L'ombra inspiradora de Jane Goodall.
Jane Goodall |
Al igual que le ocurre a muchas otras personas, hace años estaba convencido de que los humanos éramos una especie malvada que heríamos y matábamos a nuestros congéneres de manera deliberada.
Las noticias sobre guerras y crímenes que llenaban las portadas de los
periódicos no hacían más que alimentar dicha convicción. Cuando aún era
un ignorante en la materia, recuerdo haber pensado varias veces en la
idea de "involución" o retroceso de los humanos, lo cual es imposible.
Desde este modelo mental, el estudio de la conducta animal
representaba una liberación para mí. Seres en armonía con su entorno que
cooperaban de manera intensa donde el grupo estaba por encima de cualquier individuo.
Éstas eran dinámicas opuestas a las que observábamos en el cruel y
egoísta primate humano. De hecho, fue una de las razones principales que
me llevó a iniciar mis estudios en etología y primatología.
Como la mayoría de mis colegas, llevé a cabo mis estudios bajo la sombra inspiradora de Jane Goodall.
Como consecuencia de sus observaciones de campo con chimpancés en
Tanzania, algunos de los mitos sobre la vida de los animales humanos y
no-humanos cayeron como fichas de dominó.
Primero, el hallazgo de que los chimpancés usaban herramientas, capacidad que hasta entonces se creía exclusiva de nuestra especie. Después, la existencia de xenofobia y asesinatos entre comunidades vecinas de chimpancés. Este hecho fue el más duro de aceptar para un amante de la naturaleza como yo.
Hace unos días tuve una experiencia inolvidable para cualquier
primatólogo y probablemente una de las más emocionantes de mi carrera:
mantener una conversación cara a cara con la propia Jane Goodall,
encuentro que se celebró en el Cosmocaixa de Madrid. En la línea de lo que vengo haciendo en este blog,
nuestro objetivo era contrastar con Jane el comportamiento de los
primates con acontecimientos de la actualidad, como por ejemplo las batallas por el poder en diversas instituciones, los estilos de liderazgo o la innovación en tiempos de crisis.
El segundo objetivo, y no por ello menos importante, practicar mi
'pant-hoot': un sonido que emiten los chimpancés en situaciones de alegría, agradecimiento y excitación.
Vídeo: El 'pant-hoot' de los chimpancés
Comenzamos discutiendo sobre las batallas de poder que se suceden dentro de las empresas
e incluso entre familias por alcanzar el liderazgo. Jane distinguió
entre un liderazgo duradero basado en el cuidado de las relaciones y la
inteligencia; y otro liderazgo temporal ejercido a través de la fuerza
bruta. Del mismo modo, en humanos conviven ambos estilos de liderazgo.
Otro de los temas tratados fue la innovación, aspecto fundamental
para las sociedades en crisis como la nuestra. Yo había observado en más
de una ocasión cómo en la periferia de los grupos de babuinos es el lugar donde se producían el mayor número de innovaciones.
Estos espacios suelen estar ocupados por los más necesitados debido a
su distancia del poder y por lo tanto están más motivados para crear.
Goodall añadió a la lista a jóvenes que exploran sin miedo gracias a madres que les proporcionan seguridad.
Las hembras que apoyaban a su descendencia, incluso arriesgándose a
luchar con otros miembros del grupo, influían positivamente en su
personalidad; datos de lo que podemos extraer grandes lecciones para
crear un nuevo sistema educativo en España.
Para Jane es fundamental el estilo de maternidad recibido en la infancia.
Estos factores condicionan la personalidad del individuo. Una relación
con una madre afectiva, juguetona y paciente pero que a la vez sabe
poner límites a sus infantes, incrementa las probabilidades de éxito en
las siempre difíciles interacciones sociales que se producen con los
machos alfa.
Respecto a la agresividad,
Jane me contó cómo pudo comprobar por sí misma la atracción
irresistible que supone la violencia para los jóvenes chimpancés macho,
muy similar a la que muestran algunas tribus urbanas y pandillas de las grandes ciudades.
Pero esto no significa que seamos malvados de nacimiento ya que la 'Ley
de la Selva' también incluye otros comportamientos como son el altruismo, la cooperación y la amistad duradera.
Han pasado varios años desde que comenzó mi pasión por el estudio de
los animales y este encuentro me obliga a cuestionar modelos mentales
que tenía muy interiorizados. Jane me ha ayudado a aceptar que el hombre es una especie más de las millones que habitan nuestro planeta.
Si negamos nuestro lado oscuro no podremos poner en marcha estrategias
que equilibren estas tendencias negativas que todos tenemos.
Porque lo cierto es que los humanos, al igual que otros grandes simios, somos capaces de lo mejor y de lo peor.
Del mismo modo, si aprecias a los animales es imposible no apreciar al
hombre. Hacer distinciones en uno u otro sentido es un sinsentido porque
después de todo, Jane es una mona, tú eres un mono y yo...soy un mono
también.
Gracias Jane, nunca lo olvidaré. Gracias por toda tu labor.
Ah, lo olvidaba... ¿Quieres saber cómo hicimos Jane y yo el mono
practicando el 'pant-hoot' de los chimpancés de la selva? Júzgalo por ti
mismo en el vídeo que encabeza hoy nuestro blog.
Pablo Herreros, Haciendo el mono con Jane Goodall, Yo, mono, 24/02/2013
http://www.elmundo.es/elmundo/2013/02/22/ciencia/1361552307.html
http://www.elmundo.es/elmundo/2013/02/22/ciencia/1361552307.html
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