Cultura de la cancelació (Pablo Malo)
Rob Henderson define la “cultura de la cancelación” como la tendencia social de acabar (o intentar acabar) con la carrera o la prominencia de una persona para que rinda cuentas por violar las normas morales. (230)
Henderson da cinco razones por las que la cultura de la cancelación es tan eficaz:
- Aumenta el estatus social
- Reduce el estatus social de los enemigos
- Refuerza los vínculos sociales. No es una actividad solitaria. La gente disfruta uniéndose en torno a un propósito común. Obtienen satisfacción al unirse contra un agresor y disfrutan del sentido de solidaridad que les proporciona.
- Permite a la gente identificar quién es leal a su movimiento. Aquellos que piden pruebas de las malas acciones de la persona “cancelada” o que ponen en duda la gravedad de su transgresión se revelan como infieles a la causa.
- Produce recompensas rápidas. Las ventajas a corto plazo ocultan los peligros a largo plazo, y no es extraño que le llegue el turno de ser canceladas a personas que cancelaron a otras. (230-231)
.. lo que las cancelaciones buscan, que no es otra cosa que crear un régimen de miedo –una espiral de silencio- en el que la gente tema dar su opinión y en el que ciertas ideas no puedan ser cuestionadas. (231)
Una cultura crítica busca corregir en lugar de castigar. En la ciencia, el castigo por equivocarte no es perder tu trabajo o tus amigos. Normalmente, la única penalización es perder la discusión. La cancelación, por el contrario, busca castigar en lugar de corregir, y a menudo por un solo paso en falso, en lugar de por un largo historial de errores. La cuestión es hacer sufrir al descarriado. (232)
Una cultura crítica tolera la disidencia en lugar de silenciarla. Entiende que la disidencia puede parecer desagradable, dañina, odiosa y, sí, insegura. Para minimizar el daño innecesario, se esfuerza por animar a la gente a expresarse de manera civilizada. Pero también entiende que, de vez en cuando, un disidente odioso tiene razón, y por eso se opone al silenciamiento y a negar plataformas de expresión. La cancelación, por el contrario, busca acallar y gritar a sus objetivos. Los “canceladores” suelen definir el mero hecho de estar en desacuerdo con ellos como una amenaza a su seguridad o incluso un acto de violencia. (232-233)
Una cultura crítica no ve que haya ningún valor en inculcar un clima de miedo. Pero infundir miedo es el objetivo de la cancelación, y para ello amenaza de manera implícita a cualquiera que se ponga del lado de aquellos que son el objetivo. La cancelación envía el mensaje: “Tú podrías ser el próximo”. (233)
… los que condenan a alguien no están interesados en persuadirlo o corregirlo; de hecho, no están hablando con él en absoluto. Más bien, utilizan la condena y las campañas de difamación ritual para elevar su propio estatus. Las acusaciones colectivas, los ataques personales y lasguerras para mostrar la mayor indignación son formas de participar en el exhibicionismo moral. (234)
En la cultura de la cancelación no se trata de buscar la verdad o persuadir a otros; es una forma de guerra de información, en la que la falta de veracidad es suficiente si sirve a la causa. (234)
Es la religión fundamentalista de la izquierda secular (268)
(persecución de disidentes) Estos cazadores de herejes de la Inquisición que han existido a lo largo de la historia del cristianismo estarían representados actualmente por los santurrones fanáticos woke que no queman ahora personas en la hoguera, pero sí arruinan sus reputaciones y sus vidas. (285)
(mito perjudicial): la idea de que se puede conseguir un mundo perfecto. (…) El pensamiento apocalíptico está dispuesto a sacrificar cualquier número de vidas en aras de un futuro perfecto que “sabe” que está por llegar. Este peligro se esconde en la Justicia Social crítica. (287)
… la idea de que la Justicia Social crítica se ha convertido en un movimiento religioso de raíces protestantes ha sido señalada de forma coincidente por muchos autores … (291)
… los seres humanos tenemos una naturaleza “teotrópica” que no se puede erradicar y que, si no tenemos una religión organizada, crearemos otras religiones que la sustituyan. (292)
… los movimientos de masas pueden crecer y desarrollarse sin un dios, pero no sin un demonio. El demonio aquí es el hombre blanco heterosexual, el patriarcado, la heteronormatividad, la cisexualidad, etc. (292)
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