Canviar per descansar.



En ocasiones, solo el desplazamiento supone algún reposo. Y no es ni tan fácil, ni tan frecuente. No es un mero cambio de lugar, ni necesariamente de ocupación, sino de perspectiva, de mirada, de horizonte. La repetición de la escena termina por sujetarnos en la parálisis ante lo que vemos. Ello no impide que una y otra vez nos sintamos conminados a tomar posición, eso sí, en el mismo asiento. Entonces, la postura no pasa de ser prácticamente una acomodación.

Ángel Gabilondo, Un cansancio elocuente, El salto del Ángel, 02/12/2014 
http://blogs.elpais.com/el-salto-del-angel/2014/12/un-cansancio-elocuente.html

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