Viure a Extremistan.
Mediocristan: En la provincia utópica de Mediocristán, los sucesos particulares no aportan mucho individualmente, sólo de forma colectiva. Puedo formular la regla suprema de Mediocristán en estos términos: Cuando la muestra es grande, ningún elemento singular cambiará de forma significativa el total. La observación mayor seguirá siendo impresionante pero, en última instancia, será insignificante respecto a la suma. (I, cap. 3, pàg 79)
Mediocristán es donde tenemos que soportar la tiranía de
lo colectivo, la rutina, lo obvio y lo predicho. (…) Por mucho que lo
intentemos, nunca perderemos mucho peso en un solo día; necesitamos el efecto
colectivo de muchos días, semanas, incluso meses. Asimismo, si uno trabaja de
dentista, nunca se hará rico en un solo día; pero las cosas le pueden ir muy
bien en treinta años de asistencia motivada, diligente, disciplinada y regular
a sesiones de tratamiento odontológico. (pàgs. 82-83)
Si se vive en Mediocristán, el Cisne Negro o no existe o
tiene escasas consecuencias. (pàg. 101)
Extremistan: En Extremistán, las desigualdades son tales que una única observación
puede influir de forma desproporcionada en el total.
El peso, la altura y el consumo de calorías pertenecen a
Mediocristán; pero la riqueza no. Casi todos los asuntos sociales son de
Extremistán. Dicho de otro modo, las cantidades sociales son informativas, no
físicas: no se pueden tocar. El dinero de una cuenta bancaria es importante,
pero desde luego no es algo físico. Como tal puede asumir cualquier
valor sin que sea necesario emplear energía alguna. No es más que un número.
Señalemos que antes de la llegada de la tecnología
moderna, las guerras solían pertenecer a Mediocristán. Es difícil masacrar a
muchas personas si hay que matarlas una a una. Hoy, con las armas de
destrucción masiva, todo lo que se necesita es un botón, o un pequeño error,
para hacer que nuestro planeta desaparezca.
(…) Extremistán puede producir Cisnes Negros, y de hecho
lo hace, ya que unas cuantas ocurrencias han influido colosalmente en la
historia. (I, cap 3, pàg. 80)
Si manejamos cantidades de Extremistán, tendremos
problemas para averiguar la media de una muestra, ya que puede depender
muchísimo de una única observación. La idea no tiene mayor dificultad que ésta.
En Extremistán, una unidad puede afectar fácilmente al total de forma
desproporcionada. En este mundo, hay que sospechar siempre del conocimiento
derivado de los datos. (pàg. 81)
En Extremistán estamos sometidos a la tiranía de lo
singular, lo accidental, lo imprevisto y lo no predicho. (..) si estamos
sometidos a la especulación de base extremistana, podemos ganar o perder
nuestra fortuna en un solo minuto. (pàgs. 82-83)
No vivimos en Mediocristán, de modo que el Cisne Negro
necesita una mentalidad distinta. (pàg. 101)
Nassim
Nicholas Taleb, El cisne negro. El impacto de lo
altamente improbable, Círculo de lectores, Barna 2008
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