Franco Volpi interpreta la "història d'un error" de Nietzsche.
En un breve texto inserto en el Crepúsculo de los ídolos (1888), titulado "Cómo el mundo verdadero terminó por convertirse en fábula", Nietzsche ofrece un compendio iluminador de la historia del nihilismo-platonismo en seis capítulos.
1.Nietzsche alude aquí a la situación que se verifica en la primera fase de la historia del platonismo-nihilismo, es decir, al capítulo que corresponde al pensamiento de Platón: se postula la existencia de un mundo verdadero, suprasensible, que, sin embargo, no ha llegado a ser aún una entidad meramente "ideal", "platónica", sino que es alcanzable para los sabios.
2.En la segunda fase se abre la fractura entre mundo ideal y mundo sensible, entre trascendencia e inminencia, desde el momento en que incluso para el sabio el mundo ideal es sólo una promesa, por tanto, por ahora inalcanzable. Contextualmente se desvaloriza el mundo sensible: la existencia terrena se degrada al ámbito de la apariencia, de la transitoriedad, aun cuando se le presenta la posibilidad de alcanzar, algún día, el mundo verdadero. La existencia humana se desenvuelve en el "más acá", pero tiende hacia el "más allá", el cual se vuelve objeto de promesa y de fe. El platonismo se vuelve platonismo para el pueblo, esto es, cristianismo.
3.El tercer capítulo es el que corresponde al pensamiento de Kant. El mundo verdadero, suprasensible, se excluye del ámbito de la experiencia y ha sido, por consiguiente, declarado indemostrable, dentro de los límites de la razón teórica. Sin embargo, se recupera como postulado de la razón práctica: aun así, forzado a la pálida existencia de una mera hipótesis, continúa vinculando en la forma de un imperativo.
4.En el cuarto capítulo, Nietzsche marca la fase de escepticismo y de incredulidad metafísica que sigue al kantismo y al idealismo, y que puede ser identificada con el incipiente positivismo. Como consecuencia de la destrucción kantiana de las certezas metafísicas se debilita la creencia en el mundo ideal u en su cognoscibilidad. Lo que no significa, sin embargo, que el platonismo-nihilismo mismo esté ya superado. Una vez que el mundo suprasensible es declarado absolutamente incognoscible, se deriva de esto que no se puede saber nada de él y que, en rigor, no se puede decidir ni por él ni contra él. Ese mundo pierde la relevancia moral-religiosa que todavía tenía en cuanto postulado de la razón práctica. Cae en la indiferencia.
5. ... después de la abolición del mundo suprasensible, en cuanto hipótesis superflua, permanecen abierto aún dos problemas: ¿qué queda en lugar en el que estaba el ideal y que, después de la abolición de este último, queda ahora vacío? ¿Y cuál es el sentido del mundo sensible, después de que ha sido abolido ese ideal? Se vuelve necesario un paso ulterior, en el cual se lleve a término la demolición emprendida.
6.En este último capítulo, indica la tarea que Nietzsche se fija de antemano en la última fase de su pensamiento. Pero, para que la superación del platonismo-nihilismo se cumpla, es necesario que sea abolido también el "mundo aparente". (...) Abolir el "mundo aparente" significa más bien, eliminar el modo como lo sensible es visto desde la perspectiva del platonismo, esto es, quitarle el carácter de apariencia. No se trata entonces de abolir el mundo sensible, sino de eliminar el malentendido platónico y de abrir así la vía a una nueva concepción de lo sensible y a una nueva relación entre oo sensible y lo no sensible. A tal fin, no basta simplemente con derribar la vieja jerarquía y poner en alto lo que antes estaba abajo, valorizando lo sensible y despreciando lo no sensible. Es necesario, en cambio, salir íntegramente del horizonte del platonismo-nihilismo, o sea, de la dicotomía ontológica que implica y de sus correspondientes categorías.
Franco Volpi, El nihilismo, Buenos Aires, Editorial Biblos 2005

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