Filosofía, recuerdo y deslumbramiento.
Según la leyenda, Homero, el gran artista apolíneo, era ciego. Como también es ciego el vidente Tiresias o como lo será el mismo Edipo. Se diría que la palabra de la Filosofía establece una relación entre el hablar y el ver que también ronda las figuras de la ceguera. Para Platón podemos hablar en la medida en que hemos visto (y ése es el fundamento del logos), y hablamos tan sólo para poder reencontrarnos con el auténtico ver (y éste es el fundamento del diálogo). Pero este ver sólo es accesible mediante el juego de las palabras. Y se trata de un ver interior, que nos ciega ante las cosas tal y como meramente son para hacérnoslas ver como un pálido reflejo de un modelo invisible, pero enunciable. Lo invisible es la condición de posibilidad de la visión misma, y cegarnos contemplando el sol el destino superior de nuestra mirada. Como es sabido, ahí comienza toda una historia.
Miguel Morey, Ver no es hablar, Minerva 12, Círculo de bellas Artes de madrid, 2009
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