenta la irresoluble dialéctica entre esas dos facultades del ser humano que son la capacidad de percepción sensorial y el intelecto. Cuando el intelecto asegura que lo que sustenta las cosas que los sentidos perciben es algo (átomos y vacío) que los sentidos no pueden aprehender, estos le recuerdan que ellos son la única fuente de la cual extrae el intelecto sus evidencias, por lo cual, la derrota de los sentidos por el intelecto equivaldría a su propia derrota:   “ Por mera convención nos referimos al color, y también por convención hablamos de lo dulce, por convención asimismo nos referimos a lo amargo; en realidad sólo hay átomos y vacío” afirma el intelecto. Mas al escuchar   tal cosa, los sentidos (aistheseis) responden al intelecto: “Pobre intelecto, pretendes vencernos a nosotros que somos las fuentes de tus evidencias. Tu victoria será tu derrota ”.  No hay manera de apostar a un solo polo, mantener

L'existència humana és esencialment tràgica (Victor Gómez Pin)

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Nadie en su sano juicio puede poner en cuestión el hecho de que la existencia humana es esencialmente trágica, e incluso que en tal tragedia reside lo irreductiblemente valioso de nuestra condición “le meilleur témoignage que nous puissions donner de notre dignité” (el mayor testimonio que podemos dar de nuestra dignidad)” de los versos de Baudelaire. A nadie lúcido le pasa por la cabeza que quepa una sociedad humana en la que no se dé contradicción entre impulso vital y astenia provocada por la enfermedad o la vejez, entre deseo de creación y sentimiento de límite, entre deseo de abolir la alteridad respecto al otro y sentimiento de que sólo por su esencial irreductibilidad el otro es deseable (deseo pues del otro en su libertad). A nadie lúcido pasa por la cabeza, en suma, que la vida humana no se halle, en todo momento y en toda circunstancia intrínsecamente, amenazada por la contradicción. ¿Qué se está pues sosteniendo en esta apuesta “anti-nihilista”? Sencillamente lo siguiente: T

Ayn Rand

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Abiertamente atea, defensora del aborto como un derecho moral de la persona gestante, partidaria de la eutanasia y de la legalización de las drogas. Si   Ayn Rand   estuviera viva, los conservadores y la nueva derecha le colocarían el título de “zurda”, “marxista cultural”, “bruja”, “hereje” o “liberprogre”. No me quedan dudas. El objetivismo, nombre que Rand le puso a su conjunto de ideas, es una filosofía que defiende la realidad objetiva, la razón como forma de conocimiento, el interés individual en la ética y el libre mercado en economía. Tal vez sea solamente por esto último y por sus críticas al comunismo soviético que algunos partidarios confundidos de la nueva derecha la “usen” (y luego la desechen o la excluyan, como hizo su círculo “liberal” en su época). Por eso para defender su legado creo importante remarcar que Rand fue abiertamente crítica con los conservadores, sosteniendo que estos abogan por el control gubernamental sobre el ser humano, sobre su conciencia, ya que def

Carl Schmitt

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Nada de lo que nos pasa puede entenderse sin Carl Schmitt. Sobre todo, si tratamos de analizar por qué la derecha sufre un brote extremista en su psique política que le lleva a arrebatos furiosos de populismo que impugnan la aspiración consensual y pactista de la democracia liberal. Para acertar la diagnosis hay que releer a Schmitt. En su obra se explican las causas de la polarización amigo-enemigo, de la inevitabilidad de la geopolítica o el auge del decisionismo. También aborda los motivos que llevan a los liderazgos por aclamación, a la sustitución de la democracia liberal por la populista o la derrota de la racionalidad deliberativa ante la emocionalidad, entre otros factores que concita nuestra realidad cotidiana. En todos ellos, Schmitt tiene algo que decir. Pero nos equivocaríamos si pensáramos que lo que dice es algo que cae dentro de la dogmática derecha-izquierda. No, Schmitt la trasciende, aunque   fue el teórico más importante de la llamada Revolución Conservadora del peri

Friedrich Hayek

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Hasta cierto punto, Hayek fue el reverso anticolectivista de Marx. Allí donde Marx diagnosticaba alienación deshumanizante por someternos al mercado, Hayek demostraba que el hombre sólo puede ser libre dentro de una sociedad ordenada espontáneamente mediante reglas impersonales ( cosmos ) y no dentro de una organizada cartesianamente mediante mandatos coactivos ( taxis ); allí donde Marx denunciaba la naturalización del fetiche mercancía, Hayek celebraba la conquista civilizatoria y cooperativa que supone el intercambio global de bienes; allí donde Marx observaba anarquía productiva capitalista, Hayek descubría una engrasada coordinación productiva derivada de la eficiente transmisión de información por los precios de mercado; allí donde Marx atribuía racionalidad a la planificación colectiva, Hayek denunciaba fatal arrogancia descoordinadora e inconsciente de sus propias limitaciones cognitivas. Hayek fue el gran teórico moderno de la individualidad: quien mostró por qué la sociedad,

El temps, el treball i la llibertat.

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Hubo épocas en las que la pregunta “¿quién eres?” se respondía con un vínculo familiar o un gentilicio, (soy la hija de Juan o soy de Zuheros). Hoy esta pregunta se contesta con el trabajo. Si la vida es el tiempo y el tiempo lo ocupa cada vez más el trabajo, este termina identificándonos y antecediendo otras maneras de presentarnos. Sin embargo, al mismo tiempo muchos trabajos se han desdibujado en multitud de pequeñas prácticas que hacen difícil acotarlos en un oficio y palabra porque somos y hacemos muchas cosas. También la precariedad obliga a la polivalencia alimentando el conflicto laboral e identitario. En mi libro   El informe   cuento la peculiar historia de una investigadora de “currículum competitivo” que dedica la mitad del año a trabajar en un centro de investigación y la otra mitad a ser pastora en el sur de Francia. Esta anomalía de ser “investigadora y pastora” habla de las tensiones que estamos viviendo en la transformación del trabajo. Los avances tecnológicos pueden

Kant ens va donar la llibertat per ser bones persones.

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La Ilustración y el liberalismo sin embargo nos enseñaron -o nos recordaron, más bien- que es posible y necesario reivindicar también la importancia del individuo como ser autónomo, como ciudadano pero también como un ente independiente responsable de sus propios actos y dotado de conciencia. Y fue entonces cuando llegó Kant para darle forma bonita a todo esto formulando el imperativo categórico y dejando desde entonces sin excusas a las malas personas.  Ilustrados y liberales clásicos -no estas versiones grotescas e ignorantes que se entregan medallas y agitan sierra mecánicas que se estilan tanto en estos tiempos chifladísimos de fin de ciclo histórico en el que el siglo XX está teniendo una agonía larguísima y desesperante- nos vinieron a decir que, por más que vistiéramos de gala nuestras malas acciones, lo cierto es que todos teníamos la capacidad de saber cuándo estamos obrando bien y cuándo la estamos cagando como seres humanos. Pero lo más hermoso de la ética kantina reposa en

Nicolás de Cusa, "De docta ignorantia"

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Nicolás Cusa explica de qué manera saber es ignorar. Una postura que anticipa la de   Popper : toda ciencia es falsable, antes o después se mostrará falsa; y así, de falsedad en falsedad, vamos avanzando. De modo parecido a como la enfermedad engaña al justo, el saber engaña al inadvertido, inflando su ego, cegándolo al hecho de que lo único que podemos saber es que no sabemos. Esa ignorancia es un tesoro que hay que custodiar celosamente. Y, ¿cómo hacerlo? Mediante el estudio y el aprendizaje, de modo que esa ignorancia sea docta (o enciclopédica, como diría Huxley). En un mundo de expertos, vemos qué poco espacio queda para esta perspectiva, humilde y ambiciosa al mismo tiempo. Lo infinito, por escapar a toda proporción, nos es desconocido. Pero el infinito ha entrado en las matemáticas (fundamento de todas las ciencias), y éstas no saben vivir sin él. Desde   Gödel   lo sabemos. El infinito es indomable, sin embargo, resulta esencial para la creatividad matemática. Pitágoras pensaba

El sentit del gust i l'evolució.

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La percepción de un sabor es subjetiva, pero las cualidades gustativas tienen un significado para el organismo. El gusto es, en palabras de  Josephine M. Egan, del Laboratorio de Investigación Clínica del Instituto Nacional sobre el Envejecimiento de Estados Unidos , una especie de “guardián evolutivo” de las sustancias que entran al organismo porque guía al ser humano hacia   alimentos sabrosos   que contienen energía y lo alejan de sustancias peligrosas. Así, cuenta, la preferencia de lo dulce es “innata, se desarrolla mucho antes del nacimiento y el consumo de sabores dulces genera satisfacción a través de vías centrales de recompensa”. Los sabores amargos y ácidos, en cambio, detectan sustancias potencialmente tóxicas y de ahí la aversión innata a estos sabores, aunque es un rechazo que puede superarse con “la preferencia adquirida y el enmascaramiento con sabores dulces”, matiza la científica. Los patrones dietéticos, en cualquier caso, también moldean el gusto, conviene Egan: “La

La guerra que fascina.

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... yo no entendía que la guerra misma podía ser celebrada como un acontecimiento feliz por gente rica y relativamente civilizada. Hasta que leí el   Equivalente moral de la guerra ,   la conferencia que William James leyó en la Universidad de Stanford en 1906 . “La guerra moderna es tan costosa que consideramos el comercio como una mejor vía para saquear”, observa James. “Pero el hombre moderno hereda toda la belicosidad innata y todo el amor por la gloria de sus antepasados. Mostrar la irracionalidad y el horror de la guerra no tiene ningún efecto sobre él. Los horrores son lo que lo fascina”. Esa fascinación es inversamente proporcional a la experiencia directa con la guerra de una muchachada sureña intoxicada por la gloria de los héroes de la Revolución Americana y las gestas medievales. Pero también a la existencia de espacios donde un hombre puede demostrar lo que tiene dentro y aprende a ser útil a su comunidad. “Todas las cualidades de un hombre adquieren dignidad cuando sabe q

9 idees sobre la felicitat.

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La vida humana no persigue un objetivo final, no tiene un propósito último. La vida, entendida en su globalidad, no es un proceso teleológico que nos lleva a la felicidad, aunque en ella sí que busquemos conseguir ciertas metas. No existe un lugar, un momento, una meta final, un objetivo último que vaya a otorgarnos un estado superior de bienestar. La vida no es eso. Y creo que mucha gente se pasa la vida esperando o buscando desesperadamente no sé sabe qué tipo de felicidad, mientras se pierde la auténtica vida.  La felicidad está en la antesala de la felicidad La felicidad es lo contrario a la esperanza La felicidad está en no perseguir la felicidad La felicidad no es el final de un camino Distinción entre hedonismo y eudaimonía La felicidad es un   hábito La felicidad es aceptar la disonancia La felicidad es saber diferenciar entre macrosentido y microsentido La felicidad es vivir en un lugar habitable Santiago Sánchez-Migallón Jiménez , La felicidad desesperadamente , hyperbole.es