Tranquil David, tranquil.
(Advertencia: cualquier parecido de los personajes de este diálogo con la realidad es pura coincidencia)
.
HUME: No te lo vas a creer, Otto, pero hoy he ligado.
NEURATH: ¡Venga, ya! David. A tus años, y sin salir de esta cochambrosa
residencia para filósofos ancianos en la que estamos confinados tú y yo.
HUME: ¡Que sí, que sí! Es una filósofa existencialista alemana, que por
lo visto tiene bastante experiencia en hacer guarrerías con un tal
Heidegger.
NEURATH: Pues chico, enhorabuena. Pero, ¿tú tienes el organismo en condiciones para darle batalla a la teutona?
HUME: Por eso vengo a hablar contigo. Estoy pensando si salir a la farmacia y comprarme un paquete de viagra.
NEURATH: Eso es peligroso; tienes que controlarte el corazón, la presión
arterial, y por lo que recuerdo, no andabas muy bien en ese aspecto.
HUME: Bobadas, eso es lo que menos me preocupa. Si hay que morir por una buena causa, pues se muere y ya está.
NEURATH: Quién te ha visto y quién te ve: tú hablando de causas.
HUME: Estoy de positivistas y de sus jueguecitos de palabras hasta el
gorro. En fin, a lo que iba; lo que yo venía a preguntarte es si tienes
alguna idea sobre cuáles pueden ser los efectos más probables de la
pastillita.
NEURATH: ¡Uy, lo que me pregunta! Aquí el principal experto en
inferencias sobre el futuro eres tú, amigo mío. Y, si no recuerdo mal,
lo que tú afirmas es que no es posible predecir nada.
HUME: Exacto. Cualquier inferencia que tome como premisa un conjunto
limitado de hechos particulares, y tenga como conclusión una ley
general, u otro hecho no recogido en las premisas, es una inferencia
falaz. Así que, en concreto, no podemos deducir lógicamente lo que va a
ocurrir en el futuro a partir de lo que sabemos (o creemos) que ha
ocurrido en el pasado.
NEURATH: Entonces, ¿cómo quieres que seamos capaces de predecir el efecto que va a tener en ti la viagra?
HUME: Es que me ha parecido escuchar en la sala del dominó que habías
encontrado no sé qué fallo a mi argumento, y me he dicho... "a lo mejor
el bueno de Otto es capaz de sacarme de mi escepticismo, hoy que lo
necesito más que nunca".
NEURATH: ¡Ah, es por eso! Bien, bien; pues te explicaré mi argumento.
Vamos a ver, tú afirmas que, como el futuro no se sigue lógicamente del
pasado, de ahí se deduce que tenemos una ignorancia absoluta sobre el
futuro, es decir, que todo lo que podamos concebir que ocurrirá en el
futuro es, para nosotros, exactamente igual de probable, pues no podemos
decantarnos más por una cosa que por otra.
HUME: Exactamente.
NEURATH: OK. Quede claro que "igual de probable" no quiere decir "con la misma probabilidad objetiva",
pues, según tú, sobre las probabilidades objetivas futuras tampoco
podemos saber nada. Es más bien lo que nuestros amigos los bayesianos...
HUME: Con amigos así...
NEURATH: Lo que tú digas, David. Lo que nuestros amigos los bayesianos, digo, llaman "probabilidades subjetivas". Es decir, para nosotros
es igual de probable una cosa que otra. Sólo podemos afirmar con
seguridad aquello que sea una tautología, pues eso es verdadero pase lo
que pase. Pero cualquier hecho futuro será compatible con todas las
tautologías, así que saber que van a seguir siendo verdad lo que tú
llamas "relaciones de ideas" (que 4 es menor que 5, que el modus ponens
es correcto, etc.), eso no nos ayuda en nada a la hora de poder
descartar algunas cosas que podrían ocurrir y que no son tautológicas.
HUME: Muy bien resumido, sí señor.
NEURATH: Por ejemplo, es imposible para nosotros inferir qué longitud va
a alcanzar esta noche tu pene cuando te tomes la pastilla de viagra.
Cualquier cosa que podamos inferir sobre la longitud de tu pene será
igual de probable que cualquier otra.
HUME: Eso pienso yo. Y mi pensamiento no ayuda precisamente a que la cifra real vaya a ser muy alta. Snif.
NEURATH: Pues bien. Considera ahora cuántas longitudes posibles a priori podría tener tu pene.
HUME: ¿Cómo que cuántas?
NEURATH: A ver, por ejemplo; podría tener entre 0 cm y 1 cm; podría tener entre 1 cm y 2 cm; o entre 2 y 3 cm; etc., etc.
HUME: Sí.
NEURATH: ¿Y cuántas posibilidades de esas hay?
HUME: Obviamente, infinitas.
NEURATH: Y cada una de ellas sería, según tú, igual de probable para nosotros.
HUME: Exactamente. Y como son infinitas, la probabilidad de cada una de ellas sería exactamente... cero patatero.
NEURATH: Muy bien calculado. P.ej., la probabilidad de que la longitud
de tu pene cuando esté bajo el efecto de la viagra esté comprendida
entre 16 y 17 cm es... cero.
HUME: También es cero la de que esté entre 1 y 2 cm. Es un pequeño consuelo.
NEURATH: ¡Hay un consuelo mucho mejor! Intenta calcular cuál es la
probabilidad a priori, sobre la base de tu probabilidad subjetiva
uniforme para todos los casos, de que la longitud de tu pene sea mayor
que 20 cm.
HUME (pensando): Hummm, ....., esteeee....., ¡Cáspita! ¡Me da uno! La probabilidad de que sea menos que
20 es el número de centímetros que hay por debajo de veinte, partido
por el número de centímetros total (o sea, infinito); es decir, cero.
Luego la probabilidad de que sea más que 20 es uno menos cero, o sea,
uno. ¡Es totalmente seguro que la viagra va a hacer que mi pene mida más de 20 centímetros! ¡Caramba, me has dado un alegrón, viejo Otto!
NEURATH: Más contenta se pondría la teutona, David. Pero no te alegres
tan deprisa. ¿Te das cuenta de que el argumento que hemos formulado para
20 cm es exactamente igual de válido para cualquier otra longitud,
p.ej., para 50.000 km?
HUME: ¿Qué me estás diciendo? ¿Que es absolutamente seguro que mi pene
va a medir más de 50.000 km de largo cuando me tome la viagra?
NEURATH: Me temo que el argumento lleva a esa misma conclusión.
HUME: Pero eso es absurdo.
NEURATH: Es una posibilidad; mejor dicho, es un conjunto infinito de posibilidades, y la probabilidad a priori de
que el verdadero estado de tu pene esta noche caiga en ese conjunto
infinito, en vez de caer en el conjunto finito (y por tanto,
infinitamente más pequeño) de centímetros que hay entre 0 y 50.000 km es
cero. Si aceptamos tu premisa de que todas las posibilidades
futuras concebibles son igual de probables, no hay más remedio que
aceptar esta conclusión.
HUME: No sé, no sé.
NEURATH: Es más. Tu tesis es que no podemos hacer ninguna predicción no
tautológica sobre nada relativo al futuro. Pero acabamos de hacer una:
que es absolutamente seguro que tu pene medirá esta noche más de 50.000
km de largo. No sólo es que sea absurda esa predicción (sabía que tú
eras un poco fantasma, pero no tanto), sino que el hecho de que hayamos
podido hacerla contradice tu premisa de que no es posible hacer
predicciones no tautológicas.
HUME: Caramba, parece que tienes razón.
NEURATH: Y como la única premisa no tautológica que hemos utilizado en
el razonamiento es tu tesis de que todas las posibilidades futuras
concebibles son igual de probables para nosotros, hemos de concluir que
esa tesis es falsa. No es verdad que todas las posibilidades futuras concebibles sean igual de probables para nosotros.
HUME: Pero mi argumento demostraba justo eso. ¿Por qué te crees que
tengo una de las suites de lujo de la residencia para filósofos
decrépitos? Porque mi argumento es uno de los más importantes de la
historia de la filosofía.
NEURATH: No dudo de que sea importante. Digo que es incorrecto, porque
conduce a contradicciones. Lo que te acabo de demostrar es que, del
hecho de que (A) el futuro no se siga lógicamente del pasado, no se puede inferir
que (B) todas las posibilidades futuras concebibles sean igual de
probables para nosotros. B es una tesis diferente de A, no se sigue de
ella, y por tanto, puede ser falsa aunque A sea verdadera.
HUME: Entonces, ¿cómo de probables son a priori para nosotros los acontecimientos futuros?
NEURATH: Para eso no tengo una respuesta. Sospecho que, aplicando la
navaja de Occam (por cierto, hace tiempo que no veo por aquí al bueno de
Guillermo) podríamos decir algo así como que lo razonable es suponer
que las probabilidades futuras son la proyección más simple posible de
las predicciones pasadas, pero no tengo un argumento demasiado
convincente sobre el tema. Mis amigos Hans Reichenbach y Rudolph Carnap
andan trabajando en ello. Si me entero de que llegan a alguna
conclusión, diré que te lo cuenten.
HUME: Bueno, pero entonces, ¿qué pasa con mi viagra?
NEURATH: Yo que tú, extrapolaría la experiencia pasada de la manera más
sencilla posible, y eso da más o menos un 70% de probabilidad de que
vayas a tener una buena noche de juerga con tu heideggeriana.
HUME: Dios te oiga, Otto... Perdón, qué cosas digo: lo más probable es que dios no exista.
NEURATH: Ve con él, David, y buena suerte.
Jesús Zamora Bonilla, La viagra de Hume, A bordo del Otto Neurath, 03/02/2014
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