Altruisme i perill.
Siempre pensamos que los animales son más competitivos en circunstancias duras, pero no es el caso. Por ejemplo, durante una sequía los babuinos se pelean mucho menos entre ellos. Se desplazan menos y son más pacíficos, porque se dan cuenta de que las peleas hacen que las cosas vayan peor. Y, si pones a muchos animales juntos, como ocurre en los zoos, se las apañan interactuando más y reconciliándose antes tras una pelea. Tratan de mitigar las tensiones. Muchos animales viven en grupos por un motivo. Sobreviven mejor así que solos, porque es más fácil buscar comida y dar la alarma ante la presencia de un depredador. Nosotros somos también animales y tenemos las mismas reacciones. Cuando las cosas se ponen feas nos unimos mucho más, porque somos seres sociales, nos ayudamos los unos a los otros. Un buen ejemplo fue Nueva York después del 11-S: la ciudad nunca fue tan solidaria, bajaron los índices de criminalidad y se redujo el racismo en los meses siguientes a esa calamidad. Creo que esa es una reacción que compartimos con todos los primates y es exactamente lo contrario de lo que mucha gente esperaría. Una amenaza como el coronavirus tiene el mismo efecto de cerrar filas, porque los peligros se afrontan cooperando.
En la naturaleza hay una división básica: lo que pasa entre diferentes especies y lo que pasa dentro de una especie. Entre especies, entre un león y un antílope, por ejemplo, no hay piedad. El león necesita comer y el antílope es su presa. Sin embargo, dentro de las especies es muy diferente: hay animales que son muy cooperativos, como los delfines, los elefantes o los humanos. Se ayudan mucho, también pueden ser crueles entre ellos, sin duda, pero viven en sociedades porque sobreviven mejor juntos que por su cuenta. Se ayudan y son solidarios, que son dos cosas bastante comunes entre miembros de la misma especie.
Guillermo Altares, entrevista a Frans de Waal: "Todos los primates afrontan los peligros cooperando", El País 20/03/2020
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