L'ideal d'autonomia personal i postmodernitat.
Tocqueville decía que los pueblos democráticos mostraban un
«amor más ardiente y más duradero por la igualdad que por la libertad» Tenemos derecho a preguntarnos si el proceso
de personalización no ha modificado seriamente esa prioridad. Indiscutiblemente
la exigencia de igualdad continúa desplegándose, pero hay otra demanda más
significativa, más imperativa aún: la de la libertad individual. El proceso de
personalización ha engendrado una explosión de reivindicaciones de libertad que
se manifiesta en todos los ámbitos, en la vida sexual y familiar (sexo a la
carta, educación liberal, modo de vida child-free)
en el vestido, en el baile, en las actividades corporales y artísticas (deporte
libre, improvisación, expresión libre), en la comunicación y enseñanza (radios
libres, trabajo independiente), en la pasión por el ocio y en el aumento del
tiempo libre, en las nuevas terapias cuyo objetivo es la liberación del vo.
Aunque las reivindicaciones de los grupos siguen siendo formuladas en términos
de ideal de justicia, de igualdad y reconocimiento social, es sobre todo en
razón del deseo de vivir más libremente por lo que encuentran una audiencia de
masa verdadera. En la actualidad se toleran mejor las desigualdades sociales
que las prohibiciones que afectan a la esfera privada; se consiente más o menos
el poder de la tecnocracia, se legitiman las élites del poder y del saber pero
se es refractario a la reglamentación del deseo y de las costumbres. El cambio
de tendencia en provecho del proceso de personalización ha llevado a su punto
culminante el deseo de liberación personal, ha producido un cambio de prioridad
en las aspiraciones: el ideal de autonomía individual es el gran ganador de la
condición posmoderna (pàg. 115-116).
Gilles Lipovetsky, La era del
vacío, Anagrama, Barna 1986
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