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S'estan mostrant les entrades d'aquesta data: 2018

Felicitat i indeterminació.

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«La buena voluntad - subraya Kant - no es tal por lo que produzca o logre, ni por su idoneidad para conseguir un fin propuesto, siendo su querer lo único que la hace buena de suyo. Incluso si merced a un destino particularmente adverso, o a causa del mezquino ajuar con que la haya dotado una madrastra naturaleza, dicha voluntad adoleciera por completo de la capacidad para llevar a cabo su propósito y dejase de cumplir en absoluto con él (no porque se haya limitado a desearlo, sino pese al gran empeño por hacer acopio de todos los recursos que se hallen a su alcance), semejante voluntad brillaría con todo por sí misma cual una joya, como algo que posee su pleno valor en sí mismo; y a ese valor nada puede añadir ni mermar la utilidad o el fracaso» (FM, Ak. IV, 394)  Por ello estos preceptos no son hipotéticos, al no estar pendientes de las consecuencias, sino absolutamente apodícticos e incondicionados. Ahora bien, Kant no se conformó con diferenciar al imperativo

El concepte sobirania.

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¿Qué hacer, pues, con la idea de soberanía en el siglo XXI? Tal vez concebirla como una noción negativa (no-limitación, no-subyugación, no-restricción) que, más que un ideal posible, refleja lo que nunca se alcanzará plenamente. Nadie, en sentido estricto, será soberano porque nadie es omnipotente. Esto no quiere decir que problemáticas como las de Catalunya no tengan sus razones y no se tenga que querer y poder ejercer la capacidad de decisión sociopolítica que se nos presupone como ciudadanos. Pero la realidad relativa, plural e intersubjetiva de la política y las relaciones sociales hacen que todo lo relacionado con ellas tenga que dirimirse en el terreno dialógico y contractualista, es decir, en el ámbito de la democracia y el Estado de derecho. Siempre puede discutirse cuál es el demos activo y pasivo de esta gestión y porqué hay que delimitarlo de una manera y no de otra. Pero, cualquiera que sea el consenso que se acuerde, no debería apelar a la soberanía. La esfera púb

La realitat gasosa.

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La volatilidad se manifiesta en impredecibilidad que hace fracasar a las encuestas, inestabilidad permanente, turbulencias políticas, histeria y viralidad. Desde Trump, el Brexit y Vox parece que estamos condenados a las sorpresas políticas, esos “accidentes normales ”   ( Charles Perow ) que no obedecen ni a la causalidad ni a la casualidad sino que forman parte de una nueva lógica que está todavía por explorar. El resultado de todo ello es la constitución de un público con la atención dispersa, la confianza dañada y en continua excitación. Cuando Marx y Engels formularon aquella famosa sentencia de que “todo lo sólido se evapora” estaban refiriéndose a un paisaje cultural y político mucho más estable que el actual. Diagnosticaban un conflicto entre dos fuerzas identificables como el capital y el trabajo, unas contradicciones cuya resolución parecía apuntar en un sentido que era posible anticipar. Comparado con el mundo descrito por la idea de volatilidad, el vocablo “revol

Transhumanisme, immortalitat i nou dualisme.

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… autores como el experto en inteligencia artificial Hans Morave c, el ingeniero de Google Ray Kurzweil y el filósofo David Chalmers sostienen que los avances realmente interesantes en materia de aumento de la esperanza de vida no se van a alcanzar a través de la manipulación de la biología humana. El verdadero desafío no es, a su juicio, actuar sobre los dinamismos naturales de la vida y mejorarlos, sino, lisa y llanamente, prescindir de ellos. Alargar la existencia pero ya no en un cuerpo biológico.  De acuerdo con la clásica exposición de Chalmers , si se entiende la relación mente-cerebro en el marco de la teoría funcionalista, en principio, no sería inconcebible la posibilidad de transferir la mente humana ( mind uploading ) a un sustrato material más robusto. La clave de este proceso residiría en identificar la estructura formal e informacional que subyace a los estados mentales, para poder luego abstraerla, codificarla y «subirla» a un soporte distinto de

El futur de l'esquerra (Esteban Hernández)

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En estas cuatro décadas, lo que hemos visto es cómo una pequeña parte de la pirámide social, la superior, ha estado acumulando poder y recursos, que ha quitado al 80% restante. Esa es la derecha. La izquierda tiene que apostar por que la mayoría de la sociedad consiga esos recursos y ese poder que están siéndole hurtados. Sin este elemento, lo demás es distracción, porque el capitalismo contemporáneo funciona así; puede que invoque asuntos culturales o de civilización, pero el único resultado real es que nos está quitando poder y recursos a los demás. Todo está pensado para que enfoquemos nuestra vida hacia la mejora de nosotros mismos, una especie de auto-exigencia que nos empuja a tener cuerpos más fibrosos, más conocimientos que sirvan para el mercado laboral, más competencias relacionales, más bienes distintivos, más amantes, más éxito. A mí lo que me importa es tener tiempo para hacer lo que me gusta, una categoría que va desde estar con mi familia o con los amigos hast

Populisme i armilles grogues.

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“Es un mar de fondo, y las cosas no terminarán con el fin del año. La única incógnita es saber si todo esto se inclinará del lado del populismo o bien si irá hacia una redefinición en profundidad del contrato social y de la vida democrática”. Pierre Rosanvallon —historiador de las ideas y filósofo político, profesor del Collège de Francia— se ha ocupado toda su vida de algunas cuestiones que han aflorado con los chalecos amarillos, desde los éxitos y fracasos de los proyectos emancipadores nacidos en mayo de 1968 hasta los problemas de representatividad y el populismo. Su último libro,   Notre histoire intellectuelle et politique. 1968-2018   (Seuil), aunque se publicó el pasado agosto, podría leerse como largo prólogo de la crisis actual. “El populismo ocurre cuando los sentimientos de repulsión, y no los de adhesión, son los que dirigen la acción. Es la expresión de un hartazgo”, decía hace unos días en su despacho del Collège de France, en París. “De otro lado, es la expr

Democràcia i temptació decisionista.

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Los líderes políticos ya pueden dirigirse a los votantes sin mediación alguna, lo que presta a nuestras democracias una tonalidad plebiscitaria que contrasta con la creciente fragmentación partidista: el disenso agresivo que domina la campaña electoral permanente complica los consensos parlamentarios. Y si la estrategia comunicativa de los partidos se dirige a excitar las emociones de os votantes, estos convierten la polarización en un entretenimiento gratuito vía smartphone. Invocar la verdad tampoco sirve de mucho: hemos dejado de creer en ella o, mejor dicho, solo creemos en la nuestra. ¿Qué infalible autoridad podría convencernos de lo contrario? Para colmo, cualquier causa dispone de su experto. Se perfila así un pluralismo agresivo que, si bien satisface las necesidades expresivas de los distintos grupos sociales, socava la capacidad de decisión de los regímenes democráticos. Vaya por delante que el exceso de democracia es preferible a la ausencia de democracia. ¡Fal

Com serà el futur.

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Creo que el mundo se va a caracterizar, se caracteriza ya, por la aceleración, la incertidumbre, el conocimiento, la sostenibilidad, la pluralidad, la complejidad, la inclusión, la interdependencia, la apertura y la protección. Advierto de antemano que alguno de estos valores son realidades asentadas y otros representan más bien aspiraciones normativas. Daniel Innerarity , Entender y gobernar el mundo que viene , El món de demà 2871272018 https://elmondedema.cat/es/entender-y-gobernar-el-mundo-que-viene/?fbclid=IwAR2e5pe8Oklw6hu5QtVyYuSzbmyY8pUzMLEFfsX12Hw-LdFrvB5WRGwqZQw

Pseudorealitat publicitària.

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Soñábamos con una tecnología interactiva para controlar los gobiernos a base de racionalismo empirista. Pero nuestra capacidad para razonar y apoyarnos en hechos ha sido devorada por el ecosistema publicitario. Lo generaron la industria del espectáculo y la industria de los datos. Se dirige a una audiencia que prefiere el argumento simple, sencillo y efectivo. Y que confiere credibilidad y un plus de honestidad a las manifestaciones de las emociones “en vivo y en red”. Es una audiencia entrenada y dispuesta para viralizarlas, al tiempo que se desnuda ante el poder. La pseudorrealidad infopublicitaria descoloca la democracia y puede acabar colapsándola. Resulta difícil tomar distancia y sería peligroso obviar a alguien que puede apretar el botón rojo de una guerra nuclear. Ridiculizando al tirano apenas aumentamos el cinismo y el desapego de la política. Además de ampliar con bufonadas la ocupación que el tirano hace del debate público. El trol del autobombo digital aprovec

La filosofia i el temps.

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El dulce veneno de la filosofía no debería dejarse hipnotizar por sus propios sueños. La gnosis revolucionaria, el espíritu de la utopía o el principio de esperanza siempre mostraron cierta impaciencia con el presente. Somos incapaces del aquí y el ahora, y esa carencia está siendo suplantada por un sinfín de distracciones. Desafortunadamente, la deconstrucción masiva dio paso a la   razón cínica,   que comulga bien con los tiempos. Derrida acertó al señalar que todos, en mayor o menor medida, somos quijotes y estamos “habitados” por textos. El problema ahora es que esos textos son altamente fugaces y caducos (un vídeo de dos minutos, una opinión en 280 caracteres). Castoriadis   anticipó el escenario: “El poscapitalismo ha logrado fabricar al individuo que le ‘corresponde’, uno perpetuamente distraído y pasando rápidamente de un goce a otro, sin memoria ni proyecto, listo para responder a todos los requerimientos de una maquinaria económica que destruye la biosfera y se conc

Diàleg entre desiguals.

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... la arquitectura comunicativa de nuestras sociedades nos aísla cada vez más en nichos o burbujas, agrupados como bolas de billar; lejos de persuadirnos, reconocernos e interactuar, chocamos frontalmente o rodamos en el gran tablero cada una por nuestro lado. Perdemos así eso que Rorty llamaba “el poder de conversar y tolerar, de considerar las posturas de otra gente”. Y es esto, antes que cualquier idea de interés nacional, lo que hace posible construir un mundo común. Y por eso hemos de elogiar lo distinto, aunque compartir nos exponga y nos sintamos incompletos. Porque sin diferencias, no habrá nada que compartir. Máriam Martínez-Bascuñán , Elogio de la diferencia , El País 30/12/2018 https://elpais.com/elpais/2018/12/29/opinion/1546098999_399077.html?id_externo_rsoc=FB_CC&fbclid=IwAR01BpMupc97QMA1X6T00iTiTxK0gVxzytGtOkMdUQa2lEZz2-jP68qUmMg

Democràcia cognitiva vs epistocràcia.

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... la democracia ateniense fue en cierto modo una democracia cognitiva que logró resistir la tentación de la "epistocracia" o gobierno de los más sabios. De los muchos problemas que tienen las democracias a lo largo de la historia uno de los más complicados es combatir el prejuicio de que las sociedades jerárquicas y tecnocráticas lo hacen mejor que las democráticas en la provisión de bienes públicos y la movilización del conocimiento. Atenas muestra que no necesariamente es así. De hecho podemos encontrar muchos más ejemplos en la historia de cómo las sociedades democráticas pueden hacer que el conocimiento que poseen los ciudadanos, su creatividad y sus deseos de resolver problemas comunes circule y se distribuya con eficiencia y justicia. Lo contrario de la democracia no siempre son las dictaduras claras y prototípicas. A veces, las sociedades jerárquicas se esconden bajo formas aparentemente democráticas que esconden el dominio real de élites plutócratas

L'ètica kantiana.

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El que mereix el qualificatiu de moral pròpiament o d´ immoral no és l´acte, sinó la voluntat que es determina. La moralitat està, doncs, en la voluntat, en el subjecte, i no en l´acció, no en la concreció física de l´acte. La disposició de l´ànim de l´agent és la que és moral o immoral. Si l´agent realitza l´acte prescrit perquè el considera com absolutament degut, com un fi absolut de l´home, llavors l´agent és moral; si, pel contrari, realitza l´acte perquè espera treure d´ell alguna conseqüència favorable, si el realitza, doncs, com un mitjà, llavors l´agent és immoral. En el primer cas, haurà considerat el precepte com a categòric; en el segon, com a hipotètic. L´eudemonisme ens diu com són els homes. Però la moral ens assenyala com han de ser, tot i que no ho siguin, tot i que no ho puguin ser. I no s´hi val parlar de la inutilitat d´un ideal que declarem d´antuvi irrealitzable. Tot ideal és irrealitzable; si fos realitzable no seria ideal (...). Però a més no és

La universalització de la màxima (Kant)

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Segons Immanuel Kant , cada cop que intentem decidir quin és el procedir correcte hem d´identificar un principi universal que guiï les nostres accions ( Kant l´anomena "màxima"), i després preguntar-nos si ens agradaria que tots tinguéssim l´obligació d´actuar d´acord amb aquesta màxima. Llavors, per a Kant no hem de trencar les nostres promeses només perquè ens convingui a nosaltres, perquè segurament no voldríem que tothom actués d´aquesta manera; si així fos, ningú no ens creuria quan féssim una promesa. Aquest procediment s´anomena "universalització" de la màxima. Kwuame Anthony Appiah , Cosmopolitismo. La ética en un mundo de extraños , Katz, Buenos Aires 2007

Xarxes digitals i diàleg social.

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La industria digital y del espectáculo promociona líderes destacados por el enfrentamiento. En torno a ellos, se crean compartimentos estancos, sin canales de comunicación entre sí. La contienda se traslada a sectores sociales que acaban siendo incapaces de dialogar. Hostiles a la discrepancia, encerradas en burbujas, las audiencias digitales forman facciones enfrentadas. Los debates se enquistan y el consenso inclusivo (de la mayor parte de gente) resulta imposible. Y, sin embargo, es la meta de todo diálogo que presuma de democrático. En su lugar, se imponen “acuerdos” basados en mayorías fabricadas, que enfrentan y excluyen a los disidentes. La industria digital achica, dificulta y acaba cargándose la conversación social. Esta, según dicen los sociólogos, funciona como un cemento para la sociedad. Es el diálogo colectivo que asienta la identidad, los valores y las lealtades comunes. Cuando fragua desde abajo y refleja la mayoría social, da sentido a la democracia. No se

Universitat i democràcia.

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Tocqueville va ser el primer a advertir el problema: la tirania de l’opinió pública —el magma de simplificacions, falsedats, sentiments i fúries que ocupa fins a la saturació l’espai de la veritat— és l’aliment i el verí de l’ordre democràtic, el qual no pot deixar mai de fer equilibris sobre aquesta paradoxa. Perquè a l’opinió pública se li assigna el lloc del pensament i se li atribueixen totes les facultats d’aquest: coneixement, anàlisi, racionalitat, decisió. De la consagració d’aquest equívoc venen tots els mals del segle. A The Closing of the American Mind (1987) Allan Bloom va identificar els elements que a la dècada dels vuitanta ja havien erosionat la democràcia liberal als Estats Units: l’igualitarisme, el relativisme, els moviments identitaris, el prestigi decadent de les humanitats, la substitució de la cultura per les emocions i l’entreteniment, la revisió ideològica del passat concebuda com un atac frontal a la tradició cultural d’Occident. Són plagues que s’

Les creences són tossudes.

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... al contrario de lo que dicta el sentido común, los individuos tienden a aferrarse a sus opiniones, aun sabiendo que no son ciertas, especialmente en el ámbito de la política. Este año, una investigación del MIT publicada en la revista   Science   presentó conclusiones inquietantes: en Twitter las noticias y rumores de contenido engañoso tienen un 70% más de posibilidades de ser retuiteadas que las imparciales. En las redes sociales la mentira juega con ventaja frente a las afirmaciones verdaderas porque a menudo reafirma aquello en lo que creemos o deseamos creer, así como lo que más tememos, nuestros miedos más arraigados. Incluso allí donde se presenta evidencia de lo contrario, las personas por lo general preferirán aferrarse a sus ideas: la creencia es contumaz. Eva Borreguero , Frente a la desinformación , El País 25/12/2019 https://elpais.com/elpais/2018/12/24/opinion/1545645156_031421.html?id_externo_rsoc=FB_CC&fbclid=IwAR2G1C7dQblFChJDnPysEd4zxD9TO_RdJWeE

El dret individual a la fragilitat.

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El “derecho individual a la fragilidad” implica dos principios asociados. El primero es el de que ningún Estado democrático puede apoyar su legitimidad y estabilidad   en el   heroísmo  privado de sus ciudadanos ; el de que no puede fundar su existencia en la convicción de que sus ciudadanos, obligados a elegir entre el bien y el mal, se inclinarán una y otra vez, como ángeles descarnados, por la opción más moral. Scarpinato describe Italia como “el país más moral del mundo” porque en él sus habitantes tienen que estar escogiendo en cada momento -en todo momento- entre la virtud y el vicio o, si se prefiere, entre el heroísmo y el colaboracionismo. El deber de unas instituciones realmente democráticas es el de   eximir a sus ciudadanos de la obligación de ser héroes , el de garantizar su derecho a ser   normalmente débiles , normalmente cobardes, normalmente egoístas, sin que su debilidad, su cobardía y su egoísmo les condene a quebrantar la ley para salvar la vida. El Derecho

Les xarxes socials són com els enxampa-somnis.

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Abunda en internet el pensamiento mágico: en teoría basta con desear intensamente algo para conseguirlo. Según el chamanismo, las redes atrapasueños filtran las pesadillas dejando pasar los anhelos. Las redes sociales, por el contrario, atrapan, tejen y dan consistencia a nuestras pesadillas. Están hechas con las mimbres de nuestra intolerancia y nuestros miedos, con lo peor de cada casa y de cada mente. Densas y enmarañadas, sólo dejan pasar aquella información que se ajusta a la forma de su rejilla, sobre la que cada cual se construye su cárcel de pensamiento. Cuando todo el mundo ansía encontrarse solo con los suyos, cuando impera el deseo inmoderado de aprobación y de homogeneidad, de cursis complicidades y no de contrapunto, hay que sospechar de quienes exigen diálogo solo con los suyos, de quienes ven "el mal" más claramente que nadie, solo que siempre en los otros. Nadie escucha la proverbial advertencia de tener cuidado con lo que se fantase

La felicitat com un deure.

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El deber de desterrar la posibilidad del tedio, del aburrimiento o de la infelicidad funciona a modo de profecía auto-cumplida. Creyendo huir pavorosamente de ello lo vamos fortaleciendo, confirmando que nos es insoportable (si no, ¿por qué huir?). Habrá quien prefiera a Aristóteles , a Séneca , a Spinoza o a Stuart Mill , con Epicur o como trasfondo, pero en todos estos casos la felicidad, como la vida, es una tarea, siempre en tránsito. Ni llega sola ni aparece por arte de magia, y en todo caso se refiere a momentos concretos y a una cierta conformidad anímica y aceptación de que pocas cosas se controlan. Tiene más de autopercepción que de dádiva, quedando siempre abierta la cuestión de si en el fondo no es otra cosa que ausencia de problemas, porque hasta de las más grandes experiencias uno puede acabar hastiado. Miquel Seguró , La manía de la felicidad , el periodico.com 23/12/2018 https://www.elperiodico.com/es/opinion/20181223/la-mania-de-la-felicidad-articulo-op

La discriminació és una forma de pensar.

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Lo más importante es la implícita exclusión de la mujer que su pensamiento lleva a cabo. Si uno estudia a los filósofos consagrados puede entender por qué nuestra sociedad se ha construido con una idea de sujeto y de poder que no podía sino excluir a la mitad de la humanidad. En ellos se hace visible la falsa universalidad de la razón, la neutralidad imposible y las limitaciones de una subjetividad mutilada. La discriminación, antes de ser una práctica social, es una manera de pensar. Puede que estos filósofos muestren, sin quererlo, mejor que muchas filósofas redescubiertas, que nuestra cultura patriarcal se debe a ciertos modos de entender lo público, el poder, la propiedad, el sujeto o la misma racionalidad. Si estoy en lo cierto, entonces, la perspectiva de género sobre nuestra historia de la filosofía debería llevarse a cabo examinando críticamente el modo como sus verdaderos protagonistas describieron un mundo incompleto y proporcionaron el marco conceptual que justificaba