Martin Heidegger: "Die Universität im nationalsozialistischen Staat".
Martin Heidegger |
Uno de los más fervientes pioneros
nacionalsocialistas entre los eruditos alemanes, el actual rector de la
Universidad de Friburgo, el Catedrático Dr. Heidegger, dio una
conferencia anoche en la sala Schiller del museo, sobre la Universidad
en el Estado nacionalsocialista. El erudito constató que la Universidad
hasta este momento había sido una creación vacía dentro del Estado y,
por sus investigaciones científicas, concluyó que la nueva Universidad
representará un segmento del Estado nacionalsocialista en el que los
docentes y estudiantes trabajarán en una unión que los llevará a hacerse
seguidores [del partido] y, por consiguiente, a la camaradería. El Dr.
Heidegger caracterizó en un principio la Universidad como una escuela
superior científica, cuya tarea es proveer una formación científica a
través de la docencia científica con base en la investigación
científica. En relación al Estado se rige la Universidad como una
entidad de derecho público. Esta relación obtuvo su significado actual
por Wilhelm von Humboldt, quien participó en el año 1809 en la fundación
de la Universidad de Berlín que ha sido, hasta la fecha, una
universidad ejemplar. Humboldt escribió en un artículo científico sobre
la relación entre la Universidad y el Estado que el Estado tendría que
permanecer consciente de que ella [la Universidad] le sería un obstáculo
y que, por lo tanto, no debería inmiscuirse. La situación mejoraría
infinitamente sin él. Por otro lado, tendría el Estado la obligación de proveer a la Universidad con recursos. Caracterizó la
Universidad de tres maneras: 1) desde el punto de vista de los docentes e
investigadores; 2) según la prioridad de la investigación ante la
docencia, pues la docencia debe basarse en la investigación; y 3) la
Universidad es la escuela superior, es una comunidad de estudiantes y
docentes.
Mientras tanto, hubo en nuestro país una revolución. El Estado
cambió. Pero esta revolución no consistía en la toma de un poder
existente o partido político en el Estado, sino que la revolución
nacionalsocialista significa la completa subversión de la totalidad de
la existencia alemana [die völlige Umwälzungdes gesamten deustchen Daseins].
Ello también comprende la Universidad. ¿Cómo se perfile ahora la
Universidad en el nuevo Estado? El nuevo estudiante ya no es el
ciudadano académico, ahora pasa por el servicio social, forma parte de
las SA o de las SS, hace deporte al aire libre. En poco tiempo todo se
unirá en una gratificante armonía. El nuevo docente hace planes para la
Universidad, escribe folletos sobre el nuevo concepto científico, se
habla sobre los estudiantes políticos, sobre las facultades políticas,
se dan ponencias sobre el folklore y el servicio social. Esto no es más
que una repetición de lo antiguo. Cuando mucho, es un traspaso
extrínseco de ciertos resultados de esta revolución junto a una
interiorización que se arrastra con la misma tranquilidad de antes.
¿Qué más hay, entonces, que hacer? En las palabras del mismo “Führer”,
la revolución ha terminado y ha dado lugar a la evolución. La evolución
debería relevar la revolución. Pero la revolución en la Universidad alemana no ha terminado, ni siquiera ha empezado.
Y si en el sentido de las palabras del “Führer” la evolución ha
llegado, sólo se podrá llevar a cabo a través de la lucha y dentro de la
lucha. La revolución en la Universidad alemana no tiene relación con el
cambio de apariencias externas. La revolución nacionalsocialista
constituye y constituirá la re-educación total de la gente, de los
estudiantes y del joven plantel docente por venir. Esto no puede ocurrir
al margen de la nueva realidad [der neuen Wirlichkeit], sino
sólo cuando nosotros mismos formemos parte de la nueva realidad y la
experimentemos. Sólo lo puede experimentar el que tiene el verdadero
sentido para experimentarlo, no el observador que quizá sólo lee
literatura nacionalsocialista para educarse en el habla, sino aquellos
que participan ya de que la realidad revolucionaria no es algo presente [Vorhandener],
sino que está en su esencia, que apenas se está desarrollando, que
apenas está llegando. Tal realidad requiere de una relación muy
diferente a la que se tendría con un hecho. Primero tenemos que
informarnos sobre la nueva realidad, preguntarnos si formamos parte de
ella. Para ello tenemos que salir de los moldes de las formas y
apariencias transmitidas por la Universidad. Para nosotros son meramente
una estancia provisional. Tampoco podemos hacer cambios por lo que de
momento nos atrae, ya que las formas se establecen por lo que hacemos en
esta comunidad. Nuestro hacer es tener que hacer y se define según qué y
quiénes somos; nuestro ser se define en base a en qué y quiénes nos
transformaremos y, nuestro transformar, según por lo que luchamos, lo
que queremos lograr. Sabemos perfectamente que las apariencias y las
formas sólo tendrán sentido cuando emanen del vivo actuar de las
personas mismas. De ahí surgen las siguientes preguntas: 1. ¿Qué es la
nueva realidad? 2. ¿Cómo forma parte de esta realidad el nuevo
estudiante, quién y qué es? 3. ¿Cuál es la posición del docente hacia
esta realidad, quién y qué es?
1. ¿Qué es la nueva realidad? Los alemanes se convertirán en un pueblo histórico [ein geschichtliches Volk], no como si no tuvieran una historia larga y variada. Tener una historia no significa ser histórico. Ser histórico significa saber
como pueblo entero que la historia no es el pasado, no el presente,
sino un actuar y cuestionar trascendentes procedentes de un futuro que
impulsa hacia el presente. El futuro no consta de lo que no es, sino que
llega por la decisión consciente [der wissenden Entscheidung], a través de la cual el pueblo se impulsa hacia sí mismo. Ser histórico significa saber, para así liberar lo pasado en su fuerza [Kraft] imperativa y guardarlo en su grandeza transformadora. Este saber es el Estado mismo. El Estado es la estructura (Gefüge)
que despierta y une, dentro del cual el pueblo se somete y se integra
como un todo. Aquellas fuerzas, la Naturaleza, la Historia, el Arte, la
Tecnología, la Economía, el Estado mismo, prevalecerán. Así se hace
concebible lo que hace a un pueblo seguro, claro y fuerte. Lo concebible
de estas fuerzas es la medida de la verdad [ist da Maß der Warheit]. Llegar a ser histórico significa actuar dentro de las grandes fuerzas del Dasein, que forman parte intrínseca del Estado. En este acontecimiento se presenta la exigencia [Anspruch] que tiene el pueblo de su Estado, de un conocerse a sí mismo y a las grandes fuerzas del Dasein. Este acontecer [Geschehen]
es un afluir irresistible, casi como una fuerza coactiva, una de las
grandes necesidades internas a las que obedece el corazón. Sólo de esta
manera es posible crecer hasta alcanzar la grandeza. Estamos sometidos a
la fuerza de una nueva realidad. Nosotros les pedimos a aquéllos, que
entienden esta fuerza, que cumplan con estas órdenes. Sólo son válidos
para este asunto los que no están ajados, los que llegan al pueblo con
las raíces de su ser y de su existencia [mit den Wurzeln ihres Seins und Daseins isn Volk hinabreichen],
los que sienten un impulso hacia delante, una ofensiva, y eso es la
juventud alemana. Posee aquella certeza de su ser. La verdadera juventud
tiene que comprometerse con el gran objetivo y lo sabe hacer. Esto es
lo que corresponde al llevarse a cabo un nuevo saber.
2. ¿Cómo forma parte el nuevo estudiante de la nueva realidad?
El estudiante está destinado por naturaleza a aprender primero y esto
nos lleva al peligro frecuentemente enfatizado de tomar al estudiante
demasiado en serio y permitir que llegue a ser demasiado importante. Se
dice que esto no se le debería permitir, ya que los estudiantes de hoy
serían demasiado primitivos, lo cual no significa que poseen
considerablemente menos conocimientos que los catedráticos. Ser
primitivo significa estar por impulso e instinto interno allí donde
comienzan las cosas; ser primitivo es estar motivado por fuerzas
interiores [Primitiv sein heißt aus inerme Drang und Trieb dort stehen, wo die Dinge anfang , primitiv sein, getrieben sein von inneren Kräften].
Por eso, precisamente, porque el nuevo estudiante es primitivo, está
llamado a ejecutar la nueva exigencia del saber. Pide al plantel de
catedráticos informaciones sobre las preguntas de la Naturaleza, de la
Filosofía, del Arte, de los Estados, etc. ¿Debería tan sólo darse por
enterado sobre lo que siempre se enseñaba? No se conformará con lo que
los catedráticos incidentalmente y adicionalmente añaden como creencia
de su opinión personal. El estudiante que llega intentará firmemente
hacer valer la exigencia del conocimiento dentro de su Estado. En esta
ofensiva, la juventud sigue la dirección de su firme voluntad. Quien se
encuentra ahí donde lo atacarán, está [sic] unido con ella y sus
pretensiones. Esta adhesión al común contra-movimiento hace brotar la
nueva camaradería. No funciona al revés; la camaradería no surge del
compañerismo. La camaradería educa líderes que hacen más porque resisten
más y se sacrifican más. La camaradería hace que cada uno se supere.
Conocemos a estos jóvenes, la firmeza de sus facciones, la desaprensión
de su habla, su carácter inflexible. Esta clase de estudiantes ya no
estudia en el sentido tradicional, siempre está en camino. Este
estudiante se vuelve trabajador.
¿No era siempre el estudiante un trabajador? Hoy día
se habla del trabajador de “cabeza y puño”. El término trabajador se
refiere aquí sólo a un gran nombre colectivo, una concesión moderna de
aquellos camaradas que comúnmente se denominaban trabajadores. Con la
nueva realidad alemana también cambió la esencia del trabajo y la del
trabajador. El término trabajo no es estamental, ni cultural. Es
ambivalente. Por un lado es la realización de un comportamiento y por el
otro el desarrollo como resultado de esa realización. Lo esencial no se
encuentra ni en la realización del comportamiento ni en el resultado,
sino en lo que ocurre en el proceso. El hombre como trabajador discute
con todos los entes, en este proceso ocurre la imposición de las fuerzas
Naturaleza, Arte, Estado, etc. Entendida así, la esencia del trabajo
determina al Dasein de los alemanes y, quizá, al Dasein de los hombres de la Tierra en su totalidad. Nuestro Dasein
empieza ya a convertirse en una forma de ser diferente. El Estado
nacionalsocialista es un Estado del trabajo porque el nuevo estudiante
se aplica a hacer valer la exigencia política del conocimiento. Por eso es un trabajador. El nuevo estudiante estudia ya que es trabajador, y estudio significa ahora el desarrollo de la voluntad para consolidar y estudiar aquel saber del pueblo en virtud de convertirse en su Estado y en un ser (Sein) histórico. Después
de una década, quizá apenas después de una generación, esta clase de
estudiante dominará la Universidad. Después ascenderá el estudiante al
frente laboral del nuevo plantel docente.
Si por nuestra más intrínseca experiencia de la nueva realidad [der innersten Erfahrung der neuen Wirlichkeit] nos decidimos por ella, entonces apenas inicia la lucha, apenas inicia el conflicto con la exigencia del conocimiento,
como surge en la juventud. Esta advertencia lleva a la reflexión sobre
la esencia del conocimiento, sobre la esencia de la ciencia. ¿Qué
significa conocer? Conocer es poder y ser capaz, manejar libremente las reglas y leyes de las cosas.
Conocer es actuar, es seguridad; el conocimiento es ser decidido,
dispuesto para el futuro. La exigencia de este conocimiento no es el
deseo ocioso de apropiarse de conocimientos hasta ahora retenidos, esta
exigencia del conocimiento es la voluntad de transmutar la realidad.
Cada deseo de saber se desarrolla como pregunta y sólo nos corresponde a
nosotros, que tenemos que hacer valer esta exigencia del conocimiento,
saber de antemano lo que significa el verdadero preguntar. La pregunta
no es el libre juego de la mera curiosidad, no la persistencia obstinada
para la terquedad a cualquier precio. La valía de preguntar es en sí
más respuesta que la información artificial, más que un sistema de
pensamiento construido de manera artificial. La pregunta le da el poder
al que pregunta, y lleva al que pregunta cerca de la esencia de las
cosas. Hacer preguntas de todo es anticiparse, anticipar con preguntas.
Éstas constituyen las bases y el mérito de la verdadera educación. En el
conflicto con la exigencia del conocimiento surge en nosotros el
entendimiento original en el destino de la enseñanza y la relación
correspondiente con el aprendizaje. Enseñar significa permitir el
aprendizaje, fomentar el aprendizaje. El aprendizaje no es la toma y
repartición de conocimientos casualmente encontrados. Aprender no es
tomar sino, en realidad, un dar de sí. En el aprendizaje me doy como lo
que en el fondo de mi esencia ya sé y guardo. Aprender significa
darse a sí mismo desde el dominio original de su Dasein nacional y
volverse codueño de la verdad del pueblo en su Estado. Enseñar
significa permitir que el alumno pregunte de tal manera que sea invitado
a un saber concebido, enseñar significa permitir que el que quiere
saber regresa hasta las fuerzas del Dasein nacional, para que
le llegue la fuerza estimulante; enseñar significa provocar seguridad en
el aspecto esencial para el ser, significa dejar pasar lo accidental. Sólo de una relación de enseñanza y aprendizaje, como una comunidad intrínseca [als einer innereren Gemeinschaft], es como crece la ciencia.
Lo que merece saberse, decide en dónde se deben trazar los límites del
conocimiento. Así se compromete el docente con la nueva tarea de
desarrollar y esclarecer la nueva exigencia del conocimiento, a la cual
se enfrentan los estudiantes. De esta forma el maestro se vuelve
trabajador. De esta forma el estudiante y el docente se encuentran en el
mismo contra- movimiento. La camaradería y el compañerismo surgen
lógicamente, así mismo el compañerismo entre los docentes. La antigua
forma de convivir, el “compañerismo entre colegas”, desaparecerá porque
constituye algo negativo. Con la camaradería se comprometen tanto el
docente como el estudiante con el Estado; se desarrollará la nueva forma
hasta que se vuelva una realidad en la que la relación hacia el Estado
obtendrá un nuevo carácter. No podemos hablar ya de una relación con el
Estado porque la Universidad se ha vuelto Estado, un eslabón del
desenvolvimiento del Estado. Así desaparece el carácter actual de la
Universidad: la isla desierta de un Estado desierto. Los contemporáneos
estamos en la lucha para alcanzar la nueva realidad. Sólo somos una
transición, una ofrenda. Como combatientes en esta lucha tenemos que ser
una raza dura [hartes Geschlecht], que no depende de nada individual, que se asienta en la base del pueblo [Grund des Volkes].
En la lucha no se trata de personas y colegas, ni tampoco de las
apariencias vacías y medidas generales. Cada lucha verdadera lleva
características duraderas de la imagen de los combatientes y su obra.
Sólo la lucha desarrolla las verdaderas leyes para la realización de las
cosas, la lucha que queremos nosotros es la de luchar corazón junto a
corazón, hombre junto a hombre.
El dirigente estudiantil Steinle agradeció al
conferenciante, en nombre del alumnado, sus profundos comentarios y
prometió fidelidad al Führer Adolf Hitler y a mantener en alto la
bandera.
Introducción y traducción por Julio Quesada
http://www.fronterad.com/?q=heidegger-inedito-en-espanol
http://www.fronterad.com/?q=heidegger-inedito-en-espanol
Comentaris