Gianni Vattimo: "La moral és el codi de circulació més la caritat".
Gianni Vattimo |
Gianni Vattimo (Turín, 1936) es el filósofo italiano vivo más traducido. Creador de la expresión "pensamiento débil", ha sido catedrático, eurodiputado y agitador político y cultural. Hace un tiempo sorprendió al mundo al anunciar su reconversión al catolicismo. En las librerías españolas hay ahora dos novedades suyas: Adiós a la verdad (Gedisa) y ¿Verdad o fe débil? Diálogo sobre cristianismo y relativismo (Paidós), donde polemiza sobre la religión con el antropólogo René Girard.
Pregunta. Usted se declara católico, pero su fe parece más la de un ateo que la de un creyente monoteísta.
Respuesta. Es que ni siquiera sé si Dios existe. El teólogo Dietrich Bonhoeffer dice que "un Dios que existe, no existe". No sé si Dios es una entidad ni dónde está. Siempre hemos pensado que estaba en el cielo. La verdad es que no puedo llamarme monoteísta. El monoteísmo tiene implicaciones de dominación, de colonización, de violencia, y desconfío de él. Tampoco soy politeísta. No puedo hablar de Dios como si fuera uno o tres o cuatro o muchos. ¿Soy cristiano o no? Es un problema que tengo, sobre todo para cuando muera y me enfrente al juicio final. Me llamo cristiano porque me siento una criatura, alguien que no se ha hecho a sí mismo. Me siento dependiente de un infinito. Y eso procede de mi lectura del evangelio. No sé si el evangelio es la única verdad religiosa en el mundo. Yo no intentaría convertir a los no creyentes.
P. Llamar a su fe cristianismo ¿no induce a confusión?
R. Es un nombre histórico. He crecido en la comunidad de la Iglesia. Y en nombre de sus principios puedo criticarla. Como Lutero criticó al Papa en nombre del evangelio. No creo que haya una religiosidad natural. Sin haber conocido el evangelio, ¿me hubiera preguntado por la existencia de Dios? No hay "la" religión, hay religiones. Yo he crecido en una y la interpreto filosóficamente, racionalmente, como una llamada del infinito del que dependo. Y llamo a ese infinito Dios y Jesús es su hijo, sin saber en qué términos.
P. Lo que no parece asumir es que la vida sea un valle de lágrimas.
R. No. Lo es muchas veces, pero no puedo aceptar que eso sea la esencia del mundo. No creo que haya que atribuir a Dios el sufrimiento. De hecho, no sé si hay que atribuir a Dios todo lo que pasa en el mundo. No sé si ha creado el universo y sus leyes. Dios es mi esperanza espiritual, espero sobrevivir como espíritu.
P. En la Biblia ve usted un Dios que no es astrónomo ni moral. ¿Qué queda?
R. El mensaje de salvación. Un mensaje de caridad a aplicar en mi relación con los otros. La humanidad: sentirse mejor en un mundo de amigos que de enemigos.
P. Dice que Dios es relativista. El relativismo ha colado la defensa del creacionismo.
R. Yo me siento más evolucionista que creacionista. Soy creacionista en la medida en que el anuncio de la salvación no es un producto de la evolución. Puede que incluso la fe sea resultado de la evolución. Yo no creo en la objetividad de lo real. ¿Existe Dios? No lo sé. Si digo que existe o que no, entro en un objetivismo que no casa con mi espiritualidad.
P. También discrepa de la tendencia de la Iglesia a prohibir.
R. Porque no creo que haya una esencia del bien y del mal. Hay condiciones de vida compartidas. La moral es el código de circulación más la caridad. Todo es convencional, salvo el respeto al otro. Y eso es bastante cristiano y bastante comunista
P. Al final, su Dios es caridad y amor. ¿Qué diferencia hay entre ambos términos?
R. Tradicionalmente se ha basado en la represión. ¿Hacemos un poco de caridad o un poco de amor? Se trata de organizar el erotismo de forma tolerante, porque no hay un orden natural del amor. Venimos condicionados por una tradición represiva, familiarista. ¿Tiene que predicar el Papa sobre el uso del preservativo? No. Si me gusta acostarme con una mujer o con un señorito, ¿cómo regularlo? Desde la perspectiva de la caridad, el divorcio está bien. No se puede obligar a dos personas a vivir juntas.
P. La Iglesia celebra las conversiones, pero sobre la suya no habla
R. Creo que yo debería ser papa, aunque soy casi el único que piensa así. Pero estoy convencido de que la Iglesia se salvará de su propio suicidio solo con un poco de pensamiento débil. Lo creo como pensador débil y también como cristiano occidental. La Iglesia está pensando que la secularización actual es solo cosa de Occidente y que los pueblos convertidos de África serán cristianos más serios. También serán más primitivos, porque creen más en los milagros e incluso practican la magia como por ejemplo el monseñor Milingo. Yo, la verdad, no me sentiría a gusto en una Iglesia dominada por esos cristianos. Espero que intervenga la providencia.
Gianni Vattimo, "Creo que yo debería ser papa", entrevista de Francesc Arroyo, El País, 12/02/2011
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