El Big Data i la fi de l'Esperit (Byung-Chul Han).



El Big Data sugiere un conocimiento absoluto. Todo es mensurable y cuantificable. Las cosas delatan sus correlaciones secretas que hasta ahora habían permanecido ocultas. Igual de predecible debe ser el comportamiento humano. Se anuncia una nueva era del conocimiento. Las correlaciones sustituyen a las causalidades. El ello es así sustituye al por qué. La cuantificación de lo real en búsqueda de datos expulsa al espíritu del conocimiento.

A Hegel, el filósofo del espíritu, el conocimiento total que promete el Big Data le parecería el desconocimiento absoluto. La Lógica de Hegel se puede leer como una lógica del conocimiento. Según esta, la correlación representa el nivel más primitivo del conocimiento. Una fuerte correlación entre A y B establece lo siguiente: Si A cambia, también ocurre un cambio en B. En una correlación, por muy fuerte que sea, no se sabe absolutamente nada de por qué se comporta así. Es simplemente así. Es una relación de probabilidad, pero no de necesidad. Aquella sostiene: A tiene lugar a menudo junto con B. En esto se distingue la correlación de la relación causal. La necesidad es distintiva de la relación causal: A causa B.

La causalidad no es el nivel de conocimiento superior. La interacción representa una relación más compleja que la causalidad. Esta establece lo siguiente: A y B se condicionan mutuamente. Entre A y B existe un entramado necesario. Pero incluso en el nivel de la interacción todavía no se concibe el entramado entre A y B (...)

Solo el «concepto» genera el conocimiento. El concepto es C, que concibe dentro de sí a A y B, y que se conceptualiza a través de A y B. Es el entramado superior que abarca A y B, y desde el que se puede fundamentar la relación entre A y B. Así, A y B son los «momentos de un tercero superior». El conocimiento solamente es posible al nivel del concepto: «El concepto es lo que habita en las cosas, lo que hace que las cosas sean lo que son, y concebir un objeto, por tanto, significa devenir consciente de su concepto». Solo a partir del omniabarcante concepto C es posible concebir la correlación de A y B. El Big Data vuelve disponible un conocimiento rudimentario, a saber, correlaciones en las que no se concibe nada. El Big Data carece de concepto y de espíritu. El conocimiento absoluto que pretende el Big Data coincide con el desconocimiento absoluto. 

El concepto es una unidad que deduce y concibe sus momentos dentro de sí. Tiene la de un silogismo en que todo está comprendido. «Todo es silogismo» significa «todo es concepto». El conocimiento absoluto es el silogismo absoluto. La «definición del absoluto» es «que es el silogismo». De la adición continuada no resulta un silogismo. El silogismo no es una adición, sino una narración. El silogismo absoluto excluye una adición posterior. El silogismo como narración es la contrafigura de la adición. El Big Data es puramente aditivo y no consigue nunca el silogismo o la conclusión. Frente a las correlaciones y adiciones que genera el Big Data, la teoría representa una forma de conocimiento narrativa.

El espíritu es un silogismo, una totalidad en la que las partes son integradas con sentido. La totalidad es una forma de silogismo. Sin espíritu, el mundo queda reducido a lo meramente aditivo. El espíritu forma su interioridad y el recogimiento que reúne todo dentro de sí. También la teoría es un silogismo que deduce y concibe las partes dentro de sí. El «fin de la teoría», que anuncia Chris Anderson, significa  en último término el fin del espíritu. El Big Data deja que el espíritu se atrofie. La ciencia del espíritu, movida puramente por datos, ya no es en realidad una ciencia del espíritu. El conocimiento total de datos es un desconocimiento absoluto en el grado cero del espíritu.

En la Ciencia de la lógica se afirma: «Todo lo racional es un silogismo». El silogismo no es en Hegel una categoría de la lógica formal. El silogismo se da cuando el comienzo y el fin de un proceso forman un entramado con sentido, una unidad fundadora de sentido. Así, la narración, frente a la mera adición, es un silogismo. El conocimiento es un silogismo. También los rituales y las ceremonias son formas silogísticas. Representan un proceso narrativo. De ahí que tengan su propio tiempo, su propio ritmo y compás. En cuanto narraciones, escapan a la aceleración. En cambio, donde se descompone toda forma silogística, todo se deshace sin sostén. La aceleración total tiene lugar en un mundo en el que todo deviene aditivo y se pierde toda tensión narrativa, toda tensión vertical.

Hoy la percepción no es capaz del silogismo, puesto que zapea sin fin por la infinita red digital. Se dispersa totalmente. Solo un demorarse contemplativo es capaz del silogismo. Cerrar los ojos es un símbolo del silogismo. El cambio acelerado de imágenes e informaciones imposibilita el cerrar los ojos, el silogismo contemplativo. Si todo lo racional es un silogismo, entonces la era del Big Data es una época sin razón.

Big Data

Byung-Chul Han, Psicopolítica, Herder, Barcelona 2014

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