Patologitzar la vida.



Lo que llamamos problemas de salud mental son solo reacciones comprensibles a acontecimientos vitales.

La psicosis implica cierta pérdida de contacto con la realidad de la mayoría y eso puede asustar. Muchas personas que la sufren también se sienten deprimidas o ansiosas. Yo les digo a mis alumnos que abran el DSM [manual diagnóstico editado por la Asociación Estadounidense de Psiquiatría] y si no se sienten identificados al menos cuatro veces con lo que en él se describe es que necesitan hacer algo con sus vidas. Hay tantas experiencias humanas patologizadas que resulta ridículo.

Las explicaciones biomédicas le dicen al usuario que hay algo irremediablemente mal en su cerebro y que necesitará medicarse el resto de su existencia. El esencialismo psicológico no está basado en evidencias científicas y además aumenta la sensación de alteridad.

En el Reino Unido, más de la mitad de las mujeres mayores de 60 años que residen en zonas humildes consumen medicamentos psiquiátricos. Estamos medicando la pobreza. Entiendo que en España será parecido, y es un problema muy grave. Los psiquiatras biologicistas rechazan cualquier crítica a este modelo, a veces con ataques personales, arrogantes y nada científicos. Parecen una secta.

En el caso de la psicosis, la evidencia de la relación causal con la experiencia biográfica es abrumadora, ya sea por abuso infantil, violación, pobreza, violencia doméstica o trauma de guerra. No suele haber una sola causa, sino más bien una acumulación de ellas que llevan la mente al límite.

No puede ser que tengamos un sistema de salud mental únicamente médico que derive a servicios sociales a quien es pobre o ha sufrido abusos. A la gente le preguntaría qué necesita, de qué quiere hablar. Y puede que un pequeño porcentaje también necesitase ayuda química durante un breve periodo de tiempo para superar una crisis, pero cualquier enfoque basado en la evidencia tendría las drogas como último recurso.

Nunca podremos evitar totalmente el sufrimiento, porque la vida está llena de momentos duros. Nuestros seres queridos mueren, las relaciones se desgastan. Lo que sí podemos es prevenir experiencias adversas como la pobreza o el abuso infantil. Tomemos la subvención anual dedicada a investigar los factores genéticos del malestar psíquico y usémosla en reducir la desigualdad, en generar entornos seguros durante los primeros años de vida. Estamos gastando mal el dinero.

Miguel Ezquiaga, entrevista a John Read:
"Estamos medicando la pobreza"
, El País 01/07/2024

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