Idiotisme (Byung-Chul Han).




En su Tratado de la idiotez, Clément Rosset distingue expresamente la estupidez de la «falta de inteligencia» como lo opuesto a la inteligencia. Con ello le atribuye un potencial creativo: como opuesta de la inteligencia. «En general, se equipara la estupidez a la falta de inteligencia, se ve como lo opuesto a la inteligencia. De esta manera se opone una inteligencia receptiva, flexible y prudente a una estupidez caracterizada como durmiente, insensible y momificada […] En verdad, no hay nada tan receptivo, flexible y prudente como la estupidez (C. Rosset, Das Reale, Traktar über die Idiotie, Frankfurt del Meno, Suhrkamp, 1998, p. 183). Una apertura y receptividad ilimitadas distinguen a la estupidez, mientras que la falta de inteligencia es limitada. La falta de inteligencia es pobre en experiencia. Así, no tiene acceso al acontecimiento: «La falta de inteligencia cierra tras sí las puertas: indica la prohibición de determinados accesos a este o aquel conocimiento y, de este modo, delimita su horizonte de experiencia». La estupidez, por el contrario, «está abierta a todo en la medida en que convierte un objeto cualquiera en objeto de su atención y de su entusiasmo». Es una "vocación", un "sacerdocio con todos sus ídolos, sus sacerdotes y sus devotos".

Idiotismo

Byung- Chul Han, Psicopolítica, Herder, Barcelona 2014

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